Por primera vez en la historia, España supera los 21 millones de personas afiliadas a la Seguridad Social. En el caso de la Comunitat Valenciana, el récord se consiguió en el diciembre pasado, al superar los 2.134.225 personas dadas de alta.
Esta es una buena noticia, de la que todas las personas que habitamos en la Comunitat Valenciana y en España nos deberíamos alegrar. Alegrarnos de unos resultados que, más allá del número, vienen acompañados de una mejora de la calidad del empleo, gracias al efecto de la reforma laboral aprobada por el Gobierno de España hace dos años. Y sucesivos incrementos del salario mínimo interprofesional, más del 54% desde 2018.
Sin embargo, al Partido Popular estos resultados le tienen tan confundido como irritado, eso sí, depende a qué PP le preguntes. Porque si le preguntas al PP que ocupa el Servicio Valenciano de Empleo y Formación (Labora), este celebra los datos de contratación indefinida, esa misma contratación derivada de la reforma laboral que sus compañeros en Madrid votaron en contra.
Y se alegran a pesar de llevar más de un embarazo al frente de Labora, en los que lo único que han hecho ha sido recortar más de 100 millones en empleo, acumular impagos a ayuntamientos y entidades, no adoptar ninguna iniciativa política novedosa, además de votar hace unos días en contra del reparto de los fondos de empleo en Conferencia Sectorial del Ministerio de Trabajo, actuación claramente irresponsable que puso en juego la llegada de fondos al Consell.
¿El pretexto? El de siempre. Que recibimos poco. Pero, ¿para qué quieren más presupuesto si a estas alturas el DOGV está a la espera de recibirles? Su problema es que están instalados en la queja, pero la gestión brilla por su ausencia. Estilo PP.
Y por otro lado, está el PP de Feijóo, el que parece no alegrarse del récord histórico de ocupación. Y por ese se dedica a trolear los datos. De ahí que lo único por lo que muestran interés es por saber cuántas personas fijas discontinuas en situación de inactividad hay en España. Nada más. Y por ello, ha planteado hasta cuatro iniciativas en el Senado para tratar dicha cuestión.
Acusa al Gobierno de España de mentir, de maquillar las cifras, de generar ruido, de sumar motivos a ese hartazgo que nos invade por tierra, mar y aire. Todo menos reconocer el acierto y aportar desde la crítica constructiva que es la obligación de una oposición responsable.
Pero la realidad se impone y el mercado laboral intensifica su dinamismo y sitúa el empleo en niveles récord, crea más de 530.000 empleos en un año en España y más de 60.000 en la Comunitat Valenciana. En resumen, se hace realidad uno de los sueños desvelados del último presidente que tuvieron los populares, que era alcanzar los más de 20 millones de afiliados a la Seguridad. y qué paradoja, el presidente Pedro Sánchez se lo ha hecho realidad.
El despropósito del PP con esta cuestión es inversamente proporcional al peso de las personas fijas discontinuas en periodo de inactividad, que ascienden exactamente a 55.300, un 0’26% del total de personas afiliadas a la Seguridad Social. Todo un drama, como pueden observar.
La realidad es que la reforma laboral impulsada por el Gobierno de España no introdujo ningún cambio significativo en la regulación del trabajo fijo discontinuo, el cual supone en la actualidad un 5’46% del total de los 21 millones de personas afiliadas.
Esta modalidad contractual es la respuesta más adecuada para compatibilizar la estacionalidad de algunas actividades económicas con un empleo estable y con derechos. Y que genera los mismos beneficios que un contrato indefinido ordinario en relación con la antigüedad, las vacaciones, la protección frente al despido o la carrera profesional dentro de la empresa.
Vamos a lanzar una petición, casi un deseo, como aquellos que nos desvelaba Rajoy. Estaría bien que el Partido Popular reconociera sin complejos los efectos beneficiosos de la reforma laboral, se alegrara de la buena marcha del mercado de trabajo y se pusiera del lado del Gobierno de España en la senda de la participación leal en el marco del Sistema Nacional de Empleo.
En el caso de la Comunitat Valenciana, estaría bien que el Gobierno valenciano, que es quien tiene las competencias plenas en políticas activas de empleo, saliera del rincón de la queja y la contradicción permanente y se preocupara por dar oportunidades a las más de 323.000 personas desempleadas que todavía engordan las listas valencianas de paro registrado. Y lo que es evidente es que recortar el 30% del presupuesto de LABORA no es el camino. Tampoco lo es dejar morir empresas como Galmed o Marie Claire y abandonar a sus trabajadores y trabajadoras.
Mal que le pese al PP, los españoles y las españolas vivimos mejor desde que los socialistas gobiernan y, por desgracia, los valencianos y las valencianas vemos peligrar nuestro bienestar fruto de la política de destrucción que se ha empeñado en desplegar el actual Consell a través de recortes, impagos y las cinco leyes de la vergüenza que, si nada lo remedia el PP y VOX aprobarán y será la contrarreforma más reaccionaria de la historia de los derechos y las libertades en la Comunitat Valenciana.
Leía estos días alguna opinión sobre el hartazgo de la calle, un hartazgo absoluto, se decía, de la ciudadanía por sus gobernantes y por la política en general.
Y yo me pregunto, ¿es este hartazgo una construcción interesada por alguna de las partes para no reconocer la marcha de la economía real, esa que los datos avalan? ¿Cómo es de compatible este hartazgo con los datos que se ofrecen sobre la situación económica, la salud de las empresas, la subida de las pensiones, los sucesivos incrementos del SMI o la mejora de la cobertura social de las personas más vulnerables?
Si según el CIS, es el conflicto político la principal preocupación de la ciudanía en general por encima del empleo, la vivienda o la sanidad, quizá no deberíamos permitir que algunos partidos nos troleen la realidad que vivimos.