CASTELLÓ. Tiktaalik hizo historia sin saberlo hace unos 380 millones de años, cuando fue el primer animal marino en salir del agua y empezar a caminar sobre tierra firme. Un hallazgo que fue descubierto hace justo una década, por investigadores estadounidenses, en la Isla de Ellesmere, en Canadá. Tiktaalik fue considerado en sí mismo como un punto de encuentro entre dos mundos, porque su cráneo, sus costillas y su cuello parecen las propias de un animal cuadrúpedo, pero su mandíbula, las aletas y escamas son como las de cualquier pez. En definitiva, para los científicos, fue considerado como un fósil transicional de mucha relevancia.
Para el colectivo Noname, que siente especial interés por todo lo que tiene que ver con la arqueología y el mundo animal, su historia ha servido ahora como punto de partida para su nueva exposición artística. En esta idea de transformarse ha querido inspirarse el grupo valenciano que irrumpe en la sede de Cúmul, en Castelló, con un trabajo llamado, precisamente, Ellesmere.
Noname ha dejado también su tierra, València, para situarse en otro escenario, atraído por la idea de conocer las prácticas que existen más allá de su territorio. Según explica a este diario Meritxell Simó, una de sus integrantes, hasta Castelló les llevó su relación con el equipo del EACC. De ahí empezaron a entrar en contacto con el tejido artístico de la ciudad, como fue el colectivo Cúmul. Una conexión que se traducirá este próximo sábado 17 en una exposición en la calle Cronista Muntaner, 4.
Asimilando su posición precaria como estudiantes o próximos graduados, las piezas producidas para la muestra recogen aspectos en torno a la identidad, el contexto y la propia posición dentro del ámbito artístico. Un contexto que también les deja en mar abierto y en aguas turbias; y al que deciden enfrentarse desde poéticas próximas a los mundos fantásticos, leyendas y todo tipo de acontecimientos históricos antiguos y recientes. "Con nuestra anterior muestra Jaws ya tuvimos un primer contacto con la tierra. Enseñamos la aleta, pero ahora hemos querido pisar tierra firme".
Este ejercicio de transformación y valentía lo hacen, además, a través de sus propias obras, las de Llum Martín (2000), Pedro Aguilar (2000), Lydia Plaza (2000), Sofía Díaz (2001), Marcos Pizarro (1999), Meritxell Simó, (2001), Enrique Arranz (2000), Claudia Leoni, (2001) y Mateo Méndez (2001). Un trabajo que deja a la vista representaciones de pintura, escultura, vídeo, así como diferentes instalaciones artísticas.
"En las profundidades marinas, la vida era mucho más sencilla; la comodidad de las aletas, la seguridad de las branquias, el sentimiento de anonimato… No obstante, ya sabíamos a qué nos enfrentábamos. En la orilla sacamos a relucir nuestras escamas, todas juntas, bajo la luz del amanecer…fue significativo. Nuestro verdadero rostro se vio forzado a mostrarse al dar los primeros pasos. El momento de salir del agua siempre es complicado. Pisar tierra firme, más que necesario, es inminente".
Ahora, Noname ha escogido Castelló como un nuevo lugar donde echar raíces. Pero será durante dos semanas, porque la muestra que desde este sábado ocupará la sede de Cúmul permanecerá abierta hasta el 2 de marzo. Como sea, su llegada es motivo de celebración para el colectivo valenciano que también ha organizado un concierto el día de su inauguración, a cargo de Llum Martín y Eros Migo.