CASTELLÓ (EP). La adicción a los analgésicos opiáceos, como el tramadol, la morfina, la oxicodona o el fentanilo, es un problema de salud creciente en los países occidentales, aunque todavía poco estudiado y reconocido. Esta es una de las conclusiones de los 13 especialistas en tratamiento del dolor y en tratamiento de las adicciones de varios países, coautores de un consenso internacional sobre la materia que acaba de publicar la revista científica 'Journal of Addiction Medicine'.
Entre los expertos de Reino Unido, Estados Unidos, Australia, Finlandia, Francia, Italia, Alemania y Suiza, el único español es el doctor Gonzalo Haro, profesor de Salud Mental en el grado en Medicina de la Universidad CEU UCH y responsable del programa de patología dual grave del Hospital Provincial de Castelló.
Según el estudio, los analgésicos opiáceos son altamente adictivos al favorecer la liberación de endorfinas que amortiguan el dolor intenso y causan sensación de bienestar. Por su riesgo de adicción, deben prescribirse solo para tratamientos de corta duración en dolor muy agudo o para aliviar el dolor en pacientes con tratamientos paliativos". Sin embargo, los límites en cuanto a prescripción y acceso a estos medicamentos para evitar casos de adicción son muy diferentes en función de los países.
Por ello, en el encuentro del Opioid Analgesic Dependence Education Nexus (OPEN), celebrado hace cuatro años en Londres, seis expertos en tratamiento del dolor y siete especialistas en tratamiento de las adicciones acordaron poner en marcha un panel de expertos, con varias rondas de cuestionarios, para determinar un consenso internacional en torno a las medidas necesarias para frenar el abuso de los analgésicos opiáceos y evitar casos de adicción.
En sus conclusiones, los expertos coinciden en la necesidad de reforzar la comunicación y el abordaje interdisciplinar entre los profesionales especialistas en medicina del dolor y en tratamiento de las adicciones. Y también la importancia de la formación de los futuros profesionales de la medicina en ambas especialidades, dolor y adicciones, para prestar una atención adecuada a los pacientes que presenten cuadros de adicción o de riesgo de adicción a analgésicos opiáceos.
Aunque el estudio también revela las diferencias en la definición y el diagnóstico de este tipo de adicción entre distintos países, los especialistas definen la adicción a los analgésicos opiáceos como un problema emergente a nivel internacional, también en Europa, detalla la institución académica en un comunicado.
De hecho, el análisis recoge que el acceso a estos fármacos está estrictamente limitado en algunos países, como España, mientras que en otros es prácticamente libre, por lo que defiende la implantación de guías de aplicación internacional para la prescripción de estos medicamentos, que establezca límites a la duración del tratamiento y a los casos en los que su prescripción es recomendable.
"España puede servir de ejemplo a otros países, ya que la regulación de la prescripción ha frenado la epidemia y existe un acceso al tratamiento rápido y especializado para los pacientes que desarrollan la adicción a los opiáceos analgésicos", destaca el investigador de la CEU UCH.
Los expertos pertenecen a la School of Medicine de la Universidad de Yale, la University of Sydney, la University of Zurich, el Imperial College Healthcare NHS Trust, el Centro de Tratamiento del Dolor de la Universidad de Versalles, la OAD Clinic de Londres, la Grenoble Alpes University, el Institute for Pain Medicine de Alemania, la Universidad de Pisa, la Universidad Descartes de París, la Universidad alemana de Erlangen y la Ross University de Florida.