ALICANTE. "Yo me conformo con ser una parte del rock español". Contento con su legado, Fito Cabrales sigue capitaneando a los Fitipaldis en su séptimo disco de estudio, Cada vez cadáver. Un álbum con el que ya está recorriendo el país y cuya próxima parada es Alicante, el viernes 20 de mayo en el Área 12 (Rabasa). El nuevo trabajo, producido por Carlos Raya, suena a verdad, a Fito y a ganas de música en directo tras una pandemia. Así lo ha contado el bilbaíno a Ediciones Plaza.
- Es tu séptimo disco. Son diez canciones muy desnudas, que transmiten sinceridad. ¿Es eso lo que querías conseguir?
- ¿Qué otra cosa hay? La música, como la entendemos los músicos, es transmitir, es explicarte en música, en letras. Es importante lo que has dicho de canciones desnudas, porque hemos intentado que parezca que la música está en el salón de tu casa, aunque está grabada en un estudio. Ahí la culpa la tiene Carlos Raya.
- Cada vez cadáver es el título del disco y de la primera canción. Y tú vas y, en esta carta de presentación, te señalas como un bufón. ¿Por qué mejor bufón antes que rey?
- Esto es algo que llevo diciendo mucho tiempo, desde la época de Platero y tú. Pero no como algo despectivo. La música es arte, no algo tan importante como operar a corazón abierto; no somos físicos, sino que hacemos letras. Lo digo en ese sentido.
- Has dicho que la música no es tan importante como la física o la medicina. ¡Claro que el arte es importante!
- Para mí no hay nada más importante, pero es verdad que en la sociedad no está visto así. Yo me alimento de canciones. Desde los 16 años la música ha sido mi brújula. Todo lo que he podido aprender, tener y en todos los sitios en los que he podido estar ha sido gracias a la música.
- En Cada vez cadáver también pides algo a tus oyentes: "Vosotros que me veis, decidme quién soy yo". ¿Quién dirías que es Fito dentro de la música?
- Es difícil. Soy un escritor de letras. Pero desde fuera, no sé. Yo me conformo con ser una parte del rock español. Formar parte de las bandas de rock de nuestro país es algo increíble.
- ¿Cómo ha sido el proceso de componer y darle forma a este álbum? Porque siendo un séptimo disco se puede pensar que está todo ya muy mecanizado, muy interiorizado…
- Apunto ideas de frases en el móvil. Y cuando ya tengo la predisposición de juntar el material y componer un disco nuevo, ahí es donde me agarro a esas ideas que he estado generando desde hace tiempo. A nosotros la cuarentena nos pilló grabando y se nos quedaron pendientes los coros.
- Cuando suena un tema tuyo se reconoce: intro de guitarra, solo de saxofón más adelante... Yo creo que has logrado un sonido bastante identificable. ¿Crees que eso es bueno o malo? Puede ser bueno porque se te reconoce perfectamente como artista, pero malo porque te enclava en una propuesta musical en concreto.
- Es eso exactamente. Yo creo que lo importante es crear una música reconocible, porque yo no quiero ser otros artistas y otros artistas no quieren ser yo. Ese es el verdadero logro. Si no es reconocible tu música, si podrías ser otro, entonces no es lo que se busca como artista. Aunque pueda ser muy interesante también.
- Hablábamos de que tu música es reconocible, pero tu estética también. La boina, la perilla, los pantalones pitillo… De hecho, si ves la portada del álbum sin el nombre, se sabe que es tuyo. ¿La estética es de la persona o del personaje? ¿Es de Fito o de Adolfo?
- Es mía. Mientras hablo contigo voy vestido así. Pero no sé en qué momento se quedó como tal. Yo soy así.
- Se unifican persona y personaje, entonces.
- Sí, sí. Esto no es como Alice Coooper o Kiss, que se caracterizan para actuar. Yo salgo así de casa y me subo así al escenario.
- Soldadito marinero, La casa por el tejado o Por la boca vive el pez se han convertido en canciones de conocimiento popular. ¿Dirías que en este disco hay algún tema candidato a correr la misma suerte?
- Es muy aventurado decirlo. Al ser nuevas, salen, la gente las hace suyas y son como una mochila en la que van metiendo experiencias. Será el público el que decida.