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'Hacia el bosque, las tormentas’ es el último trabajo de la vila-realense

Gema Quiles: "Mi pintura está en medio de una batalla, quiero experimentar"

3/06/2024 - 

CASTELLÓ. Unos jinetes que se enfrentan, dos figuras en una batalla, dos bodegones de fruta que son "trofeos" y una escena final donde varios personajes se sientan alrededor de una mesa redonda para hablar de la "negociación final". Gema Quiles ha dejado de huir con sus pinturas de un escenario hostil, para enfrentarse directamente a él. Hacia el bosque, las tormentas, cuya obra se expone en la galería Herrero de Tejada en Madrid hasta el 8 de junio, muestra un nuevo episodio en la obra de la artista vila-realense. Hasta ahora, sus cuadros eran un completo homenaje a la naturaleza. Todavía lo es. Pero donde antes había nubes y un sol, ahora también aparecen figuras con una paleta de color más gris. "Quiles ya no se encuentra escondida entre los setos observando la vida pasar. Los acontecimientos le han llevado a dar un paso hacia adelante y la acción le infunde valor, lucha y autoafirmación. Nos invita a conquistar algo que nos faltaba, el bosque", explica Victoria Rivers, en el texto que acompaña esta muestra. 

Por su parte, la artista asegura que lo que ahora le apetece es "experimentar". "Aunque no sé si llegará la calma o será la batalla de los cien años", afirma en una conversación con Castellón Plaza. Lo que es evidente es que la vila-realense no ha dejado de crear desde hace tres años y su "jardín" no deja de crecer. Fue a raíz de su participación en la décima edición de la Feria de Arte Contemporáneo de Castelló Marte que le surgió la posibilidad de exponer en la galería madrileña. Pero, previamente, ha llevado sus pinturas hasta diferentes espacios de Castellón y València, donde ahora también colabora en un proyecto del IVAM. 

En un momento en el que parece que su arte está despegando, preguntamos a la artista por este universo que ha creado y su visión de la profesión. 

-La naturaleza siempre ha sido el elemento principal de tus obras, pero ahora, también aparecen personas y, más que eso, el conflicto y la guerra. ¿Por qué este cambio?
-El caos aparece precisamente por meter la figura humana. Hasta ahora trabajaba en este lugar de refugio en la naturaleza, que estaba habitado por un personaje que no se veía. Realmente, temía enfrentarme a la figura humana porque supone un cambio muy importante cuando vas a pintar. Tiene mucha presencia y carácter. Me ahogaba un poco el tener que enfrentarme a ello. Por eso, al introducir una figura a mi lugar tranquilo, han ido surgiendo escenas con más crispación, se ha introducido también la violencia y el conflicto. Digamos que la temática no la buscaba, pero ha surgido así por introducir estos elementos nuevos.

-¿Crees que tus pinturas pueden volverse todavía más oscuras? ¿Temes que esto ocurra?
-No lo temo, creo que es parte de un proceso natural. Tampoco creo que se vuelva más oscura, igual más violenta sí, pero porque rompe con la forma natural de la pintura. Es decir, creo que se vuelve violenta por cuestiones pictóricas no tanto por temática. No creo que vaya hacia una zona oscura, sino, es más la propia pintura la que necesita ir modificando e ir moviéndose. Por eso han surgido nuevos conceptos. 

 -¿Y cómo artista, necesitabas también empezar a romper o a virar hacia otras direcciones?
-Sí. Siempre lo he dicho, mi pintura es muy lineal, muy continuista. Es como una especie de camino. Empecé analizando la naturaleza o este espacio que he creado con elementos muy básicos, como un sol o una nube, y de ahí ha ido evolucionando. Van apareciendo unos poquitos animales. Después hay un espacio que se puede visualizar. De repente aparecen unas sombras. Ahora aparecen unas figuras. Ese proceso de producción me sirve para poder ir avanzando. No sé hacia dónde se dirige o cuál será ese próximo paso, pero eso también hace que no tenga que estar pensando sobre qué voy a pintar o qué voy a hacer. Va saliendo solo. Ahora mismo estoy en medio de la batalla y tengo muchas ganas de seguir experimentando. Con las figuras han aparecido problemas que no tenía cuando estaba pintando solo nubecitas. Pero bueno, tal vez, después venga la calma.

-El bosque es el que enmarca toda la historia. ¿De dónde viene ese interés tan grande por la naturaleza?
-Me vino de la nada. Ya llevo tres años con ello, aunque para una carrera pictórica es nada. Pero, el paisaje como tal realmente no me ha interesado absolutamente nada, nunca. Es curioso porque para mí era lo contrario a mi interés. Cuando estaba en la carrera veía el pintar paisajes como lo fácil o lo aburrido. Pero me ha llevado hasta ahí el querer salir de la imagen fotográfica, de algo tan hecho y tan producido, y con tanta información. Hay tantos artistas, tantas imágenes, que esto ha provocado que de manera orgánica fuera a buscar algún lugar pacífico y tranquilo. De ahí, que fuera algo más natural. Durante la historia se ha recurrido mucho a la naturaleza precisamente para huir. En mi caso, huir no de la ciudad como tal, porque es como lo antagónico, pero sí un poco de la información, de la saturación. Antes la imagen fotográfica era muy importante para mi obra, pero me limitaba muchísimo porque no sentía que fuera yo misma o que fuera algo súper personal o súper propio lo que estaba haciendo.

Lucas de la Rubia 

-Has tenido la oportunidad de pasar por muchos proyectos y en diferentes ciudades, pero parece que todas estas experiencias no han alterado tu forma de reinterpretar la realidad. 
-Es que creo que cada uno tiene una forma o método de producir y eso se aprende con el tiempo. Te puede gustar más o menos, pero 
al final aprendes cuál es tu forma de producir para ser útil y para no torturarte también, o para poder seguir sin liarte o sin agobiarte mucho. A mí hacerlo de esa manera tan continuista me sirve porque si me proponen algún proyecto, puedo ir sacando y extrayendo ideas de lo que ya estoy haciendo. Por ejemplo, cuando me propusieron el año pasado hacer una exposición en la galería Volta y en Tuesday to Friday, estaba metida literalmente en el jardín. En ese momento lo que me interesaba era una visión más expandida de lo que era el paisaje y acotarlo a un paseo, y traté de trabajar desde ahí. Fue cómodo, porque no tuve que estar pensando en qué producir, sino en qué me estaba interesando dentro de mi zona y cómo podía extraer eso. 

Pero, también en el EACC pude experimentar y salirme de mi zona de confort. Tengo la cerámica muy presente en mi obra, pero no siempre tengo la oportunidad de trabajar con ella, por los tiempos o porque no encaja en el proyecto que me piden o porque tampoco para mí es el momento. Ahí pude hacerlo y estuvo muy guay. De repente no eran cuadros lo que creé, sino montañas de barro que también tienen que ver con lo que me interesa.

-Además del EACC, también has expuesto en Les Aules o en la muestra de arte TEST y la feria Marte. ¿Sientes que se está apostando por tu trabajo?
-Sí, la verdad. Realmente, quitando de alguna exposición en Madrid, casi todo lo he hecho en Valencia y Castellón. Artistas hay muchísimos; levantas una piedra y te sale uno. Entonces que tu propia provincia te ofrezca becas para producir, es algo que está muy bien. No hay que olvidar que al final esto es una competición y a nivel nacional hay muchísima gente. Por eso, lo lógico es que sea tu propia provincia la que te ofrezca medios y oportunidades, y de ahí poco a poco vayas haciendo camino. 

-¿Y ahora mismo en qué trabajas?
-Ahora mismísimo estoy en Piramidón, en una residencia de arte en Barcelona que me dieron el año pasado en Marte. También estoy terminando un proyecto para el Programa de Art i Context del IVAM, en el que seis artistas diseñamos una programación con actividades, encuentros y charlas, y que acabará con una exposición colectiva que tendrá lugar el año que viene. 

-¿Te imaginas en el futuro creando obras muy diferentes a las actuales? 
-Sí, es algo natural. Me hace mucha gracia pensar en cómo pintaba hace tres años. Veo una mancha verde y me digo a mí misma, ostras pues sí que ha cambiado. No sé cómo será dentro de tres años más, pero seguro que hay un cambio. También, entre las artistas hablamos mucho de cómo con los años te terminas estabilizando. No es lo mismo la primera etapa como artista, que tienes muchas ganas de experimentar, como cuando encuentras una temática o un tipo de producción que tienes ganas de explotar durante mucho tiempo. Entonces, no sé, lo lógico y lo que espero es que vaya evolucionando a más y que hayan cambios, pero nunca se sabe cuándo te obsesionas por algo. Ahora no sé si llegará la calma o será la batalla de los cien años.

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