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A MI MODO DE VER / OPINIÓN

Han sobrado prejuicios

Foto: TOMÀS MOYÀ/EP
3/07/2024 - 

Año a año se han venido dado alertas, se han propagado por doquier quejas y se han lanzado alarmas por parte de profesionales, expertos en las más variadas ciencias y empleos; los observatorios de la vivienda, amparados por Universidades, se han hecho presentes día a día y han sostenido un mensaje: en las ciudades más importantes de España no será posible alquilar o comprar un piso por los jóvenes que inicien el quehacer asociado a su independencia personal y profesional.

Poco a poco, las alertas han tomado el cuerpo de un clamor que ha traído consigo una catarata de informaciones sobre los precios de los alquileres, sobre el alcance de los salarios; a quien busque emanciparse solo le cabe alentar una expectativa: alquilar una habitación en un piso compartido. Hoy, cuando el clamor se está transformando en un grito indignado, ya no hay periódico, radio o telediario que no reitere que en 2006 se construyeron 650.000 pisos y en el pasado año solo 100.000. Esto es, se ha producido la situación que los expertos del más variado signo habían anunciado: no se cubren las necesidades de vivienda derivadas del crecimiento vegetativo de la población. Hasta nuestro Presidente en campaña electoral, alertado por la magnitud de esta carencia y su posible repercusión electoral, nos puso 183.000 pisos de vivienda asequible sobre la mesa de un día para otro: En Google tienen las declaraciones. ¿Cuántas grúas están operativas en esos lugares?

Me preguntó dónde ha estado el Centro de Investigaciones Sociológicas y el Dr. Tezanos, catedrático de Sociología. A partir de julio del 2018, momento en que asume este catedrático la dirección, ¿cuántas de las encuestas y estudios han venido anticipando el problema de la vivienda y han atendido la necesidad que hoy inunda y arrastra las familias? El último barómetro de la vivienda en la WWW del Cis es de abril-mayo de 2018, fecha anterior a la toma de posesión de este catedrático. El Sr. Tezanos de lo que no ha querido saber, no ha preguntado; aunque la calle grite, vocee y colapse el día a día. Pero el silencio del CIS y del Dr. Tezanos no ha sido el de todos. Me pregunto dónde están los informes cuatrimestrales que los observatorios de la vivienda han venido elaborando desde hace años. 

No se engañen: lo que no ha faltado es el punto de vista de las ciencias y de sus protagonistas; lo que ha sobrado es una estrategia partidista llena de prejuicios y que ha ignorado a todos cuantos se han pronunciado sobre el tema y no coincidían con el legislador. Las normas aprobadas no han contribuido a corregir la situación de carencia. Por el contrario, tal y como se predijo por unos y por otros, las normas aprobadas solo han contribuido a agudizar más el problema en Madrid y en Barcelona, en San Sebastíán y Valencia o Sevilla  y en otros muchos lugares de la piel de toro. Los informes de los observatorios han venido dando cuenta de la incidencia negativa de las leyes. Lean a los profes de la UPV. No es la falta de asesores, sino su desprecio por parte de los legisladores, lo que ha permitido sostener afirmaciones que los expertos contradicen unánimente y que han favorecido que, por ejemplo, la crisis social y económica, que  padece una importante parte de la población, se haya trasladado a los propietarios de una vivienda alquilada que tan pronto como logran recuperarla, la retiran del mercado del alquiler.

Dos personas observan los anuncios de viviendas en venta en una inmobiliaria. Foto: TOMÀS MOYÀ/EP

Un editorial del diario El País santificaba la nueva oficina creada hace días por el Sr. Presidente (¡Qué barata le ha salido la foto! ¡Cuántos lamentarán haber posado!) augurando algo que todos podemos compartir: “Que los científicos intervengan en el debate público solo puede mejorar las cosas”. Sabido es que los Ministerios tienen recursos variados para recabar las opiniones de nuestros científicos y expertos; es más, sabido es que las comisiones legislativas pueden invocar la presencia de cualquier científico o asociación relevante en el tema sobre el que se legislará. Lo que no sabemos es la razón que ha convertido en un lujo lo que venía constituyendo una necesidad básica de los ciudadanos: disponer de una vivienda. La ciudad de Valencia se empapeló con propaganda municipal instando a llamar a un teléfono para dejar constancia de que se precisaba una vivienda. Cuantos lo hicieron se sentirán burlados. 

Han sobrado prejuicios y faltado estudio de lo dicho por los expertos. Lo que hoy padecen miles de personas sí que merece un juicio público. No tenemos carencia de expertos, sino de políticos. La situación creada en torno a la vivienda y vivienda asequible es un  problema, pero es un síntoma de la pobreza de nuestro Parlamento. Una regeneración es precisa para corregir los prejuicios y alentar los proyectos que ayuden a los ciudadanos.

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