CASTELLÓ. Una de las promotoras castellonenses más activas antes del estallido de la burbuja inmobiliaria, Jardines de Castalia, encara la recta final del concurso de acreedores que solicitó hace ya casi una década y que finalizará con la extinción de la sociedad. Al menos así lo parece por las últimas novedades de este procedimiento concursal. Y es que con solo unos días de diferencia, la jueza de lo Mercantil nº1 de Castellón ha comunicado a los acreedores dos ofertas diferentes para la compra de diferentes activos de la empresa.
La más importante es la propuesta del en su día denominado banco malo, la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria que ha ofertado 4,38 millones de euros por 21 fincas registrales todavía propiedad de la promotora inmobiliaria. Tras la publicación este mismo viernes por parte del Boletín Oficial del Estado, otras compañías tienen diez días para presentar ofertas que mejoren el montante propuesto por la Sareb.
La otra oferta la ha presentado la mercantil Kepri 5 Gestión de Activos, que ha propuesto al administrador concursal de Jardines de Castalia, Federico Castellano, abonar 722.500 euros por el edificio inacabado que se alza en la esquina entre la avenida Harley Davidson y la del Serradal. Se trata del Residencial Mestral, cuyas obras están paralizadas gran cantidad de tiempo justo en la rotonda de acceso de la CS-22 al Grau.
Ahora, Kepri 5, que tiene su sede en la capital de la Plana y gestiona activos (fundamentalmente terrenos) en la ciudad y otros varios puntos de la provincia, pretende sumar este edificio, que se alza en una de las zonas por urbanizar que dejó en Castelló Jardines de Castalia tras su quiebra, en octubre de 2012, cuando contaba con proyectos de promoción inmobiliaria en las provincias de Castellón y Valencia, fundamentalmente de vivienda, pero también de naves industriales y locales comerciales. Sea esta propuesta u otra, ello desembocará por fin en la ejecución final del inmueble.
Con el dinero que obtenga por estos activos, la firma podrá hacer frente a parte de las deudas que dejó en el momento en el que cesó su actividad. Entre los acreedores figura, entre otros muchos, el Ayuntamiento de Castelló, que ha debido solicitar préstamos para urbanizar algunas de las unidades de ejecución en las que participaba la firma, como la que afecta al edificio del Grau y donde se ha alzado el parque Josefina López o la que se ubica en el entorno del grupo Perpetuo Socorro.