VALÈNCIA. El diablo, el demonio, el Maligno (sí, con mayúsculas) y lucifer son solo algunos de los nombres que recibe Satanás, el mayor dios del mal. Un personaje bíblico, fenómeno de masas al que le rodean miles de historias y leyendas, algunas de lo más espeluznantes. Un personaje que mueve masas, tiene “fans” y que se ha convertido en todo un icono de la cultura actual.
Pero… ¿Cuándo y cómo comienza realmente su historia?, ¿cuándo aparece por primera vez en la gran pantalla?, ¿qué conlleva ser satanista? Con motivo de resolver estos interrogantes, y otros tantos, el escritor, periodista y satantista Javier Cavanilles publica Satanismo. Historia del culto al mal (junto a la editorial Almuzara), una anti-biblia del mal en la que le saca los colores al mismísimo diablo.
En esta, estudia su historia, desde sus primeros pasajes en la biblia hasta su inclusión en el mundo de la música y el cine. Un libro de mesita de noche para todos aquellos adoradores de Satán y para todos aquellos cristianos que quieran conocer sus motivos para huir del mal. Tras presentar la obra en la librería Imperio, Cavanilles se presta a una entrevista en la que analiza alguno de los pasajes de su libro escrito desde la admiración y la curiosidad sobre la Sinagoga de Satán, aquella que “se convirtió en la religión de los amos del mundo”.
-Satanás es uno de los antagonistas de los que más se ha escrito e investigado, ¿cómo le das una relectura a este peculiar personaje?
-Para mí todos los libros que hablan sobre el demonio son bastante parecidos, o se centran mucho en el estudio del satanismo como una religión normal. Me interesa ir un paso más allá e investigar a fondo, comprenderlo desde un nuevo prisma y analizando su vida a modo de historieta. Satán es mucho más que gente con túnicas negras y los clichés que le rodean.
-Al principio del libro hablas del satanismo como una “religión normal”, ¿cómo la estudias?
-Sigue una evolución histórica que va desde la idea del satanismo hasta el hecho de creer en él, son fases que van conviviendo entre sí. El hecho de creer en satán pasa por su desacralización y por sus referencias religiosas, y conforme lo vas estudiando de forma histórica te das cuenta de que está mucho más presente en nuestras vidas de lo que creemos.
-¿Quién es Satanás dentro del mundo religioso?
-Se convierte en el antagonista de la historia. Forma una parte muy importante de la ideología cristiana en general, porque los grupos cristianos le temen enormemente porque desde siempre se piensa que las personas van al infierno, es una de las amenazas clásicas que forma parte de la ideología cristiana en general. Las religiones van evolucionando en la cultura, la política y la sociedad en parte por este antagonista.
-Su presencia hace que muchas personas quieran dedicarse al bien, aunque solo sea por el miedo a vivir en el infierno.
-Su existencia va de la mano con la religión, surge como algo antagónico que empuja a la creencia de que existe algo bueno. Satán es la respuesta a la pregunta de por qué existe el mal, la idea de su existencia es más fuerte que la de un Dios tan bondadoso y enrollado. Los creyentes al ver un Dios que es solo bondad necesitan una maldad que brille aún más. Al igual que en Star Wars, Luke Skywalker necesita a Darth Vader para tener un rival a su altura. En la historia tiene que haber un héroe y un villano, si no todo resulta muy aburrido,
-¿Cómo se convierte en el “dios” del mal?
-Hay una cuestión de morbo bastante importante en todo este tema. Cuando se le presenta en la cultura se le asocia con conceptos “del mal”. Se piensa que los caníbales son satanistas, que los satanistas hacen orgías y son adictos al sexo… Al final se convierte en un personaje al que se le echa la culpa por todo. Es muy fácil echarle la culpa a un ser imaginario por las cosas malas que nos suceden, aunque Satán no solo es el protagonista del mal, en realidad nos da miedo y nos fascina. El diablo nos viene genial para delegar la culpa.
-Pero llega un momento en el que da el salto de ser temido, a ser adorado, principalmente en el mundo de la cultura, ¿a qué se debe este cambio?
-Esto sucede cuando se empieza a desacralizar, cuando la Iglesia empieza a perder poder porque la imagen de Satanás es muy fuerte por sí sola. Ya está presente en la literatura y se le representa como una especie de rebelde sin causa pero con motivos. Se convierte en un ídolo de masas sin quererlo, en un símbolo de la rebeldía.
-En Satanismo. Historia del culto al mal hablas también de su “fenómeno social”, y de cómo los jóvenes comienzan a interesarse por el lado oscuro, los rituales y las bandas de música que se venden como satánicas.
-Para los jóvenes esto forma parte de una red de provocación y ruptura con lo tradicional. Hay bandas como Black Sabbath y Led Zeppelin que saben aprovechar esto… y ni hablemos del mítico Highway to Hell de AC/DC.
-Incluso destacas el caso de Raymond Belknap y James Vance, que en 1985 se suicidaron tras escuchar “repetidas veces” el disco de Judas Priest Stained Class, algo que escaló a un juicio en el que los padres culpaban a la banda de la muerte de sus hijos y donde le exigían al líder de la banda, Rob Halford, 6,5 millones de euros.
-Una cosa es que las bandas escribieran mensajes satánicos, otra muy diferente es que la gente se los creyera y se matara. La idea de que el diablo se esconde en la música y convierte a los jóvenes en satanistas surge porque se cree que “hay que salvarlos” de esa escena y esa estética tan peligrosa. Muchas veces su relación con Satán no iba más allá de la moda y de la estética.
-¿Qué imagen se tiene hoy en día del demonio?
-Hay millones de personas que creen que existe y que están seguras de que el mundo lo dirige una cámara de satanistas “progres” que beben la sangre de niños inocentes. Putin ha usado a Satán como propaganda política y hay muchos políticos a los que les conviene decir que hay una élite satanista que domina Occidente y que por eso nos vamos a la mierda.
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