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la recalificación de varios sectores obliga a solicitar una declaración de interés comunitario

La activación del Plan General aboca a empresas a pedir permisos especiales que avalen su actividad

Fotos: ANTONIO PRADAS

3/05/2022 - 

CASTELLÓ. La activación del Plan General de Castelló, cuya pieza Estructural entró en vigor el pasado mes de diciembre, empieza a tener sus primeras consecuencias en el sector industrial. La recalificación de algunas zonas del término municipal aboca a las empresas a solicitar permisos especiales con vistas a garantizar su supervivencia.

Es lo que ocurre, por ejemplo, con el Camí Pí Gros, que engloba el polígono de Fadrell. Con una extensión de 34.149 metros cuadrados, posee numerosas fábricas y naves. El ordenamiento urbano establece que deja de ser urbanizable para convertirse en rural común (rústico), lo que imposibilidad cualquier actividad manufacturera al privilegiarse las explotaciones forestales o ganaderas y la producción agropecuaria. 

A raíz de este cambio de uso, las mercantiles del entorno precisan un documento técnico que justifique su presencia en suelo no urbanizable. Se trata de la Declaración de Interés Comunitario (DIC), que la ley de ordenación del territorio, urbanismo y paisaje de la Comunitat Valenciana (Lotup) contempla en diferentes artículos y disposiciones. En este contexto, una de las últimas empresas del Camí Pí Gros en demandar la autorización especial corresponde a Maderas Farnós, que ocupa 9.358 metros cuadrados en dos parcelas, una de 7.606 m2 y otra de 1.752 m2.

Bajo índice de contaminación 

La mercantil, dedicada comercio al por mayor de madera, cuenta con unas instalaciones cuyo volumen alcanza los 32.555 m³. En el proyecto urbanístico de DIC, defiende la naturaleza de su actual emplazamiento, en vista de que "la actividad permite un desarrollo industrial de la zona sin prácticamente ningún impacto ni merma de recursos [...] por bajo índice de contaminación ambiental".

Del mismo modo, la compañía advierte que su persistencia no implica nuevas infraestructuras de abastecimiento, en tanto en cuanto aprovecha las ya existentes. Asimismo, la regulación contribuye a "mantener ocho puestos de trabajo", planteando la posibilidad de una ampliación de la plantilla en el futuro.

El Plan Estructural, uno de las dos instrumentos del planeamiento urbano de Castelló (el Plan de Ordenación Pormenorizada es el otro), prevé desarrollar hasta 10 sectores de suelo urbanizable residencial con una superficie de 1.221.392 metros cuadrados. Además, contempla otros siete de suelo urbanizable industrial, con una extensión de 2.159.334 metros cuadrados y seis sectores de suelo urbanizable terciario, con un total de 328.199 metros cuadrados. Por otro lado, se incrementa de manera exponencial el espacio protegido hasta llegar a los 50.636.361 metros cuadrados.

Aunque la recalificación de algunas zonas es una realidad desde hace meses, lo cierto es que para asegurar un crecimiento racional de la ciudad se hace necesaria la aprobación definitiva de la citada pieza Pormenorizada. Al respecto, tras avalarse en el último pleno del Ayuntamiento el documento con las alegaciones, ahora solo falta que la Comisión Ambiental Municipal emita un informe favorable para culminar la tramitación administrativa que arrancó en 2016. Un último paso que se espera finiquitar antes del verano.

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