La Cámara de Castellón prevé un 2020 con menos sobresaltos económicos, pero sin grandes alegrías

CASTELLÓ. La coyuntura económica en la provincia de Castellón prevista para el próximo año será muy similar a la que se ha dado en la segunda mitad del 2019, según los cálculos que maneja la Cámara de Comercio, cuyos máximos responsables entienden que no habrá recesión, pero sí estabilidad y contención de los actuales parámetros.

La exportación volverá a ser clave para la provincia y, sobre todo, el comportamiento de la industria azulejera, como así ha sido en el actual ejercicio, un periodo en el que la Cámara de Castellón prevé cerrar el año con más de 40.000 documentos legalizados y un 3% menos de certificaciones de origen. Pese a este ligero descenso, el año ha tenido dos partes muy diferenciadas que hacen pensar en la estabilización de la economía. Por un lado, el primer semestre de 2019, tal como señala el secretario general de la Cámara, Jesús Ramos, fue especialmente negativo, con casi un 25% menos de certificaciones, una merma que se ha podido corregir en la segunda mitad del año hasta alcanzar apenas el 3%.

Fruto de esta evolución, los responsables de la Cámara señalan que 2020 seguirá un comportamiento parecido al del presente ejercicio, pero ya sin este sobresalto inicial debido, entre otras circunstancias, a la certidumbre de un Brexit negociado y ya encauzado o el evidente tirón del mercado norteamericano, puesto que estos certificados de origen se dan para la exportación fuera del ámbito comunitario.

Pese al actual estado de desaceleración, la economía no corre riesgo de recesión, a tenor de los parámetros que baraja la Cámara de Castellón, que habla de una tendencia a la estabilidad de los balances.

En lo que concierne a la Cámara, el actual ejercicio económico para la entidad ha supuesto, además de una rebaja en el 3% en la expedición de certificados, un notable descenso en lo que concierne a ingresos que se prevé rondará a final de año entre el 7 y el 8%, aunque la contención del gasto ha hecho que el balance estimado para el 2019 acabe en superávit.

Por lo que respecta a los presupuestos anuales para el 2020, la Cámara ha presentado unas cuentas que el propio secretario general de la entidad ha calificado de "muy conservadoras", que sirvan para hacer frente a este contexto económico y dentro de los cánones de eficiencia que, desde 2012, viene desarrollando la institución.  Así, para el próximo año, la Cámara contempla una reducción del gasto que superaría los 200.000 euros, con una merma de ingresos por igual cantidad.

Por otro lado, en materia de personal, las cuentas de la Cámara -que a día de hoy tiene una plantilla de 44 empleados- no sufrirá cambios sustanciales con respecto al balance del presente ejercicio, si exceptuamos la asignación extraordinaria que se ha dado en parte de los trabajadores y a los que aún se le debía el 10% de la parte retenida de las retribuciones durante los peores años de la crisis.

Esta contención en los presupuestos del 2020 se repite en cuanto a la llegada de subvenciones o los ingresos como contraprestación de sus correspondientes servicios, principal sustento de la Cámara una vez que se suprimió el sistema de cuotas a las empresas a raíz de lo que estipula la nueva ley que regula estas corporaciones de derecho público.