El ITC analiza qué tecnologías de captura de CO2 podrían ser aplicadas a la fabricación cerámica

La captura de emisiones en la cerámica: una vía aún "complicada" para descarbonizar la industria

21/06/2023 - 

CASTELLÓ. La descarbonización de la industria cerámica es sin duda uno de los grandes retos que afronta actualmente el sector. Aunque por el momento no existe un vector energético alternativo y viable que pueda sustituir al gas natural en el proceso de fabricación cerámica, los esfuerzos investigadores siguen centrados en encontrar fórmulas que permitan reducir las emisiones de C02 de esta industria. Y es que según los datos del último informe sobre emisiones emitido por la Conselleria de Emergencia Climática y Transición Ecológica, el sector emitió a la atmósfera más de 3,1 millones de toneladas de CO2.

Mucho se ha hablado en los últimos tiempos de alternativas al gas como la electricidad, el hidrógeno verde, el biometano o el biogás, pero desde el sector insisten en que ninguna de estas energías podría aplicarse en el corto plazo. Pero más allá del vector energético, existe otra tecnología enfocada a reducir las emisiones de las industrias que a día de hoy no pueden descarbonizarse. Se trata de la captura de emisiones de C02, pero ¿es aplicable esta vía para el sector cerámico?


La Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer) encargó un informe que concluía que la implantación de una tecnología de captura de CO2 en la industria española de baldosas cerámicas resulta inviable actualmente porque el sector emite unas corrientes de gases con una concentración de CO2 entre el 1% y el 4% y por el momento no existe una tecnología desarrollada comercialmente para ese rango de concentraciones. Capturar el CO2 a concentraciones de un 3-5% es posible, pero a un coste muy elevado. La mayoría de los sistemas a nivel comercial, y en fase de demostración, operan con concentraciones por encima del 5-10%.

Conseguir una tecnología adaptada requeriría "un aumento del coste considerable" según el citado informe, debido a que sería necesario aumentar la concentración de CO2 en las corrientes de gases a niveles adecuados para las tecnologías disponibles, también habría que eliminar de las corrientes de gases ciertos componentes que no son compatibles con las tecnologías disponibles y además, sería necesario implantar tecnologías por debajo de la escala recomendada debido al tamaño de las empresas del sector.

El ITC estudia la viabilidad para la cerámica

Para dar respuesta a estos problemas, el Instituto de Tecnología Cerámica se encuentra precisamente inmerso en un proyecto que analiza las tecnologías de captura de emisiones que podrían ser aplicadas a las fábricas del clúster cerámico. "El problema de la captura de C02 en las emisiones del sector es que éste se encuentra muy diluido", explica la investigadora del ITC y responsable del proyecto, Ana Mezquita

El proyecto Capturo2 contempla la caracterización de corrientes gaseosas de varias instalaciones industriales de la provincia para conocer la cantidad de COemitida, qué otros compuestos están presentes y definir a partir de los resultados obtenidos cuáles son las condiciones más favorables para la captura. "Es importante conocer qué otros componentes acompañan al C02 porque en algunos casos pueden invalidar la captura", explica Mezquita. El proyecto consistiría de dos fases, una primera etapa de concentración de c02 a través de unas membranas poliméricas. Y una segunda etapa de captura que se produciría por absorción o adsorción, algo que todavía no está definido.

Y es que el proyecto, que finalizará en septiembre, todavía se encuentra en una fase preliminar donde se están llevando a cabo pruebas en laboratorio para analizar si la tecnología es viable y podría escalarse. Según detallan desde el ITC, "las empresas del sector muestran interés en este tipo de investigaciones pero con cautela porqué prefieren esperar a que se obtengan resultados más concluyentes". 

Desde el ITC esperan que el IVACE renueve la financiación para poder continuar con la investigación el año que viene. Esta segunda fase permitiría llevar a la práctica esta tecnología en un pequeño prototipo, algo que es fundamental porqué según explica Mezquita, "hay veces que algo funciona en el laboratorio pero luego hay que probarlo en un entorno industrial".