BOLONIA / ENVIADO ESPECIAL. La Diputación de Castellón se plantea una nueva reducción de la recaudación del Impuesto de Actividades Económicas a las industrias azulejeras. La presidenta Marta Barrachina ve "muy probable" que la institución vuelva a aplicar esta medida para tratar de aportar algo de oxígeno a la principal industria castellonense, aunque reconoce que supondría una ayuda "muy irrisoria" en comparación con la situación que vive el sector, lastrado en los últimos años por la crisis del gas y ahora por la falta de demanda y la competencia foránea.
Así se ha expresado Barrachina durante su visita a la 40ª edición de Cersaie, donde además ha expresado la voluntad de seguir reivindicando a Madrid, "de la mano del sector", las ayudas del Estado que puedan aportar algo de liquidez a los fabricantes de cerámica y de fritas y esmaltes. No en vano, en su recorrido por los diferentes stands de ambas ramas industriales castellonenses en Bologna Fiere, Barrachina ha constatado su "preocupación por la falta de ayudas", algo que las empresas necesitan "para volver a ser competitivas".
Junto al diputado de Promoción Cerámica, Vicente Pallarés, y en su primer viaje internacional, la presidenta de la institución provincial ha mostrado su respaldo a un sector que representa el 19,7% del PIB industrial de la Comunitat Valenciana y más del 23% del total del PIB de la provincia de Castellón, según datos del año 2021.
Barrachina ha agradecido el anuncio del president de la Generalitat, Carlos Mazón, sobre las bonificaciones en los créditos del IVF al sector y se ha mostrado orgullosa "por la cantidad de empresas de Castellón que desde Bolonia se asoman al mundo" y de la "innovación y el trabajo del sector".
Preguntada por el hecho de que cada vez más empresas azulejeras castellonenses pasen a manos extranjeras -la última Baldocer, en una operación adelantada por Plaza Cerámica-, la presidenta provincial ha afirmado que le "duele que capital español se pierda, pero cuando llega capital extranjero es señal de que algo estamos haciendo bien". Eso sí, ha reconocido que, en este y otros casos, "preferiría que siguiera siendo capital español".