CASTELLÓ. La nueva configuración de la corporación municipal en el Ayuntamiento de Castelló obligará a redistribuir las dependencias municipales para albergar al portavoz de Vox, Luciano Ferrer, que entra en la oposición. Además, el número de concejales del equipo de gobierno sube de 11 a 15, por lo que también se tendrán que buscar nuevos espacios de trabajo. Se aprovechará el verano para realizar las reformas necesarias, según ha precisado el portavoz del gobierno municipal, Rafa Simó.
De momento, no se ha definido cómo quedarán redistribuidos los despachos de cada grupo, pero la idea es que la tercera planta del edificio consistorial se reserve a la oposición -PP, Ciudadanos y Vox-. Una de las opciones que se barajan es ubicar al concejal de la formación de extrema derecha en la oficina que ahora ocupa CCOO.
"Este ayuntamiento se nos está quedando pequeño para todos los grupos que tenemos", ironiza Simó, quien ha explicado que la alcaldesa Amparo Marco ha hablado con los grupos municipales para tratar este asunto. "Son conscientes de que los espacios de algunos de ellos tendrán que modificarse", apunta el portavoz.
Así, el peso de cada grupo en el Ayuntamiento podrá medirse también en metros cuadrados. "El PP ha perdido un concejal y no sé si eso conllevará que pierda algo de esapacio o no; Ciudadanos se queda con los mismos, la lógica dice que mantenga un espacio, si no el mismo, similar al que tenía; y el gobierno sube en regidores y habrá que hacer hueco para tener un espacio digno de trabajo", ha explicado Simó.
En este sentido, ha señalado que el Ayuntamiento cuenta con diferentes edificios, por lo que se está "repensando" la ubicación de los concejales del equipo de gobierno. "Queremos que todo el mundo esté a gusto y pueda hacer su faena de la mejor manera posible", concluye.