La hostelería castellonense cumple y echa el cierre a las 17.00 horas, pero anuncia movilizaciones
La hostelería castellonense cumple y echa el cierre a las 17.00 horas, pero anuncia movilizaciones
Fotos: ANTONIO PRADAS
CASTELLÓ. "La maleza es gorda". Este es el resumen que se puede hacer de las nuevas restricciones para el sector hostelero que entraron en vigor este jueves y que, como punto más destacado, les obliga a cerrar a las 17.00 horas. Las palabras son del presidente de la Asociación de hosteleros de la provincia de Castellón (Ashocas), Álvaro Amores.
No es para menos. Sin posibilidad del servicio de cenas, el golpe puede ser insoportable para muchas empresas. Por eso desde Ashocas no cejan en su empeño de solicitar un plan de ayudas que les ayude a superar la situación. "Estamos de acuerdo en cumplir para reducir la incidencia del coronavirus, sí, pero con ayudas", señala Amores.
No en vano, muchas empresas pueden "morir de hambre" en un periodo con nuevas restricciones (las mesas también tienen que ser como máximo de cuatro personas) y que no está definido. "Nos están arruinando, y hay miles de familias en la provincia que dependen de este sector", señala Amores.
La hostelería castellonense cumple y echa el cierre a las 17.00 horas, pero anuncia movilizaciones
No es el único que se muestra tajante en este sentido. Otro de los empresarios de referencia en la hostelería castellonense, José Romero, gerente del grupo La Guindilla, reconoce que las medidas pueden conllevar despidos: "Habrá quien tenga que echar gente a la calle; como mínimo, deberá reducir a media jornada el horario de todos los trabajadores, e incluso dar vacaciones en el mes de enero".
Y eso si las medidas se circunscriben solo al primer mes del año. "Va a suponer, evidentemente, una reducción brutal de ingresos. Enero todos sabemos que se salva gracias a la primera semana, y después a tratar de mantenerte como puedas. Si sacabas para pagar gastos, ahora te tocará poner dinero", concluye el empresario castellonense.
En resumen, una situación complicada para un sector que es todo un pilar de la economía castellonense y que puede derivar en un efecto contagio para el resto de la actividad.