CASTELLÓ. El abandono de los principales socios de la histórica cooperativa Nulexport complica el futuro de la entidad. Según ha podido constatar Castellón Plaza, son varios los citricultores que ya se han dado de baja de la entidad y algunos con campos "de más de 100 hanegadas", señala uno de los que ya ha abandonado la firma nulense.
Esto puede suponer un duro golpe a la línea de flotación de la compañía, sobre todo si no logra detener la hemorragia. Y, en este sentido, no parece que la asamblea de socios que este viernes ha celebrado la entidad vaya a ayudar demasiado. De hecho, tras no presentar el estado de las cuentas en la primera reunión asamblearia que celebró hace un mes, en la nueva cita la nueva junta rectora tampoco ha clarificado la situación, según han detallado a este diario varios de los asistentes.
Esto solo hizo que agravar el enfado de los socios, que se mostraron muy tensos en la asamblea, en la que hubo reproches por los ingresos que venía cobrando la dirección de la cooperativa. En la reunión, los nuevos rectores tampoco explicaron su plan de viabilidad para reflotar una firma que en la campaña que ahora acaba no ha liquidado ni un céntimo a sus asociados y se limitaron a señalar que la clave de la viabilidad se basa en encontrar compradores para exportar su producción.
En este sentido, la nueva junta rectora (a la que este viernes se aprobó la incorporación de dos nuevos integrantes y que ha pasado a presidir Vicente Vicent en lugar de Manuel Mezquita, ahora vicepresidente), apuntó que están a la espera de recibir respuesta por parte de varias firmas para trazar alianzas de comercialización y colaboración con ellas, de forma que Nulexport pueda dar salida a su fruta. Pero nadie de la junta aportó ningún nombre de con quien se habían abierto negociaciones, como tampoco ninguna otra estrategia de futuro, lo que solo hizo que incrementar la desesperación de los socios.
La permanencia de los agricultores en la firma se basa así en su buena voluntad y en su confianza respecto a la gestión de la nueva junta, de ocho componentes, que no quiso atender las llamadas de este diario. De ahí la preocupación de los citricultores respecto al hecho de que continúe la fuga de socios, que eran unos 500 hasta esta temporada.
Y es que, aunque los asociados que han abandonado la entidad lo han hecho, de momento, sin recuperar el capital inicial que aportaron a la firma para integrarse en ella -lo que ha evitado la descapitalización total de la cooperativa y por ende su desaparición automática-, de continuar la sangría de citricultores, Nulexport, que en su mejor época llegó a manipular 50.000 toneladas de naranja, podría quedar sin tamaño suficiente para garantizar su viabilidad. Algo que no parece estar muy lejano, dado que la sociedad está concebida, y así es la maquinaria de que dispone para trabajar, como una gran compañía citrícola.
En la vertiente contraria, la pérdida de un volumen de tonelaje asumible haría más fácil que pudiese situar su producción en el mercado, casi en su totalidad clemenules. Pero la reestructuración de la compañía parece cada día que pasa más complicada.