CASTELLÓ. La campaña citrícola ha entrado en una espiral peligrosa, sobre todo en lo que se refiere a las naranjas. Aunque las mandarinas y clementinas vienen registrando cotizaciones aceptables, algo lógico dada la caída de producción, las naranjas viven una situación alarmante. No en vano, tras una campaña ruinosa de navelinas (las naranjas de la primera parte de la temporada), han contagiado los bajos precios a las navel en el inicio de su recolección.
El presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), Cristóbal Aguado, señala que en la campaña de navelina (para las que el aforo oficial de la conselleria estimaba una producción de 656.834 toneladas) las cotizaciones habituales se han movido en el entorno de los ocho céntimos por kilo, "y cuesta 24 producirlas". Estas pérdidas de 16 céntimos por kilo provocarán que los preparativos de la próxima campaña tengan "un ahorro draconiano" en el abono y el riego, pero pueden desembocar además en un mayor abandono de tierras en un sector primario valenciano ya muy castigado.
La propia conselleria de Agricultura, en su último informe de situación de la campaña, fechado el 30 de diciembre, pero actualizado con datos de este mismo miércoles 12 de enero, señala que las cotizaciones de navelina en diciembre han ido a la baja y "han sido netamente inferiores a las dos campañas anteriores en las tres provincias". Sus precios iban de 0,11 a 0,15 euros el kilo, mientras el último boletín de la Lonja de Cítricos sí los sitúa entre 0,07 y 0,14 €/Kg. Según los técnicos de Conselleria, esto se debe a "la menor demanda en los mercados europeos, la competencia de las producciones de terceros países y los problemas de calibre".
Y lo peor del asunto es que, en el inicio de la recolección de las navel de media temporada y las tardías (que todavía tardarán un poco), los precios no remontan. Así, la conselleria señala que las cotizaciones de la variedad washington navel varían de 0,11 a 0,15 €/Kg, "claramente inferiores" a las dos campañas anteriores. En cuanto a la Lonja, sitúa la horquilla de la navel de 0,12 a 0,19. Estas cotizaciones están 9 céntimos por debajo de las del año pasado a estas alturas, lo que indica claramente en qué situación se encuentra la campaña.
Con estos precios, los agricultores "se resisten a vender", asegura Aguado, y ello a pesar de que están "desesperados". No en vano, estas naranjas constituyen el grueso de la campaña, ya que suman más de 700.000 toneladas, según el aforo autonómico.
Por todo ello, el presidente de AVA-Asaja pide la creación de una "comisión parlamentaria" que investigue "qué está pasando con el sector citrícola". Y es que los bajos precios en el campo están motivando la llegada de fondos inversores a las empresas comercializadoras.
En el análisis de la situación del campo valenciano, y con el fin de revitalizar el sector citrícola, el dirigente agrario lanza además otra demanda: cubrir los campos de las variedades híbridas de clementinas, dado que con la polinización cruzada provocan la aparición de semillas en las variedades tradicionales. Este fenómeno, conocido como pinyolá, perjudica la salida comercial de la fruta. Por eso, Aguado pide "un plan a tres años" para que los propietarios de campos con variedades híbridas que no estén cubiertos con mallas tengan "consecuencias jurídicas". Ahí concurre además la circunstancia de que estas variedades tienen royalties y sus propietarios suelen ser grandes empresarios citrícolas e incluso las compañías comercializadoras.