el proyecto permanece encallado en el ministerio de hacienda desde febrero de 2020

La reforma integral del Caminàs de Castelló cumple un año en 'stand-by' a la espera de su reactivación

7/02/2021 - 

CASTELLÓ. La reforma integral del Camí Caminàs va camino de cumplir año en stand-by. Desde que el Ayuntamiento de Castelló desbloqueara el proyecto el 29 de febrero de 2020 al anunciar el pago de las tasas de ocupación de la vía pecuaria, no ha vuelto a haber ninguna novedad, ni tampoco avance, más allá de que la ejecución se encuentra en revisión por parte del Ministerio de Hacienda al objeto de garantizar su inclusión en el paquete de actuaciones que debe recibir cofinanciación a través de los fondos Feder. En teoría, y teniendo en cuenta que en la convocatoria anterior ya obtuvo el beneplácito de Europa, la aprobación no tendría que demorarse tanto. De hecho, las previsiones más optimistas del Acord de Fadrell eran que incluso en septiembre pasado la confirmación hubiese permitido programar un calendario real acerca de la licitación, adjudicación e inicio de las obras.

Sin embargo, la realidad es que ahora mismo nadie en el equipo de gobierno se atreve a hablar de plazos pese a que la remodelación de la vereda se consideraba una prioridad al final de la pasada legislatura. La alcaldesa, Amparo Marco, acompañada por el entonces concejal de Ordenación del Territorio, Rafa Simó, presentó la actuación el 24 de octubre de 2018 como una de las grandes transformaciones para la ciudad. Sin ir más lejos, la munícipe anunció que el Ministerio ya había validado la financiación de la remodelación a través de dos operaciones Edusi: la malla ciclopeatonal (un millón de de euros) y la vía verde para la conexión de las ermitas adyacentes y la mejora de su entorno (3,2 millones de euros).

Primer semestre de 2019

El proyecto, redactado, se preveía sacar a concurso público en noviembre o diciembre con el objetivo de arrancar la intervención en el primer semestre de 2019, con un periodo de ejecución de 10 meses desde la firma del acta de comprobación de replanteo. Dicho de otra manera, desde la verificación por parte de la empresa adjudicataria de la disponibilidad de los terrenos.

Y es precisamente en este paso donde surgió el gran obstáculo que echó por tierra la hoja de ruta diseñada. La Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, propietaria del Caminàs, reclamó el pago de dos aranceles por la ocupación temporal y la concesión demanial (9.980 euros y 7.573,59 euros, respectivamente). Esos cánones provocaron un litigio entre las administraciones, hasta el punto que el consistorio, ante el peligro de perder la subvención de Europa, tuvo que redistribuir los fondos Edusi en otros proyectos (reforma del Camí La Plana y la construcción de nuevos carriles bici) al no poder acreditar los primeros trabajos del Caminàs antes de finalizar 2019.

Ese tira y afloja acabó en un condicionado acuerdo en febrero de 2020. Para evitar que la actuación terminara olvidada en un cajón, el Ayuntamiento aprobó en una junta de gobierno el desembolso de las tasas reclamadas, pero condicionado a que en el futuro reclamara su devolución a la Conselleria al entender que la legislación le ampara con vistas a que sea la propia Generalitat la que corra con los gastos de la ocupación de la vereda, como ha ocurrido con anterioridad con otras actuaciones similares.

El pago de los tributos despejó el camino para por fin comenzar toda la tramitación administrativa (entiéndase licitación) antes de iniciar la obra civil. El último y definitivo paso ya dependía exclusivamente del Ministerio de Hacienda, confirmando la inclusión del proyecto en la convocatoria de los fondos Feder, lo que todavía no ha sucedido un año después de resolverse el pulso técnico entre administraciones públicas.

La remodelación del Caminàs supone potenciar el uso social de 4,8 kilómetros y otros dos kilómetros más de pistas adyacentes, como Vinamargo o el Camino Viejo del Mar. Entre las mejoras se incluye la creación de un carril bici y paseo peatonal entre la ermita de San Jaime de Fadrell y la basílica del Lledó. Como consecuencia, se prevé modernizar la red de drenaje, instalar mobiliario urbano adaptado al objetivo de promover su uso social e incorporar señalización para poner en valor el patrimonio cultural existente. Del mismo modo, se potencia y recupera el entorno de las distintas ermitas a lo largo del recorrido.

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