Fotos: TONI LOSAS
VILA-REAL. La residencia de mayores Virgen de Gracia de Vila-real se ha convertido en uno de los puntos negros de la provincia por un brote de coronavirus que ha provocado ya el fallecimiento de cinco de sus internos, además de otros tantos positivos que son atendidos por personal sanitario de refuerzo llegados del Hospital de la Plana, como son dos médicos y varios enfermeros. El estado de estos contagiados, en algún caso, preocupa especialmente debido a que se trata de un grupo de riesgo al arrastrar problemas previos de salud y que los hacen especialmente vulnerables a la enfermedad.
La situación en esta residencia ha llenado de inquietud a toda la población de Vila-real que, animados por las propias autoridades locales, dedicaron su aplauso y reconocimiento diario desde los balcones a los residentes y a los sanitarios que les asisten en este centro, dependiente de la Conselleria de Bienestar Social y que cuenta aproximadamente con un centenar de internos.
Coincidiendo con la hora de este reconocimiento desde los domicilios, una caravana de vehículos policiales se personaron en las proximidades de la residencia, junto a miembros de Cruz Roja, Protección Civil y con la presencia del alcalde de la ciudad, José Benlloch, para arropar a los profesionales del centro y a los propios residentes, que respondieron a la acción con el saludo y el agradecimiento por el gesto.
La complicada situación por la que atraviesa el centro obligó a Sanidad a intervenir y reforzar las medidas para contener la propagación del coronavirus, para lo que se ha contado con la presencia de médicos, enfermeros, además de las tareas de desinfección de las instalaciones y accesos a cargo de la Unidad Militar de Emergencias (UME).