CASTELLÓ. Gestos sencillos como ampliar los metros de carril bici, instalar puntos de recarga para vehículos eléctricos o cambiar por LED las bombillas de las farolas de una calle contribuyen a ampliar la huella verde urbana. En Castelló, estas intervenciones ejecutadas ya con la cofinanciación de los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (Feder), ponen la directa hacia una economía baja en carbono capaz de convertir el asfalto en un espacio más amable y saludable.
Hasta 7.850 toneladas de dióxido de carbono (CO2) menos al año es lo que prevé ahorrarle la capital de la Plana a la atmósfera con la puesta en marcha de los proyectos europeos. Este es el mapa por las actuaciones de perfil verde que salpican ya el escenario castellonense y que, a juicio de la alcaldesa Amparo Marco perfilan una ciudad con "pluses palpables en materia de sostenibilidad".
En el marco de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado (Edusi), Castelló ha ampliado la red de carriles bici en casi 10 kilómetros. A los primeros 5 Kms desplegados en la avenida Casalduch, Ciudad del Transporte y Gran Vía hace ya algo más de dos años, se acaba de incorporar el más reciente de la calle Músico Pascual Asensio -activo desde este verano- y los casi 4 kilómetros de corredor verde ciclopeatonal desplegado en el renovado Camí La Plana.
Toda esta nueva red de vías ciclistas reducirá en más de 310 toneladas las emisiones de gases de efecto invernadero, según los indicadores que recogen los estudios técnicos. "Tenemos una ciudad idónea para este tipo de movilidad alternativa y limpia, sin distancias largas, cómoda, accesible y con infraestructuras y proyectos, muchos materializados con inversión europea, que facilitan esta forma de desplazarse por la ciudad", explica la alcaldesa.
A respirar un aire más limpio contribuye también otro de los proyectos con financiación proveniente de Bruselas y que apuesta por una economía baja en carbono: la renovación de la flota municipal de vehículos con 19 nuevos turismos, furgonetas y ciclomotores 100% eléctricos y de bajas emisiones. Estos evitarán la emisión de 25 toneladas de CO2 al año.
También la instalación de cinco puntos de recarga para vehículos eléctricos, que se ubicarán en la travesía Benifassar, en la tenencia de Alcaldía del Grau, en la esquina de la calle Río Sella con avenida Chatellerault y en las calles Gaibiel y Río de la Plata contribuirán a que los castellonenses respiren un aire más limpio.
Eso sí, el principal guiño castellonense al planeta llega con la sustitución con tecnología LED de la totalidad del alumbrado urbano: alrededor de 25.500 puntos de luz en sendas operaciones cofinanciadas por Feder, una de Edusi (1.400 luminarias y 1 millón de inversión) y otra gestionada por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (Idae) que, con un presupuesto de 10,5 millones sustituirá por LED 24.000 farolas en los seis distritos.
En total, esta doble intervención liberará a la atmósfera de 7.500 toneladas de dióxido de carbono y mejorará la eficiencia lumínica. Renovar esta cantidad de luminarias equivale a plantar en torno a 300.000 árboles, indican desde Ferrovial, una de las empresas encargadas de la operación del Idae.
Se une a esta inversión europea con impacto verde la apuesta por el transporte colectivo en Castelló, potenciando el uso del bus urbano gracias a las plataformas que mejoran la accesibilidad y seguridad de las paradas; o la emergencia de nuevos espacios verdes que invitan al paseo y al deporte al aire libre, como es el propio Camí La Plana o el renovado parque de La Panderola del Grau.
