CASTELLÓN. La campaña citrícola continúa siendo un auténtico desastre y la única medida planteada hasta la fecha para los productores, la ayuda para la retirada de fruta, es un claro fracaso, según denuncia la Unió de Llauradors. A escasos días para concluir el periodo de solicitud (el 31 de marzo) solo el 39% del volumen previsto ha solicitado la retirada. Es decir, de las 50.000 toneladas que incluyó el Ministerio de Agricultura en el paquete, únicamente se ha pedido la retirada de 19,3 millones de kilos a fecha de 3 marzo. De esa cantidad, el 42% lo ha solicitado Andalucía y el 37% la Comunitat Valenciana, donde tan solo una pequeña parte de la producción que se quedó en el árbol ha podido entrar en la medida impulsada por el Gobierno.
Desde la Unió destacan que han sido muy críticos desde el primer momento respecto al hecho de que el sector se haya podido conformar con esta única medida para compensar unas pérdidas para los productores que solo en la Comunitat Valenciana son superiores a los 240 millones de euros. En este sentido desde la organización agraria consideran que la medida era y es totalmente insuficiente, que no sería útil porque se aprobaba tarde y que no llegaría de forma directa a los agricultores, tal y como lamentablemente así ha ocurrido.
En este sentido, desde la Unió critican que las organizaciones que conforman Intercitrus (Asaja, COAG, UPA, las cooperativas y el Comité de Gestión Cítricos) han perdido una oportunidad de oro para haber impulsado medidas a través de la interprofesional que hubiesen evitado o, en el peor de los casos minimizado, la grave situación por la que ahora atraviesan las personas que se dedican a la citricultura.
Este jueves el ministro de Agricultura, Luis Planas, recibe a una parte del sector, representado a través de Intercitrus, que no ha hecho ninguna propuesta en diez años de letargo para su mejora, mientras que la Unió presentará propuestas serias al secretario general del Ministerio en una reunión posterior, ante el absurdo veto de las tres organizaciones agrarias Asaja, Coag y Upa a la Unió para que forme parte de Intercitrus.
Estas mismas organizaciones que componen la interprofesional citrícola -y que vetaron en 2009 el ingreso de la Unió-, deberían saber, en opinión de los representantes de la Unió, que además de realizar campañas para difundir y promocionar las producciones de cítricos, hay otras finalidades que la Ley reguladora de las Organizaciones Interprofesiones Agroalimentarias permite, como la realización de estudios para orientar la campaña; promover medidas para regular la oferta; realizar informes sobre precios que permitan tener una referencia a la hora de llevar a cabo la venta por parte de los productores.
Así, a juicio de la Unió, si Intercitrus hubiese cumplido con sus objetivos, se podría haber conseguido fijar la fecha de inicio y finalización de recolección de cada una de las variedades de mandarina y naranjas para su comercialización en fresco, en función de la oferta y la demanda, para que llegasen al mercado con las mejores condiciones organolépticas posibles. Asimismo, también se podría haber revisado los requisitos de calidad, madurez o calibre en base a los estudios sobre aforos y calidades previstas con la intención de ofrecer los productos de máxima calidad posible a los consumidores, y regular de forma ordenada los destinos cítricos a consumo en fresco o a industria con la intención de maximizar los precios recibidos por los agricultores. En opinión de la Unió, también se podría haber establecido, antes del inicio de la campaña, el sistema comunitario de retirada de fruta para ayudar a regular la oferta y conseguir mejores precios para las personas citricultoras.
Por ello, el secretario general de la Unió, Carles Peris, cree que una vez más Intercitrus no ha dado la talla: "Podríamos tener un instrumento que sirviera para ordenar el mercado, como por ejemplo establecer el sistema de retiradas de cítricos en tiempo y forma, pero se comprueba otra vez que los miembros que se sientan a su mesa no defienden como sería deseable los intereses de los citricultores y siguen mirándose el ombligo".