MADRID (EP). Un año después de que el embajador de Argelia en España fuera llamado a consultas en respuesta al apoyo del Gobierno al plan de autonomía marroquí para el Sáhara, Argel no afloja en su pulso. Con las exportaciones reducidas al mínimo, las empresas españolas con intereses en el país magrebí están siendo las grandes perjudicadas, de ahí el que el Ejecutivo esté viendo con Bruselas la posibilidad de brindarles algún tipo de ayuda.
Menos de 48 horas después de que Marruecos diera a conocer el contenido de la carta del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al rey Mohamed VI en la que sostenía que el plan de autonomía era "la base más seria, creíble y realista" para resolver el conflicto del Sáhara, Argel retiró a su embajador en Madrid, sin que haya regresado.
Tres meses después, tras comprobar que el Gobierno no iba a dar marcha atrás en lo que Argelia definió como "segunda traición histórica" a los saharauis, pese a las críticas tanto de sus socios como de la oposición, el presidente argelino, Abdelmayid Tebune, dio un paso más, suspendiendo el Tratado de Amistad.
Este gesto vino acompañado por el anuncio por parte de la Asociación Profesional de Bancos y Entidades Financieras (Abef) de la congelación de las operaciones bancarias vinculadas con las exportaciones e importaciones con España. La medida fue posteriormente revertida, al menos de forma pública, si bien los empresarios han seguido quejándose de problemas en sus transacciones y operaciones.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, reconoció a principios de año que aún había problemas con algunas operaciones comerciales y que cuando esto ocurría el Gobierno se lo notificaba a la Comisión Europea, dado que las competencias comerciales están cedidas a Bruselas.
Al día siguiente de que Argel dejara en suspenso el Tratado de Amistad, fue el propio Albares el que viajó a Bruselas para analizar con la Comisión Europea las implicaciones que tenía la medida tanto a nivel nacional como europeo y si era posible llevar a cabo algún tipo de actuación en base al acuerdo existente entre el bloque y el país magrebí.
Hasta la fecha, Bruselas no ha emprendido sin embargo ninguna acción, si bien desde la Comisión Europea se ha dejado claro que no se quedarán de brazos cruzados ante "cualquier tipo de medida aplicada contra un Estado miembro" y aseguran que las problemas detectados por España son trasladados de forma inmediata a Argel.
Entretanto, desde el Gobierno se insiste en la mano tendida hacia Argelia y se repite una y otra vez que es un suministrador fiable y que siempre cumple con sus contratos. Asimismo, tanto Sánchez como Albares han dejado claro la voluntad de tener la mejor de las relaciones con Argelia, en el mismo plano que la que existe con otros países vecinos, incluido Marruecos, "basada en el respeto mutuo, en el beneficio mutuo y la no injerencia en asuntos internos".
Sin embargo, las consecuencias de la crisis en el plano comercial son más que palpables. Las exportaciones sufrieron una caída generalizada en todos los sectores a partir de junio, cuando comenzaron las medidas restrictivas, alcanzando el 93% el pasado diciembre, según datos oficiales de Aduanas y difundidos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
El último mes de 2022 hubo tan solo 10,8 millones de euros de exportaciones, frente a la media de 169 millones al mes que se registró entre enero y mayo.
Por contra, las importaciones desde Argelia han aumentado un 59% durante 2022, impulsadas principalmente por los altos precios de la energía. Argelia es el principal suministrador de gas natural, si bien en el último año se ha visto superado en algunos meses por otros países. Según los últimos datos de Enagás, en febrero las importaciones de gas argelino supusieron el 23,5% del total.
La consecuencia directa de esta caída de las exportaciones y del aumento de las importaciones es el cuarto mayor déficit bilateral que tiene España con otro país, hasta los 6.575 millones de euros, según datos oficiales.
En este contexto, fuentes del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo han indicado a Europa Press que el Gobierno está en contacto con la Comisión Europea para ver si es posible convocar ayudas para las empresas afectadas, que no serían en ningún caso ayudas de Estado, si bien no han brindado más destalles sobre en qué consistirían.
Un portavoz de la Comisión Europea consultado por Europa Press ha puntualizado que son los Estados miembro los que tienen que evaluar "si una medida específica implica ayuda de Estado", en cuyo caso debe notificarlo a Bruselas para su evaluación antes de cualquier concesión, aunque sin confirmar si efectivamente hay contactos en curso sobre este tema.
Entretanto, aunque el Gobierno ha indicado en más de una ocasión que no necesita la mediación de terceros para resolver esta crisis, el Alto Representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, intentó romper una lanza en favor de España durante su visita de principios de esta semana a Argelia, en la que se vio entre otros con el presidente Tebune.
El jefe de la diplomacia europea animó a "encontrar una solución" a los "obstáculos comerciales introducidos desde junio 2022 a intercambios comerciales con España", subrayando que esto va en el "interés común" de Bruselas y Argel puesto que el 56% de las exportaciones y el 43% de las importaciones de Argelia son a la UE.
Sin embargo, Argelia se ha mostrado hasta ahora inflexible y, aunque ha mantenido en todo momento el suministro de gas a España, algo a lo que se comprometió públicamente su presidente, ha optado por estrechar lazos con otros países como Italia, con el que se ha firmado un acuerdo para incrementar las exportaciones gasísticas en un momento en que Europa busca fuentes energéticas alternativas a Rusia.
"No hay novedades", dijo hace tres semanas Tebune sobre la relación con España. "Personalmente, lamento mucho el estado de las relaciones", aseguró, recalcando que "Argelia no está en el origen" de la crisis sino el "paso el falso" del Gobierno español respecto al Sáhara. En este sentido, dejó claro que el problema no es con los españoles ni con Felipe VI. "Tenemos un gran respeto por el Rey de España y él lo sabe", comentó.
Así las cosas, el presidente argelino procedió este jueves a una remodelación del Gobierno de la que han salido dos piezas clave en la crisis con España, el ministro de Exteriores, el veterano Ramtane Lamamra, y el titular de Comercio, Kamel Rezig. Está por ver ahora si con sus sucesores hay algún paso hacia el deshielo o por el contrario Argelia opta por esperar a que las elecciones de final de año lleven a un nuevo inquilino a Moncloa con el que empezar de cero.