La tecnología se aplica a los procesos de producción, instalaciones y ventas 

La granja inteligente que quiere impulsar la revolución ganadera

7/02/2022 - 

VALÈNCIA. Hablar de ganadería se ha convertido en un tema delicado, sobre todo cuando se distingue entre la extensiva y la intensiva. Por la primera se entiende aquella en la que se mantiene al ganado en un régimen de semilibertad. Los animales están en recintos acotados, pero se crían y pastan al aire libre, se cuida su descanso y se vigilan en periodo de gestación. 

Una vez que se produce el destete, existen dos opciones. Mantener al becerro en un sistema de ganadería extensiva o mandarlo a una granja de ganadería intensiva donde se apuesta más por los entornos cerrados y por otro tipo de alimentación para acelerar el crecimiento y el engorde del animal.

En ambos casos, los ganaderos reciben subvenciones públicas. De no ser así, el bolsillo de la mayoría de los consumidores no podría soportar el gasto alimentario en carne, si se tiene en cuenta que una vaca nodriza necesita algo más de un año para gestar y parir un ternero.

En España existen alrededor de 6 millones de cabezas de ganado en extensivo, cuatro de los cuales se destinan al consumo humano mientras que los dos restantes corresponden a vacas nodrizas, la cuales se mantienen para la cría de los becerros.

Otro apunte interesante es que en nuestro país existen distintas especies de vacas, muy diferentes las que pastan en los frondoso parajes del norte, de las que se alimentan en el sur. Esto, según los expertos, no sirve para categorizar la calidad de la carne puesto que son especies adaptadas al entorno y que desempeñan un papel principal en el mantenimiento de la biodiversidad.

Monitorización del ganado

Hasta aquí, más o menos, la explicación sobre cómo lleva funcionando el sector durante decenas de años. Toca ahora hablar de lo que las granjas inteligentes quieren transformar.

La granja inteligente se puede definir como un espacio agropecuario en el que se integran distintas tecnologías en sus procesos de producción e instalaciones que permitan automatizar, supervisar de forma remota, disminuir riesgos y mejorar los procesos de explotación, gestión, control y transporte.

Además de tener un ciclo de producción más largo e imprevisible, la ganadería extensiva genera menos beneficios y exige una dedicación mucho más sacrificada. Lo normal hasta ahora era que el ganadero recorriese la finca prácticamente a diario para realizar tareas tan elementales como contar a las vacas, comprobar el área en la que pastan o vigilar su salud.

Facilitar todas esas tareas y la vida de sus profesionales es lo que persiguen herramientas como la de Ixorigue, una startup surgida en Madrid que ha ideado una solución de monitoreo para ganado extensivo.

Para ello han creado un collar que, instalado en cada unidad del ganado, permite controlar en remoto y a tiempo real su comportamiento. El dispositivo permite saber dónde se encuentra exactamente la res, el tiempo que pasta, el ejercicio que hace, las horas de sueño… Evita, además, que la vaca porte el tradicional cencerro, un artilugio cuyo sonido acaba estresando al animal.

La información recogida por el collar GPS de Ixorigue se envía luego a la nube gracias al uso de redes de largo alcance y bajo consumo (LORA, NB-IOT) para que el ganadero tenga el histórico de cada res y poder gestionar toda la explotación desde su dispositivo móvil. 

El equipo trabaja ahora en el desarrollo de nuevas funcionalidades para, además del pasto, ofrecer información relativa al celo y cubrición, una información de valor para los ganaderos para conocer las reses que resultan más efectivas en estas tareas.

Digitanimal es otra de las startups que dispone de una herramienta de sensorización animal mientras que Sensowave -matriz de la anteriorañade al IoT soluciones de big data para la industria

Bienestar animal

La Organización Mundial de la Salud (OMS) entiende que un animal se encuentra en estado de bienestar cuando “está sano, cómodo, bien alimentado, seguro, puede expresar un comportamiento innato, y si no está sufriendo de tensiones físicas y emocionales como el dolor, el miedo o estrés”. 

Como los animales no hablan, la forma de evaluar que todos los parámetros de la OMS se cumplen es la tecnología. En esta línea surgen proyectos como el europeo Cattlechain con el que se evalúa el grado de bienestar a la que que facilitan la trazabilidad de la cadena de suministro del ganado de carne y leche. Se basa en una combinación de algoritmos avanzados de IA, IoT y tecnologías blockchain para garantizar que las condiciones de vida de los animales cumplan con un conjunto de estándares de bienestar animal definidos.

Otra empresa que se preocupa por resolver este problema es la navarra Avir Animal Comfort, inicialmente orientada a las granjas avícolas intensivas. Han desarrollado un innovador sistema de calefacción inteligente por infrarrojo lejano combinado con una sensórica, monitorización, captación y análisis de datos. Según afirman, con su sistema reducen la carga microbiana, ahorro energético, mayor asimilación de los nutrientes, mayor crecimiento del animal y “por lo tanto, mejores índices de conversión”. 

El sistema de paneles de infrarrojo industriales de Avir Animal Comfort se ha revelado también útil para la cría extensiva del porcino, el ganado ovino o la cría de conejos.

Mejorar la eficacia en las ventas

Otro de los problemas referidos al principio sobre los inconvenientes de la ganadería extensiva en comparación con la intensiva es la rentabilidad de la explotación. También para solventar este problema aparecen ya propuestas como la de Redil, una plataforma web de compra y venta de productos con calidad diferenciada provenientes de pequeños y medianos ganaderos en extensivo, que desarrollen su actividad en zonas rurales en peligro de despoblación. El proyecto está siendo acelerado por el programa Andalucía Open Future.

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