Foto: MARGA FERRERVALÈNCIA. La histórica constructora valenciana Compañía Levantina de Edificación y Obras Públicas, más conocida como Cleop, cumple diez años sin cotizar en bolsa. Fue el 12 de junio de 2012, a las 13.12 horas, cuando la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) decidía suspender su cotización por "concurrir circunstancias que pudieran perturbar el normal desarrollo de las operaciones" sobre el valor. Y lo hacía después de que no alcanzara un acuerdo con los acreedores y se declarase en concurso. Su último cambio fue de 1,15 euros por acción, lo que representaba una capitalización de 11,32 millones de euros.
Carlos Turró promovió junto a otros socios la salida a bolsa de Cleop en los mercados de corros de Madrid y València en 1988. Tres años después realizó un 'Management Buy Out' (MBO) destinado a la toma de un paquete de acciones de la citada sociedad. Finalmente, el 1 de enero de 2007 entró a formar parte del Mercado Continuo, es decir, el principal mercado de valores de la renta variable española. La cotizada llegó a superar la barrera de los 20 euros, pero el estallido de la 'burbuja inmobiliaria' por las 'hipotecas basura' acabó impactándole como a buena parte del sector. Además, otra crisis, esta vez la del coronavirus, también le ha pasado factura, dado que cerró el grifo de las licitaciones de obras públicas.
Ha pasado ya una década desde entonces y la compañía que preside Carlos Turró no tiene visos de volver al parque bursátil, en el que debutó el 1 de enero de 2007. El estallido de la crisis del 'ladrillo' y la quiebra del Banco de Valencia -uno de sus grandes 'aliados' a la hora de obtener financiación- tuvieron mucho que ver con la caída de una empresa que, pese a viento y marea, sigue resistiendo, principalmente por su negocio de geriátricos.
En 2014, logró superar el concurso al conseguir el respaldo de sus acreedores al convenio de pago de deuda propuesto, que contemplaba una quita del 50%. Un proceso que ha venido repitiendo y sin ir más lejos en enero de este año solicitaba al juzgado otra quita del 80% de su deuda, valorada en 14,6 millones, por el impacto de la crisis pandémica. Pero ni por esas el organismo supervisor le ha levantado la suspensión y eso que no pocas veces Cleop informaba en los hechos relevaantes remitidos a la propia CNMV la posibilidad de que ello sucediera. Pero no.
Los problemas económicos de la cotizada valenciana la han llevado a vender dos geriátricos (Geriátrico Manacor y Novaedat Picafort) para saldar su deuda con Hacienda, tal y como sucedió en septiembre de 2017; así como a la liquidación de su filial Servicleop, dedicada a la gestión del servicio de grúas urbanas, tras perder la gestión de la grúa municipal de València. Cuanto menos en febrero de este año recibió la buena noticia de que el TSJ le eximía de pagar 1,9 millones de euros, tal y como le reclamaba el Ayuntamiento de València por la antigua gestión de la grúa.
El grupo valenciano tiene actualmente en su área de servicios sociosanitarios su principal bastión. De ahí que se haya centrado en la apertura de nuevas viviendas tuteladas y un centro de enfermos mentales, según contó este diario hace 15 meses. También aprovecha su negocio constructor y está finalizando el acondicionamiento de la antigua sede de la Dirección Provincial de la Tesorería General de la Seguridad Social de Castellón. Como también emprenderá la reforma del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura en Murcia, para el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). En este sentido, Cleop rehabilitó en mayo de 2015 la Base Antártica Española Juan Carlos I del CSIC.
Por otro lado, Cleop, a través de Inversiones Mebru, lleva 15 años de batalla con la familia Pastor por el control accionarial de la promotora Urbem. Una 'guerra empresarial' que ha acabado en varias ocasiones en los tribunales con acusaciones de todo tipo, intervenciones policiales y que incluso ha llegado a las manos. No obstante, el último asalto lo ganó su enemigo José Pastor al que dos sentencias de la Audiencia de Valencia dan la razón al confirmarlo como administrador único de la compañía. Una condición que la Junta General de Accionistas de Urbem ratificó en septiembre de 2020.
Este pasado viernes, Cleop celebraba una nueva junta de accionistas -donde de volver a cotizar en bolsa ni se habló- con la asistencia del 47,47 % del capital social y en la que se aprobaron por unanimidad todos los puntos del día. A destacar el de la ampliación del capital social mediante compensación de créditos hasta la cifra máxima de 7.663 euros de valor nominal, mediante la emisión de un máximo de 7.663 nuevas acciones de la compañía.
Según informó en un comunicado, la empresa cerró el pasado ejercicio de 2021 con una cifra de negocios consolidada de 22,9 millones de euros, un 6% más que en el ejercicio anterior y con un ebitda consolidado del periodo ha sido de 382.000 euros. Por áreas, el 43% de su facturación lo aglutinó la construcción hasta los 9,9 millones, mientras que los ingresos de su división sociosanitaria fue de 12,9 millones. Actualmente, el grupo presta servicios relacionados con la dependencia a más de 900 personas. Lo hace a través de residencias para la tercera edad y diversidad funcional, centros de día, viviendas tuteladas, servicios de asistencia a domicilio y teleasistencia.
Turró manifestó ante los accionistas que, desde su fundación, Cleop ha superado situaciones difíciles gracias a ser una "organización resiliente" sustentada en valores tales como la responsabilidad, la ética y la tenacidad. Asimismo, destacó como principales objetivos para este ejercicio mantener el vínculo emocional del equipo, incrementar la cifra de ventas de construcción, aumentar la oferta de plazas para residentes en salud mental y adaptarse a las nuevas tecnologías del siglo XXI.
Cleop es una de las cotizadas que se ha acogido a su derecho -legal- de no presentar cuentas trimestrales, tal y como hacen varias del Mercado Continuo. Por tanto habrá que esperar a conocer sus cuentas correspondientes al primer trimestre de 2022 para ver en qué situación se encuentra, toda vez que la crisis sanitaria va remitiendo.
