Foto: KIKE TABERNERVALÈNCIA. El primer debate de candidatos a la Generalitat organizado por la Cadena SER se ha celebrado este viernes con la participación de los máximos referentes autonómicos de los partidos con representación: Ximo Puig (PSPV), Carlos Mazón (PPCV), Mamen Peris (Ciudadanos), Joan Baldoví (Compromís), Carlos Flores (Vox) y Héctor Illueca (Podem-EU).
La cita ha sido dinámica y animosa gracias al formato elegido por la emisora. Tan solo dos bloques muy abiertos: uno de diagnóstico, que invitaba a un balance de la legislatura; y otro de futuro, más dirigido a conocer las propuestas de los aspirantes. Finalmente, el clásico minuto de oro para que los candidatos pudieran dirigirse directamente a la ciudadanía. Una estructura que ha facilitado el dinamismo de los participantes, que han aprovechado la ocasión para replicarse e incluso en ocasiones, interrumpirse con observaciones o 'chascarrillos'. Eso sí, con un ambiente correcto y de reducida crispación, aunque se percibía tensión y nerviosismo.
El resultado de la cita no ha dejado un ganador claro. Los representantes de las fuerzas del Botànic (PSPV, Compromís y Podem-EU) han sabido aprovechar su superioridad numérica frente al bloque conservador (PP y Vox), dado que la candidata de Cs, Mamen Peris, ha optado por moverse transversalmente con críticas a un lado y a otro, con el objetivo de destacarse como una opción alternativa en el centro liberal.
Con este escenario, el presidente de la Generalitat y candidato socialista, Ximo Puig, ha sufrido pocos agobios por parte de la oposición. El líder del PPCV, Carlos Mazón, ha tratado de llevar el debate a su terreno desde el inicio, tratando de enfocar la discusión con el jefe del Consell, pero el propio formato complicaba su objetivo. De hecho, el candidato popular se ha encontrado a menudo repeliendo los ataques de Baldoví o Illueca, lo que ha permitido a Puig utilizar su rol presidencial y evitar ser acorralado por la oposición, para así desarrollar algunos de sus grandes hitos: indicadores económicos y de empleo mejores que hace ocho años; el aterrizaje de la gigafactoría de Volkswagen o presentarse como el solucionador de los "despilfarros" del PP: ha mencionado la Ciudad de la Luz, el impulso al Aeropuerto de Castellón o la rentabilidad de la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
Así, Mazón, ha comenzado beligerante cuando se ha hablado de fiscalidad, uno de los puntos fuertes de la campaña. "Quien quiera que le suban los impuestos que vote a Compromís o a Podemos, quien quiere que le bajen los impuestos que vote al PP y quien quiera no saber lo que va a pasar con los impuestos que vote al señor Puig". Algo a lo que el presidente ha reaccionado con rapidez para replicar: "Usted lo que hará será bajar los impuestos a los que cobran como usted y como yo, no se los bajarán a los que tienen menos recursos". En esta intervención, el presidente de la Generalitat ha recordado que su propuesta de reforma fiscal fue aprobada por unanimidad en Les Corts, a lo que Mazón ha replicado que el PP votó a favor porque era "un maquillaje", y "un maquillaje es mejor que nada". Una línea, la de la bajada de impuestos, en la que también insistió el candidato de Vox, Carlos Flores.
De hecho, otro de los momentos de Puig en estado reactivo frente al jefe de la oposición, ha sido cuando Mazón ha hablado del "impuesto a la muerte", en referencia al impuesto de Sucesiones. El presidente de la Generalitat ha cortado al candidato del PP para espetarle: "¿Sabe lo que es el impuesto a la muerte? Que la gente se muera por no tener medicamentos. Eso es lo que hicieron en su momento cuando no le administraron a los enfermos de hepatitis C un fármaco que lo tenían en sus manos", para reivindicar la supresión parcial del copago farmacéutico implantada por el Botànic.
A lo largo del debate, Mazón ha buscado las cosquillas a Puig con la gestión del Gobierno central liderado por Pedro Sánchez en relación a la Comunitat Valenciana. Así, ha mencionado la ausencia de la reforma de financiación autonómica o los bajos presupuestos para Alicante, y ha enlazado además con las listas de espera sanitaria, aprovechando para reiterar su propuesta de instaurar por ley el 30% presupuestario para Sanidad. "¿Tot va be? El 'sanchismo' nos está machacando", ha espetado el candidato del PP, quien también ha usado a lo largo del debate el mantra "el 'sanchismo' nos ningunea".
Una proclama a la que Puig ha respondido con diversas actuaciones realizadas primero en la lucha contra la pandemia y, después, para paliar la inflación derivada de la guerra de Ucrania, como el bono consumo para los supermercados o las ayudas para las hipotecas.
No obstante, en esta fase también se han producido contraataques contra el líder del PP. Baldoví ha replicado a Mazón que los presupuestos más bajos para Alicante se producían en la época de Mariano Rajoy y ha criticado al PP -y al PSOE en menor medida- por no haber reformado el sistema de financiación cuando gobernaba con mayoría absoluta y reclamarlo ahora. "Usted no tiene vergüenza", ha llegado a proferir el candidato de Compromís, quien ha pedido el apoyo a la coalición valencianista para ser "más valientes" y "más reivindicativos" en Madrid.
En este punto, el problema para Mazón ha sido las dificultades para poder canalizar un particular 'cara a cara' con Puig. Ya no sólo por los rifirrafes con Baldoví e Illueca, sino también cuando el candidato de Vox, Carlos Flores, que ha estado certero en algunas de sus intervenciones irónicas aunque con poco talante propositivo, le ha preguntado al candidato del PP si pactaría con Vox o va intentar entenderse con el Botànic.
El papel del candidato con menor representación actualmente en Les Corts, Héctor Illueca (Podem-EU), ha sido interesante. Los ataques de Mazón o Peris sobre la nula construcción de vivienda pública han sido aprovechados por el dirigente morado para reiterar en diversas ocasiones sus actuaciones como conseller de Vivienda, como la compra de 325 viviendas a la Sareb o las ayudas al alquiler. Además, Illueca se ha desmarcado de socios y rivales insistiendo en sus propuestas para la creación de grandes empresas públicas en el ámbito de la alimentación (supermercados) o de la fabricación de medicamentos.
Es más, el candidato de Podem-EU ha conseguido que sus rivales entraran al trapo con su crítica a lo que ha bautizado como "las derechas unificadas", lo que ha provocado que Flores (Vox) hablara de "izquierdas divididas" y que Peris (Cs) se haya desmarcado del bloque conservador. Precisamente el papel de la candidata naranja ha sido llamativo por navegar entre las críticas a izquierda y derecha, lo que ha facilitado que la discusión no fuera entre bloques igualados numéricamente.
De esta manera, el debate ha llegado a su minuto de oro tras algo más de una hora de intercambio de posturas sin que realmente hubiera una intervención que pudiera inclinar la balanza para un lado u otro y, sobre todo, sin que se produjeran errores de bulto de los grandes protagonistas. Un balance que emplaza al segundo y último debate, el que se celebrará el 25 de mayo en À Punt, casi al final de la campaña, en el que quizá algunos de los candidatos decidan tomar más riesgos.
