CASTELLÓ. Un antes y un después. Eso es lo que supone el inicio de las obras para transformar la avenida Lidón que prevén arrancar este martes en la parte más cercana a la basílica del Lledó. Y, además de un cambio histórico, dos formas de verlo.
Por un lado, los que creen que este proyecto supone construir una ciudad más amable y cercana, con 1,5 kilómetros de via ciclopeatonal. Una tesis que defienden desde el equipo de gobierno y que, en cambio, rechazan parte de los residentes y la oposición quienes consideran que este cambio es crear una barrera urbanística en la capital de la Plana.
Los vecinos agrupados en torno a la asociación de Rafalafena han decidido mostrar su disconformidad colgando pancartas y, además, tienen previsto realizar otra manifestación el día 10 de febrero, tal y como anunciaron en la última concentración arropados por el Partido Popular, Ciudadanos y Vox.
Así las cosas, con dos posturas muy enfrentadas, el calendario de las obras arrancará hoy y, según los plazos de la UTE que se va a encargar de los trabajo, acabarán en diciembre de este año y tendrán un coste de algo más de 3 millones de euros, cofinanciados por los Fondos Europeos.
La reforma consiste en tres tramos según su cercanía desde la basílica a la plaza María Agustina. Los trabajos comenzarán por los más alejados de la ciudad y este último tramo -en el que se concentran las viviendas- se dejará para los meses de verano que es cuando menos tráfico hay.
El objetivo es que se conviertan los 1,5 kilómetros de esta avenida en semi peatonal (dejando un carril de acceso para residentes) y además se incluye el hecho de que se derribará la verja del actual parque de Rafalafena que quedará abierto a la avenida peatonal. Asimismo, se ha anunciado la creación de parkings en superficie en lo que ahora son los huertos urbanos.
Por contra, los vecinos denuncian la eliminación de plazas de aparcamiento, que no se va a reducir la contaminación ya que los vecinos colapsarán las otras avenidas en busca de aparcamiento, denuncian que las obras afectarán a los comercios de este vial y que no ha habido procesos de participación ciudadana. Además, acusan directamente a la alcaldesa, la socialista Amparo Marco, de no recibirles.
Los vecinos han tenido el apoyo del PP desde el primer momento (que ha sido el más combativo en todo el proceso). La popular Begoña Carrasco, por ejemplo, ha denunciado la "incoherencia" y la "nueva tomadura de pelo" que -según ha dicho- es prometer a los castellonenses que se van a incorporar sus demandas al proyecto de reforma de la avenida de Lidón, "tal y como aseguró la alcaldesa tras el baño de realidad que se dio el gobierno en la reunión informativa cuando una mayoría de castellonenses mostró su firme oposición a la obra".
