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entrevista a lucía linares, responsable de la estrategia y los vuelos institucionales de la esa

Linares (ESA): "La valenciana es una comunidad dinámica, y eso se ve también en lo aeroespacial"

6/10/2024 - 

VALÈNCIA. Lucía Linares (València, 1979) aterrizó en la Agencia Espacial Europea (ESA) hace más de veinte años como becaria de posgrado. Dos décadas después de emprender ese camino, que la obligó a salir de su zona de confort y a buscar la manera de aportar a este organismo europeo, es responsable de su estrategia y de los lanzamientos oficiales. Ahora, la revista estadounidense Time la ha incluido entre el centenar de personalidades de áreas tan diversas como salud, deportes, ciencia o negocios llamadas a desempeñar un rol como líderes del futuro.

En el caso de Linares, Time destaca su capacidad de liderazgo a la hora de ayudar a resolver la crisis de los lanzadores europeos, que dejó a la ESA sin la posibilidad de lanzar cohetes al espacio después de distintos contratiempos de calado. No obstante, y en una conversación con Valencia Plaza, la propia Linares sostiene que, pese a su presencia en la lista TIME100 Next de 2024, ella es solo "un eslabón de una cadena de cooperación gigantesca" en la que hubo "muchísima gente implicada".

Además de abordar el origen de esta crisis y su gestión hasta quedar resuelta, Linares habla también de los próximos retos de la Agencia Espacial Europea y de la búsqueda de talento en el continente. En este sentido, Linares tiene también palabras para el sector aeroespacial valenciano, en el que, como explica, se refleja la naturaleza "dinámica" de la autonomía. Así, subraya por ejemplo el éxito de la ilicitana PLD Space o la reputación internacional de universidades como la Politècnica de València.

La tuya es una historia de éxito dentro de la ESA. Empezaste como becaria de posgrado y ahora eres responsable de su estrategia y de los lanzamientos oficiales. ¿Cómo has vivido ese recorrido?

Cuando llegué a la ESA era muy joven y me encontré en un mundo de ingenieros que no era el mío y, además, de muchos hombres. Para mí eso supuso salir muy fuera de mi zona de confort, pero no ya como cualquiera que empieza en el mundo profesional, porque tenía también que encontrar mi legitimidad en ese ambiente, ver qué podía aportar con una formación muy distinta y en un entorno muy masculino donde yo tenía muchísimo que aprender.

La Agencia Espacial Europea lleva proyectos gigantescos que no dependen de ningún individuo, ni de un solo país, sino de muchísimas industrias y personas, de entidades públicas y privadas, y esa es una aventura que requiere de cooperación y de perfiles muy variados. Creo que este es un reconocimiento del otro lado del Atlántico a una labor de Europa por y para la cooperación. Al final yo simplemente soy una cara y una voz porque era la portavoz para el lanzamiento inaugural del Ariane 6, y aparezco en una lista en la que nunca jamás pensé que iba a estar, pero para mí el orgullo es haber llevado esa voz y ese trabajo de tantísimas personas en Europa.

¿Cómo recibiste la noticia? ¿Te sorprendió? ¿Sabías que existía la posibilidad?

Me sorprendió mucho. Time contacta con la Agencia Espacial Europea hace una semana para informar de que se me va a incluir en esa lista y a mí se me traslada. Pero sí, por supuesto, fue totalmente inesperado, aunque creo que la ESA ha hecho muchísimo en el sector de los lanzamientos institucionales este año, ha habido muchísima gente implicada y yo solo soy un eslabón de una cadena de cooperación gigantesca.

Has hecho mención a los logros recientes de la ESA en materia de los lanzamientos institucionales, pero ese es un punto al que se llega después de una crisis, de una tormenta perfecta, que dejaba a la Agencia sin la posibilidad de lanzar cohetes al espacio. ¿Cómo se origina?

Es, como dices, una tormenta donde se combinan muchísimos factores. Por una parte, nosotros teníamos un lanzador, que se llamaba Ariane 5, que había estado en operaciones muchísimos años, décadas, y cuyo último lanzamiento estaba previsto para 2022-2023. Finalmente fue en julio de 2023, y la idea era que ese Ariane 5 fuera reemplazado por Ariane 6. Y si había un retraso, se supliría la falta de Ariane 6 con el lanzador ruso Soyuz, con el que negociamos en su momento muchos acuerdos de cooperación.

¿Qué ocurre? Primero, en cuanto a Soyuz, en febrero de 2022 sucede la guerra en Ucrania y de un día para otro los rusos paran esa cooperación, y eso jamás podríamos haberlo esperado. Al mismo tiempo, teníamos un retraso en el desarrollo de Ariane 6, que no se pudo lanzar hasta julio de 2024, y luego sufrimos un fracaso con el segundo lanzamiento de Vega-C. Nos encontramos entonces en esa tormenta, estábamos en una crisis de la que nos tomaría un tiempo salir pero decidimos ponerlo todo, desde el director general hasta la última persona, al servicio de buscar vías para salir de esa situación.

Quiero pensar que eso es lo que ha querido reconocer Time. Detrás de una crisis profunda lo que hay son personas. Y si no se pueden poner a trabajar juntas para salir de ello, va a ser difícil, sobre todo en proyectos de esta envergadura.

Por lo que he podido leer de la reseña que te dedica Time, lo que destacaban era eso: cómo tu liderazgo contribuye a revertir ese escenario adverso. ¿Cómo cae en tus manos esa situación y cómo la pilotas para cambiarla?

Es una labor que, con toda la sinceridad, la piloto en cierto modo, porque ahí los pilotos son el director general y mi director de transporte espacial, y por supuesto yo estoy ahí para servir con mucha otra gente. Y hemos tenido una gran fuerza para cambiar las cosas: en un momento dado no teníamos disponible el Ariane 5, no estaban el Ariane 6 ni Soyuz, y había que lanzar misiones como pueden ser las científicas de la Agencia Espacial Europea, que tienen una ventana de lanzamiento muy precisa.

Había que ser realista y encontrar soluciones. Negociamos con SpaceX, yo y todos mis colegas, para poder dar servicio a los científicos o que se pudiera lanzar la misión Hera para explorar asteroides. Se hizo para que el planning no se tuviera que modificar. Al final, cuando hay una crisis, resolverla es difícil si uno no se pone pasos que no sean demasiado agigantados para ir superando pruebas e ir alcanzando resultados concretos y exitosos.

¿Esa sería una de las claves para gestionar situaciones de crisis, ponerse metas alcanzables, por así decirlo, para poder avanzar? 

Estoy profundamente convencida de ello. Te tienes que poner una meta muy alta, pero hay que intentar ver cómo convertir eso, tanto en un equipo como para ti mismo en los retos personales, en metas más pequeñas para que veas que vas avanzando. Porque estoy muy segura, por haberlo vivido también en mi propia piel, de que el paso más difícil muchas veces es el primero.

Con el primer lanzamiento del Ariane 6, se abre una nueva etapa en la que la ESA es capaz de lanzar cohetes al espacio sin ningún intermediario. ¿Qué misiones se pueden llevar a cabo? 

Ariane 6 es un lanzador muy modular, lo hemos concebido con la industria de este modo justamente para que se pueda adaptar a las necesidades del mercado sin cambios sustanciales. Puede llevar desde pequeños satélites hasta un telescopio o satélites de telecomunicación, ya sea para uso militar o hablar por teléfono, de más de 20 toneladas. Por cierto, en el primer lanzamiento de Ariane 6 se lanzó un satélite creado en la Universidad Politécnica de Cataluña.

Y la ESA ha ganado la autonomía para lanzar sus propios proyectos.

Exactamente. Desde que se creó el Ariane, el proyecto europeo por excelencia de acceso al espacio, cuyo primer lanzamiento fue en 1979, la voluntad era ser independientes, porque es importante no depender de otros países. Al final es un transporte que lleva satélites, que pueden servir para televisión bajo demanda, geoposicionamiento o la observación de la Tierra, tanto para fines climáticos como para ver movimientos de personas.

"Las nuevas generaciones tienen un equilibrio muy sano entre sus proyectos y los valores de la sostenibilidad climática"

En ese sentido, cada nación siempre ha querido no tener que depender de otras. Nosotros nos hemos encontrado en esa situación, por ejemplo, cuando teníamos a Soyuz en una cooperación que era fantástica, pero de un día para otro, y sin que nadie se lo hubiera imaginado, hubo una guerra y pasamos a depender de Rusia, que detuvo esa cooperación. Pensamos que este tipo de cuestiones son algo de la Guerra Fría, pero puedo asegurar que están muy al orden del día, y no solo con el caso de Rusia.

¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta ahora la ESA?

Hablaré en lo que me concierne, que es el acceso al espacio. Porque yo creo que la parte climática es un gran reto y quiero nombrarlo: tener actividades en el espacio que sirvan para ayudar a nuestro planeta y por supuesto al espacio exterior, y que haya la menor polución posible.

Nosotros funcionamos por reuniones de ministros, que son quienes votan los grandes presupuestos de la ESA, unos 7.000 millones de euros al año. La próxima está prevista para el año que viene, en 2025, y ahí presentamos nuestros grandes proyectos. En cuanto al transporte espacial, los retos serán preparar el futuro para que haya más competitividad en Europa en el sector de los lanzadores. Es un gran reto, como también la economía en órbita, es decir, no solo ya acceder al espacio, sino acceder a él con servicios en órbita como recoger un satélite que está fuera de su vida útil y traerlo de vuelta para que no se quede en el espacio y así cuidarlo.

Desde tu punto de vista, ¿hay suficiente talento aeroespacial en Europa?

Sí, estoy convencida. Lo veo todos los días. En la ESA hablamos y nos comunicamos con muchas industrias, institutos de investigación, estudiantes… Tratamos de promocionar eso y no me cabe la menor duda: hay muchísimo talento en Europa. Y, además, muchísimo talento también en los dominios técnicos. Tengo que decir que las nuevas generaciones tienen un equilibrio muy sano entre lo que defienden cuando llevan a cabo un proyecto y los valores de la sostenibilidad climática.

Ahora que hablabas de las nuevas generaciones, ¿ves también que ha habido una evolución respecto a la incorporación de las mujeres?

Totalmente. Además, se hace un esfuerzo sobre todo en los puestos técnicos de intentar dar la oportunidad de que las mujeres propongan su candidatura y que se les pueda entrevistar, porque las mujeres y los hombres somos distintos en la forma en la que nos presentamos a una entrevista y muchas veces a lo mejor se pierden en esa primera etapa. Veo un cambio abismal y yo creo que estamos casi en la paridad en cuanto a los puestos. Y eso se hace desde un esfuerzo muy consciente también del empleador que va a buscar a la gente, a entrevistarla, a seleccionar a quién entrevista.

Visto desde fuera da la sensación de que el gran titán occidental del sector siempre ha sido Estados Unidos. ¿En qué punto se encontraría Europa respecto a EE.UU.?

Estados Unidos, como dices, es un titán. Su presupuesto ya es seis veces el de Europa. Es un poco vulgar decirlo, pero el dinero y las inversiones dan sus frutos. En lo que es sobre todo observación de la Tierra, lo que es ciencia, lo que es navegación o satélite, yo diría que ahí Europa no tiene nada que envidiar y que podemos estar muy orgullosos de la capacidad humana e industrial.

"el sector público tiene un rol que jugar sobre todo al principio, luego ya es el privado el que tiene que tender la mano"

Al respecto de la inversión, ¿ves necesaria más financiación en el sector en Europa? Quizás por parte del capital riesgo, de los propios países, de la parte privada… 

Desde la parte pública es verdad que si queremos aspirar a los niveles de ambición que tenemos hace falta más financiación, sería ser ciego negarlo. Por otro lado, es verdad que hoy en día, en comparación a hace veinte años, hay mucha más inversión privada. Por ejemplo, en 2019 lanzamos el programa 'Boost', justamente para cofinanciar proyectos que son de iniciativa privada en el transporte espacial. PLD Space, que son de Elche y a quienes yo he ido a ver a Teruel, es uno de los contratistas en España, y ahí lo que queremos es más financiación privada. Pienso que el sector público tiene un rol que jugar sobre todo al principio, luego ya es el privado el que tiene que tender la mano.

Al hilo de las iniciativas empresariales valencianas como PLD Space y de entidades como el Consorcio Espacial Valenciano, ¿en qué punto crees que se encuentra el sector en la Comunitat Valenciana? 

Se ha hecho un gran esfuerzo por las capacidades aeroespaciales desde la universidad en la Comunitat Valenciana. Nosotros tenemos a una persona para promover todo eso en la Universitat Politècnica de València (UPV), que es un centro muy reconocido en España y en Europa, y es un orgullo, la verdad. Creo que, por definición, la valenciana es una comunidad dinámica, y eso lo vemos también en lo aeroespacial. Y sobre PLD Space, es un orgullo que unos chicos jóvenes y con ganas hayan demostrado cómo han sido constantes en llevar a cabo no un sueño, sino un proyecto muy concreto con Miura, que ya ha dado sus frutos, y en el que la Agencia Espacial Europea cree también, porque si no, no se le hubieran concedido contratos de cofinanciación.

Ese tipo de iniciativas hay que apoyarlas, y veo que en España se hace a todos los niveles, desde las autonomías, desde el Gobierno y también en Europa, porque para haber sido cofinanciados nos han tenido que presentar proyectos técnicos, de viabilidad financiera, de viabilidad comercial. Cuando existe voluntad por parte de personas que tienen los conocimientos técnicos y una voluntad empresarial, se les debe apoyar.

¿Podría posicionarse el Consorcio Espacial Valenciano como el gran ‘hub’ nacional en materia aeroespacial?

Deberían darse pasos en ese sentido siempre y cuando haya una voluntad y una capacidad y unas competencias detrás. Está bien que se formen esos ‘hubs’, porque eso demuestra que la cooperación es un arma para el aeroespacial tanto en Europa y en España como por supuesto en la Comunitat Valenciana.

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