SANTA POLA. La compañía valenciana Liux tiene en sus planes crear coches eléctricos sostenibles con materiales biobasados e impresión 3D. De este modo, sigue dando pasos en sus planes y han desarrollado un composite que les permite reciclar la fibra de lino que utilizar en sus carrocerías. Se trata de un sistema que busca reutilizar todo aquello que se desecha y minimizar la explotación de recursos naturales.
Así, David Sancho, CEO de Producto de Liux, ahonda en este proceso. Desde la firma tiene un plan ya desarrollado y certificado que permite recuperar -ya sea de un siniestro o de un reemplazo- la pieza final que ya ha sido catalizada y con procesos ejecutados. A través de un proceso químico basado mayormente en agua, recuperan el tejido por una parte y la resina por otro. "Permite que el operador que trabaja con nosotros -igual que en una almazara- canjee tejido nuevo y resina nueva por lo que él se va a llevar y recuperar"
Con ese tejido recuperable se pueden fabricar ropa patinetes o tablas de surf, entre otras opciones. Por otra parte, la resina se puede volver a meter en el proceso industrial de composite y seguir fabricando piezas. "Hace que la economía circular sea total", apunta Sancho.
Así, la empresa que se constituía en marzo de 2021 y que lanzaba su primer prototipo en noviembre de 2022 con el apoyo de inversores, tiene claro los siguientes pasos en su calendario: el lanzamiento de la primera producción en serie de sus coches a principios de 2024 y, después, a comienzos de 2026 la segunda fase de su fábrica con la que planean una capacidad de producción de 50.000 vehículos al año.
En plena segunda ronda de financiación, su objetivo es levantar su fábrica en 2024 en la Comunitat Valenciana para desarrollar en serie sus vehículos con materiales vegetales. La primera piedra antes de llegar a la producción de decenas de miles al año.
Los fundadores de esta firma son Antonio Espinosa (consejero delegado) y David Sancho (CEO de Producto) y ahora, desde la villa marinera y con un equipo de unas 15 personas trabajan por crear coches con materiales vegetales y biobasados en la carrocería del coche. Los moldes se imprimen en 3D y son pioneros en esta técnica y proyecto. Desde Santa Pola, su taller cuenta con perfiles en mecánica, soldado, diseño de desarrollo, ingeniería mecánica y producto que se emplean para conseguir el diseño de coche ideal con materiales sostenibles. Realizan además, matricería, usan realidad virtual en el desarrollo y alimentan y mejoran su inteligencia artificial.
Su primer prototipo ha sido el modelo Animal, que quieren que cuente con un 90% de materiales reciclados o de origen vegetal, con impresión 3D, que recorte tiempos de fabricación y ahorre hasta un 70% de energía y emisiones de dióxido de carbono. Más adelante, presentaban un segundo modelo, Geko. Será un coche urbano con carrocería de lino que, tal y como afirman desde la empresa en redes sociales, "reduce la huella de dióxido de carbono un 40% frente al turismo eléctrico más eficiente y hasta un 80% frente a un SUV de gasolina". Pesará unos 550 kilogramos. Además, entre otras prestaciones, tendrá autonomía de 150 kilómetros y la velocidad máxima será de unos 90 kilómetros por hora.