CASTELLÓ. La pretensión del Ayuntamiento de Castelló de adelantar al 1 de junio la apertura de los cuatro chiringuitos de las playas del Pinar y Gurugú choca con una evidencia que recoge el Plan de Acción Territorial de Infraestructura Verde del Litoral (Pativel). Ambos arenales están protegidos medioambientalmente por la existencia de fauna sensible. En concreto, por la presencia del Chorlitejo Patinegro (Charadrius alexandrinu), según figura en el inventario de la Generalitat Valenciana sobre aves que nidifican en el litoral.
El catálogo del Pativel determina las autorizaciones del Servicio Provincial de Costas, que comprende dos categorías en función de las características de las playas urbanas. Aquellas sin presencia de animales o flora vulnerables, pueden obtener el permiso para abrir merenderos desde mayo. Por el contrario, las que cuentan con algún tipo de rango de conservación, como ocurre con el Pinar y Gurugú, tienen limitada la actividad de ocio al periodo exclusivamente estival, desde el 1 de julio hasta el 30 de septiembre.
Ante esta circunstancia, el consistorio mantiene negociaciones con Costas para que se haga una excepción con los arenales indicados, entre otras cosas porque solo existe constatación de población del Chorlitejo Patinegro en la playa del Serradal.
No obstante, la posibilidad de que al final Castelló vuelve a tener merenderos dependerá del Gobierno, así como del Consell, con la aprobación de un protocolo. Mientras las autoridades sanitarias mantengan las actuales restricciones, aunque incluso esté permitido el baño y tomar el sol (Fase 2 de la desescalada), las licitaciones aprobadas y las prórrogas previstas quedarán totalmente suspendidas.
Por las características de los concursos públicos del consistorio para la explotación de servicios de playa, las adjudicaciones de 2019 se amplían automáticamente. Por este motivo, Solé no abrirá este año, ya que la adjudicación de 2018 caducó el pasado año.
De los merenderos que proyecta el ayuntamiento, tres se localizarán en la playa del Gurugú y uno en el Pinar. Además, también se habilitarán puestos para masajes y alquiler de embarcaciones, además de dos quioscos de prensa y venta de helados.
En el caso de los chiringuitos, más allá de asumir un canon de 3.200 euros, deberán cumplir varias características técnicas. Entre ellas, ocupar una superficie máxima de 150 metros cuadrados, con piezas prefabricadas y desmontables, sin posibilidad de instalar carpas.