CASTELLÓ. Sigue el período de consultas abierto en el seno de Greenmed tras el anuncio de la compañía de trasladar gran parte de su actividad en las instalaciones de Almassora a otros centros de producción fuera de la provincia de Castellón. La decisión para mejorar la rentabilidad de la firma supondría el traslado de la gran mayoría de sus empleados que hasta ahora se empleaban en el centro, y pocos son los que parecen dispuestos a aceptar ese cambio.
Al menos es lo que se dejó ver este jueves en la asamblea de trabajadores convocada para que las organizaciones sindicales explicaran a los empleados -son hasta 180 los que estarían afectados por este movimiento- cuál es la intención de la empresa. En ningún caso, y aquí coinciden tanto sindicatos como los representantes empresariales, la intención pasa por el despido, sino por facilitar el traslado.
Según la empresa, su intención es garantizar "la continuidad de todos los puestos de trabajo, además de brindar a los empleados las medidas necesarias para hacer efectivo este traslado sin coste añadido". Y defiende la operación porque busca "seguir mejorando" sus servicios y "eficiencia" para "consolidar" el posicionamiento de mercado. Así pues, dejó claro que el centro de Almassora "seguirá en funcionamiento con otras actividades esenciales de la compañía, como el almacenaje, la gestión administrativa o la recolección".
Pero aún así, la modificación para los empleados afectados por el traslado sería un trastorno para muchos que tendrían que desplazarse a una distancia mucho mayor, con lo que la conciliación se vería afectada seriamente, tal como denuncian las organizaciones sindicales. Y es este motivo el que más preocupa a los empleados, que mayoritariamente manifestaron este jueves que, dadas las pretensiones de movilidad geográfica que plantea la dirección, preferirán extinguir los contratos a cambio de una indemnización.
Por la tarde, las organizaciones sindicales se reunieron con la compañía, un encuentro donde esta les comunicó la voluntad de facilitar lo máximo posible e incluso costear los desplazamientos hasta los otros centros de trabajo, ubicados en la provincia de Valencia, en los municipios de Xeraco, Sollana y Villalonga. Ahora bien, aunque desde las organizaciones sindicales destacaron la buena predisposición de la empresa, también admiten que será muy difícil que, pese a esta ayuda, muchos acepten el cambio.
"Supone un cambio de organización muy grande para la gente", explican desde el sindicato UGT: "Hay mucha distancia hasta los nuevos centros, de una hora por lo menos para ir y otra para volver, eso repercute mucho en la conciliación familiar", explican en ese sentido las fuentes consultadas, que confirman que la plantilla afectada "no está muy en favor de trasladarse".
Así pues, las negociaciones entre ambas partes se centran en las indemnizaciones que supondrá la extinción de los contratos. En Almassora, las instalaciones continuarán funcionando como almacén y cámaras de refrigeración, por lo que mantendrá empleados de administración y carga y descarga, pero los trabajadores -la mayoría, mujeres- dedicados a la manipulación y envasado de cítricos serán los afectados por este cambio.
Los principales sindicatos, UGT y CCOO, resaltaron este viernes la buena sintonía con los representantes empresariales y su voluntad de acometer el cambio con el mayor de los acuerdos. Con todo, asumen que la mayor parte de los empleados no aceptarán la modificación sustancial de sus condiciones laborales -el cambio de ubicación- y optarán por la extinción de sus contratos.
Asimismo, y según ha podido saber este diario de diversas fuentes, alguna empresa de la zona se habría ofrecido a Greenmed para recolocar en sus plantillas a algunos trabajadores. Una posibilidad que, en cualquier caso, es todavía muy incipiente, según explicaron las mismas fuentes.