CASTELLÓ. Los empresarios de los chiringuitos de playa proponen al Ayuntamiento de Castelló duplicar el espacio y ampliar la temporada de explotación, de manera que el inicio se fije a partir del 1 de mayo y no a principios de junio, como figura en la propuesta inicial remitida a Costas. El planteamiento del sector se asienta en tres razonamientos muy claros y que el equipo de gobierno conoce desde hace semanas.
Por un lado, en la necesidad de contribuir a la recuperación económica a consecuencia de las perdidas arrastradas desde 2020 por la covid-19. Por otro, ante la posibilidad de incrementar la superficie de los merenderos en El Gurugú por su extenso arenal, una medida adoptada por otros municipios costeros de la provincia, como Vinaròs. Y en tercer lugar, por la anulación del Plan de Acción Territorial de la Infraestructura Verde del Litoral (Pativel) que, según los afectados, faculta a las administraciones para hacer excepciones respecto a la temporalidad de los permisos.
El consistorio, al igual que años anteriores, prevé autorizar la instalación de cuatro establecimientos en las playas del Gurugú y Pinar. No en vano, este mismo jueves la Junta de Gobierno Local aprueba el expediente de los servicios de temporada correspondientes al ejercicio 2021. De los chiringuitos que habitualmente abren sus puertas cada año, solo Solé Rototom tiene garantizada la explotación por contrato, ya que ganó la licitación en 2020, con una prórroga de 12 meses. Los demás, Atlanta, Dharma y La Playa, tienen que concurrir de nuevo al finalizar su concesión el pasado curso tras obtenerla en 2019.
Si el Ayuntamiento repite las bases de los últimos años, los merenderos únicamente pueden ocupar una extensión de 150 metros cuadrados, siendo 130 abiertos y 20 cerrados (barra y zona cubierta). Todas las estructuras deben ser modulares en madera y colocarse sobre una plataforma. Del mismo modo, los paramentos han de ajustarse a una serie de características, tales como tableros marinos contrachapados o similar a fin de soportar las posibles inclemencias del tiempo. Se prohíbe expresamente la instalación de carpas, empleando para las terrazas toldos o sombrajes de material ignífugo.
En 2020, la concesión de licencias para que los locales pudieran prestar servicio estuvo marcada por la polémica a consecuencia de la población del chorlitejo patinegro. Según el mentado Pativel, tanto la playa del Pinar como la del Gurugú figuran en el catálogo de arenales protegidos medioambientalmente por la existencia de la diminuta ave zancudilla, especie vulnerable. En consecuencia, la posibilidad de autorizar chiringuitos comprende el periodo entre el 1 de julio y el 30 de septiembre.
El consistorio, en la línea de lo expuesto por los empresarios, defendió que la existencia de dicho alado era nula y que solo se concentraba en el Serradal. Por ello, solicitó un informe a la Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, que resultó clave con vistas a que el Servicio Provincial de Costas (Ministerio de Transición Ecológica) permitiera adelantar el inicio de la campaña estival. Al final, los hosteleros comenzaron a montar sus infraestructuras el 15 de junio, abriendo en algunos casos a partir de julio. La controversia, que arrancó en mayo, duró varias semanas.