CASTELLÓ. La reunión celebrada en la Cámara Agraria para presentar el proyecto de la avenida Lidón a los residentes en la zona ha puesto de manifiesto lo lejanos que se encuentran las posturas entre el equipo de gobierno y los vecinos de esta avenida frente a la reforma aprobada por el Acord del Fadrell.
En la reunión, los ánimos estaban muy caldeados si bien a medida que fue transcurriendo el encuentro se fueron suavizando las posturas. El concejal de Movilidad, Jorge Ribes, y el portavoz del equipo de gobierno, José Luis López, fueron quienes, junto a los ténicos de la empresa adjudicataria, tuvieron que afrontar estoicamente las críticas de los vecinos.
Los residentes (en torno a 40) dejaron claro que están en contra de la eliminación de plazas de aparcamiento, de los cambios del tráfico, de las obras, del coste... Incluso de la eliminación de la verja que ahora mismo rodea el parque de Rafalafena tampoco gusta a los vecinos ya que "implica inseguridad". Sin embargo, Ribes intentó contestar a todas las afirmaciones: "Se han hecho estudios que evidencian que una vez se peatonaliza una calle lo que se modifica son los hábitos de los vecinos de la zona lo que hace que se reduzca el tráfico, no se redirige todo por las calles de alrededor".
Además, defendió que eliminar el muro del parque Rafalafena implicará "más seguridad" al incrementar la iluminación en la zona.
Otra de las grandes quejas es el aparcamiento, pero el responsable de Movilidad les recordaba que "se van a ampliar las plazas en parkings disuasorios al comienzo de la avenida". Se incrementarán de las 397 actuales a 435, según Ribes.
Sin embargo, pese a que alguno de los asistentes alzó la voz, la reunión -a la que también asistió el portavoz adjunto del PP, Sergio Toledo, el edil de Seguridad, David Donate o el de Transición Ecológica, Fernando Navarro- transcurrió sin incidentes de relevancia.
No obstante, el malestar era patente ya que se acusaba a los responsables municipales de haber "venido aquí a soltarnos un mitin político y si lo que queréis es que no haya CO2 quitad las palmeras y plantad árboles".
El proyecto implica el desarrollo de un carril bici de 1,5 kilómetros entre la plaza María Agustina y la basílica de Lledó "que conectará además el centro de la ciudad con la playa gracias al carril bici ya existente en el Camí La Plana y que enlazará con el de la avenida Lidón en la rotonda de la ronda Norte, por lo que supondrá además una entrada segura en bicicleta desde la circunvalación", ha indicado Ribes.
La remodelada avenida incluirá un paseo peatonal central que tendrá un ancho de entre 4 y 7 metros durante todo el recorrido, y la situará "como un paseo vanguardista tanto desde una perspectiva estética como funcional, convirtiéndolo en espacio de referencia del centro de la ciudad", ha reseñado Ribes. Al favorecer el tránsito de personas que eligen moverse a pie o en bicicleta, y reducir la presión del tráfico rodado y los desplazamientos rápidos, se promueve un modo de vida más pausado que suma tiempo para transitar por la ciudad y detenerse en los comercios, un gesto que ayuda al tejido comercial local y a crear barrio. En este sentido, el responsable de Movilidad ha recordado que Castelló sigue el camino de otras ciudades europeas que están apostando por este modelo de zonas comerciales incluidas en espacios peatonales.
Los técnicos de la obra explicaron que dividirán los trabajos en tres fases para evitar molestias y que la parte que afecta a la zona de viviendas sea lo más rápida posible". Otra de las grandes quejas fueron la falta de participación ciudadana "y que la alcaldesa no venga a explicarlo (está en Madrid en la Feria de Turismo, Fitur) y a dar la cara" ya que, a su juicio, "ya ni siquiera podemos alegar a un proyecto que nos imponéis y que es un fracaso".
Alguno de los vecinos llamó a la calma ya que "a la larga nos puede beneficiar" puesto que "es evidente que las cosas cambian" pero el público animaba a los ediles socialistas a "peatonalizar la avenida Valencia o la calle Herrero si de verdad se elimina la contaminación".