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el valencia mejora su faceta defensiva en todos los parámetros

Los resultados avalan la apuesta conservadora de Baraja

13/03/2023 - 

VALÈNCIA. Pese a que quedan muchas peleas para conseguir el objetivo de la salvación, el Valencia CF sale de los puestos de descenso 4 jornadas después de instalarse en ellos. Lo ha hecho gracias a dos triunfos consecutivos en Mestalla, situación que no se había dado aún en lo que va de temporada.

Dos triunfos por la mínima, agónicos, luchados y trabajados desde la dinámica impuesta tras la llegada de Rubén Baraja al banquillo del Valencia. La apuesta del Pipo es diametralmente opuesta a la idea que Gattuso intentó infructuosamente llevar a cabo, y la verdad es que para alcanzar la permanencia estos parámetros parecen mucho más adecuados.

La apuesta de Baraja por un fútbol menos arriesgado y vistoso pero mucho más equilibrado esta siendo reforzada por los resultados y una imagen general del Valencia mucho más competitiva que lo visto en el resto de la temporada.

El equilibrio del bloque defensivo con una defensa que ya no se complica la vida en la salida de pelota y con una línea de medios mucho más coordinada en el achique y más solidaria en el trabajo sin pelota se ha traducido en algo menos de potencial ofensivo, pero en un equipo mucho más compensado.

Los números hablan de que tras la victoria ante Osasuna por 1-0 Baraja ha conseguido echar el cerrojo a la portería y la ha dejado a cero por segundo partido consecutivo. En el resto de las 21 jornadas anteriores sólo se habían conseguido 3 (una más) porterías imbatidas (ante Girona, Celta y Betis). Es más, en 4 partidos el Valencia de Baraja sólo ha concedido 2 goles en su contra, lo cual arroja una media de 0´50 goles por encuentro cuando en las 21 jornadas anteriores a la llegada del Pipo se encajaron 26 tantos (una media de 1´2 por partido).

No sólo son los goles encajados, si no que al Valencia le crean muchas menos ocasiones de gol. Si exceptuamos el gol de Borja Mayoral en Getafe en el debut de Baraja en el banquillo, el Valencia ha dejado de ser una bicoca para el juego ofensivo del rival a pelota parada. Por eso el número de remates en contra ha mejorado ostensiblemente. Mamardashvili tuvo que intervenir sólo 3 veces ante la Real Sociedad, registro mejorado ante el Osasuna que no consiguió lanzar ni una sola vez entre los tres palos.

También las segundas partes han dejado de ser un problema. Exceptuando el partido ya referido de Getafe, el Valencia ha dejado de caerse en los segundos tiempos. Hasta Getafe (incluida la derrota el Coliseum) el equipo se diluía en los últimos 15 minutos de los encuentros, un tramo en el que le hicieron 9 de los 27 goles totales, dos más que en todas las primeras partes de los partidos de Liga. Esos goles en los últimos minutos provocaron derrotas ante Getafe, Valladolid, Villarreal, Barcelona y Mallorca. Mucho peores eran los números de las segundas partes a nivel global ya que 20 de los 27 goles encajados en Liga provenían de las segundas partes. De los dos partidos de casa de la era Baraja el equipo ha salido imbatido y ha mostrado solvencia en el tramo final para manejar esos minutos (el sábado estuvo 3 minutos de los 7 de añadido en una esquina del campo del Osasuna manejando con destreza que los navarros no salieran hacia el área blanquinegra), y ante el Barça el equipo encajó el gol en el minuto 15 de la primera mitad.

Queda por mejorar la faceta goleadora tanto en casa como a domicilio (donde los blanquinegros llevan 519 minutos de sequía) y la de puntuar lejos de Mestalla. Desde el equilibrio que Baraja se ha propuesto imponer a los suyos, parece más factible pese a que la próxima salida será al Metropolitano. Pese a esos hándicaps, el equipo ha ganado en solidez y la apuesta del Pipo queda avalada más que de sobra por esta nueva versión del Valencia que además ha conectado con la grada para caminar juntos la complicada y dura senda hacia la salvación.

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