CASTELLÓ. Mª Ángeles Samperio expuso hace unos días en Benicàssim, ante la atenta mirada del sector periodístico castellonense, una serie de criterios recogidos en varios decálogos sobre cómo tratar las informaciones referentes a la violencia de género. Desde la importancia de usar un lenguaje inclusivo a la necesidad de alejarse del androcentrismo a la hora de escribir este tipo de noticias. Unas pautas que, a primera vista, la mayor parte de medios tienen en consideración cuando se trata de escribir informaciones tan sensibles pero que, según apuntó Samperio, no siempre es así. Los medios de comunicación juegan un papel fundamental a la hora de erradicar la violencia machista en el sentido de que son una vía de ayuda para que la sociedad entienda y pueda prevenir este tipo de violencia. También suponen un apoyo para las víctimas a la hora de sentirse acompañadas y comprendidas y puedan animarse a denunciar.
Es por esta razón que la presidenta del Consejo de Género de la Federación Internacional de Periodistas (FIP) ve fundamental que, tanto los propios redactores y redactoras, como las cúpulas directivas de los medios se formen en esta materia. Solo así se podrá avanzar. Samperio bien lo sabe. La periodista lleva más de treinta años volcada al periodismo en la redacción de El Diario Montañés de Cantabria y, desde hace cuatro, preside el Consejo de Género de la FIP. En estas líneas, la periodista explica a Castellón Plaza cuáles son los principales problemas a los que se enfrentan las mujeres periodistas y reflexiona sobre cómo se puede alcanzar una igualdad real en el sector: desde la dignificación de sueldos a romper el techo de cristal y acceder a las cúspides directivas.
- El sector periodístico ¿suspende o aprueba en materia de igualdad?
- Está a punto de aprobar. No estamos haciendo todavía las cosas bien del todo, pero en estos últimos años sí que ha habido un esfuerzo por mejorar. En España, en concreto, yo creo que estamos a punto de aprobar.
- En este sentido, ¿Cuáles son los principales problemas a los que se enfrentan las mujeres periodistas?
- El principal problema es que necesitan libertad a la hora de tratar las noticias. Y tratarlas con unos valores éticos en los que la diversidad y la perspectiva de género estén presentes. Además, este es un tema que no solo atañe a las mujeres, sino también a los hombres periodistas. Lo que ocurre es que muchas veces a los profesionales de la información les falta formación adecuada en materia de género. Y también, sobre todo, en necesario que se respete esta visión de las mujeres periodistas desde los diferentes puestos directivos de los medios de comunicación.
Por otra parte, las profesionales de la comunicación también se enfrentan a otros problemas como la inseguridad laboral o la brecha salarial. De hecho, a raíz de la pandemia, las mujeres periodistas se han visto todavía más precarizadas: bien porque se les ha reducido la jornada o bien porque han pasado de tener un contrato fijo a ser freelance. La situación ha empeorado para ellas en estos años de pandemia.
- Imagino que la situación no será igual en todos los países que forman parte de la Federación Internacional de Periodistas.
- No, la Federación Internacional de Periodistas (FIP) representa a cerca de 600.000 periodistas de casi 150 países. Evidentemente existen países en los que hoy en día las mujeres periodistas requieren del permiso de sus padres o de sus maridos para poder salir a trabajar. Hay países como Afganistán, Irán o Siria en los que el ejercicio del periodismo es una profesión de alto riesgo o prácticamente prohibida para las mujeres, como es el caso de Afganistán. Es una situación muy compleja que ha provocado que muchas periodistas tengan que irse de sus propios países y ser refugiadas en países como Canadá. Por ejemplo, en América Latina también hay muchos problemas, ahora mismo Perú está viviendo una situación muy compleja. De hecho, hace unos días, pusieron en libertad a una periodista que estuvo más de una semana detenida por el propio gobierno. Y estos problemas también se viven en Europa, pese a todo, como por ejemplo los intentos de recortar la libertad de expresión. Esto afecta a hombres y mujeres pero en el caso de las mujeres suele ser más complicado.
"la Federación Internacional de Periodistas (FIP) representa a cerca de 600.000 periodistas de casi 150 países"
- ¿Cuáles son las principales vías de actuación que se llevan a cabo desde el Consejo de Género de la FIP que usted preside para intentar erradicar estas desigualdades?
- Nosotros tenemos dos vías importantes de actuación. La primera pasa por defender los derechos humanos en los países en los que se vulneran, y la segunda vía es la formación. La formación es muy importante porque realmente se consiguen cosas ya sea a través de debates, foros, talleres o conferencias. De hecho, hace poco participé en una conferencia de mujeres de los países árabes con motivo del 25-N. Ellas expusieron muchos de sus problemas, algunos de ellos ya te los he comentado, y yo les expliqué cómo las podemos apoyar. Lo que ocurre es que la situación se nos complica porque nosotros dependemos de fondos propios, somos organizaciones y sindicatos de periodistas con muy pocos fondos. Además, la pandemia nos trajo algo muy bueno, una nueva herramienta como son las reuniones online. Esto nos permite estar mucho más cerca y poder apoyarlas, yo he estado en conferencias con compañeras de Costa Rica o Panamá y de esta manera es más fácil conocernos. Ahora, por ejemplo, estamos trabajando en crear un taller formativo de buenas prácticas dentro de la profesión que pueda servir para todo el mundo.
- Decía en una de sus ponencias que hasta el 48% de mujeres periodistas reconocen haber sufrido acoso en su lugar de trabajo o realizando tareas fuera de la redacción.
- Sí. Además, una encuesta reciente del sindicato de periodistas revela que se ha incrementado un poco ese tanto por ciento. Sobre todo en el tema del acoso online. Uno de los problemas que tenemos es que desde la federación nos está costando dar visibilidad a estas mujeres, las animamos a que nos cuenten su experiencia pero es complicado. También ha habido un aumento del acoso en mujeres que hacen periodismo deportivo, sobre todo a nivel local. En Galicia ha habido un par de casos muy llamativos. De hecho, con motivo de la celebración tanto de las Olimpiadas como del Mundial de Fútbol, desde el Consejo de Género hemos pedido que el sexismo esté fuera de estas competiciones deportistas, no sólo con las mujeres periodistas sino también con las mujeres deportistas. No nos han hecho mucho caso pero al menos nosotros hemos insistido.
- Digamos que en el iceberg de la violencia contra la mujer, el asesinato o la violación estarían en el extremo más alto. Sin embargo hay muchas otras formas de violencia que pasan más desapercibidas y que, por ende, están más 'aceptadas' socialmente...
- El acoso empieza en el día a día. Puede empezar dentro de la propia familia o en el entorno laboral. Ese acoso lo que hace es que, aunque no llegue a más, a ti te va acortando como persona, como mujer y como periodista. Las amenazas hacen mella. De hecho, a mí misma me ha pasado. Recuerdo una conferencia hace unos meses en la que, antes de entrar, por redes sociales me llamaron feminazi. Yo no tengo miedo y afortunadamente esto no ha ido a más pero cuando entras en el perfil para ver quién te ha dicho eso normalmente ves que estos insultos vienen por parte de asociaciones de ultraderecha o próximas a VOX. Además en esa conferencia yo no hablaba, solo coordinaba, pero participaron las corresponsales de género de El País o de RTVE y ellas también me han reconocido que están sufriendo acoso. A la compañera de El País, en concreto, con todo este asunto de la Ley Solo Sí es Sí la están amenazando continuamente.
También es importante recalcar que muchas veces este acoso o estas amenazas suben de tono y van al entorno de tu familia. Sin ir más lejos en América Latina cuando a una mujer la amenazan no solo la amenazan a ella, sino a sus padres, a su marido y a sus hijos. Esa mujer no teme solo por ella, sino por todo su entorno.
- La mayoría de grupos editoriales y medios de comunicación están dirigidos por hombres. ¿Qué pasaría si fuera al revés?
- Soy una firme defensora de que las mujeres tienen que llegar a puestos directivos. Se ha avanzado mucho pero se sigue avanzando más por maquillaje que por convencimiento. Por ejemplo, en el grupo editorial en el que yo trabajo tenemos nuestro Plan de Igualdad, en el que se contemplan protocolos contra al acoso laboral, entre otras cuestiones. Este tipo de planes está muy bien pero la igualdad no solo es eso, es que a las mujeres también se nos valore para acceder a puestos directivos, que se nos tenga en cuenta. Algo que nos beneficia, por ejemplo, es que de las facultades cada vez salen más mujeres y llegará un día que a las empresas no les quede más remedio que contar con nosotras para cargos directivos, porque vamos a ser más. Pero esto no debería ser así, se debería valorar el trabajo del o la periodista sin importar si es hombre o mujer.
"De las facultades cada vez salen más mujeres y llegará un día que a las empresas no les quede más remedio que contar con nosotras para cargos directivos"
Otro tema importante que sí que está teniendo cada vez más repercusión en las empresas periodísticas es el de la maternidad, la paternidad y los permisos. Creo que en este sentido hemos avanzado mucho.
- Quizás habría en los medios mayor perspectiva de género...
- Yo creo que sí. Aunque no todas las mujeres tienen perspectiva de género y esto es un tema que me preocupa. Muchas mujeres suben a los puestos directivos es igual de machista que la de un hombre y por esta razón es importante la formación en visión de genero, tanto para hombres como para mujeres. La complicidad y el avanzar en conjunto es fundamental y enriquecedor para conseguir una sociedad más igualitaria y más justa.
- El año que viene se cumplirán 20 años desde la puesta en marcha de la Ley Integral Contra la Violencia de Género en España. ¿En qué punto cree que se encuentra actualmente la sociedad desde el inicio de esta ley?
- Creo que la situación ha mejorado. De hecho en España tenemos un sistema mucho mejor que en otros países a nivel de datos y a nivel de protección, pero faltan más recursos. Y sobre todo falta que las mujeres se sientan acompañadas para poder ejercer ese derecho que tienen y utilizar esos recursos. Pero es que después de la pandemia las cifras de asesinatos machistas y de denuncias por acoso sexual se nos han disparado. Y tenemos que encontrar el por qué de todo esto para erradicarlo. Es cierto que se han dado muchos pasos hacia adelante pero no llega a ser suficiente. También hay que tener en cuenta que durante los años que ha gobernado la derecha los recursos en temas de género se han bajado mucho y cuando das un paso para atrás luego cuesta volver hacia adelante.
- Y hablando de leyes… ¿Qué puede decirme de la Ley Solo Sí es Sí?
- La ley como tal, en su conjunto, a mí no me parece mal. Pero seguramente algunos temas no se hayan concretado bien. Yo no entiendo por qué en asesorías previas no pusieron énfasis en que podían suceder problemas que están pasando ahora, como la excarcelación de algunos presos, pero la ley en su conjunto a mí no me parece mal. Seguramente lo que conviene es valorarla y poder rectificarla, pero es que tampoco veo ese posicionamiento de no nos hemos equivocado. Igual el Gobierno no se ha equivocado en lo que es el fondo, el fin de la ley pero sí en la forma de ejecutarla o determinadas cuestiones. Pero para eso están los gobiernos, para poderlo rectificar.
Lo que sí me parece muy lamentable es que el posicionamiento sea estás conmigo o estás contra mí. Porque ha habido muchas mujeres feministas con una trayectoria espectacular en la lucha del feminismo que no han estado de acuerdo con temas y se las ha querido desautorizar y a mi eso no me parece bien.