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era el único síndic que aguantaba desde 2015

Manolo Mata se aparta del Botànic tras siete años de muñidor en Les Corts

1/05/2022 - 

VALÈNCIA. Siete años después de la victoria de la izquierda en la Comunitat Valenciana y se constituyera el gobierno del Botànic, el portavoz socialista en Les Corts Valencianes, Manolo Mata (València, 1959), ha decidido abandonar su puesto y su escaño en el parlamento autonómico. Su papel ambivalente y para muchos dicotómico en el caso Azud -defiende como abogado al presunto cabecilla de la trama al tiempo que era síndic parlamentario- ha acabado por empujarle a alejarse del estrado.

Pese a fracasos internos como el intento fallido en 2011 por liderar el PSPV en València ciudad contra Joan Calabuig o incluso la batalla por ser secretario general compitiendo con Ximo Puig, Jorge Alarte y Francesc Romeu, habilidades como la capacidad oratoria y la habilidad política fueron algunas de sus valedoras para que en 2015, el ya candidato a la Generalitat, Ximo Puig, le rescatara para un puesto destacado de la candidatura. Un movimiento de integración para con el abogado, adscrito a la corriente interna de Izquierda Socialista, que en términos generales cayó bien dentro del partido.

Tras la mayoría electoral de la izquierda, Puig lo impulsó como síndic del grupo socialista en Les Corts, y desde entonces ha jugado un papel fundamental en el juego parlamentario y el devenir del Botànic. Siete años en los que tanto diputados de partidos de izquierda como de la oposición siempre han reconocido sus reflejos y su habilidad política y lealtad a la hora de llegar a acuerdos. Y en los que también se le ha llegado a conocer en ocasiones como amigo del trilerismo en la negociación parlamentaria, pactando tanto con sus socios de gobierno como con Ciudadanos o sus tránsfugas si ha sido necesario.

Aunque de este período Mata destaque el "haber contribuido a elegir un presidente de Les Corts -Francesc Colomer- y un president de la Generalitat -Puig- socialistas después de 20 años", lo cierto es que siete años dan para muchas idas y venidas, dificultades, tensiones y también desencuentros. Como portavoz del principal partido de la coalición de izquierdas, ha ejercido un marcado protagonismo en la negociación de muchos de los principales cambios normativos del Botànic y en la confección parlamentaria de los presupuestos del Consell.

Foto: EVA MÁÑEZ

Así, en su mochila de síndic lleva haber sacado adelante ocho presupuestos seguidos. Aunque algunos más complicados que otros: cuestiones como la tasa turística, la tasa del azucar, el presupuesto de À Punt, las subvenciones directas de Presidencia o las ayudas a Air Nostrum han constituido los hits a la hora de negociar presupuestos con sus socios en los últimos años. Tanto es así que en 2017, la negativa de los socialistas a aprobar la tasa turística planteada por Podem motivó el rechazo de los morados a la Ley de Acompañamiento, de manera que PSPV y Compromís tuvieron que echar mano de los votos de cuatro diputados no adscritos que habían abandonado Ciudadanos.

El desbloqueo de la renovación del Consell Jurídic Consultiu (CJC), fin para el que pilotó durante semanas las negociaciones con la entonces síndica del PP, Isabel Bonig; y el nombramiento de Enrique Soriano como primer presidente de À Punt, en el que también jugó un papel clave, son otros de los hitos parlamentarios del abogado socialista. Y es que el hacer de Mata como portavoz en Les Corts está bien valorado en genera en las filas socialistas. Y por ello a nadie le extraña que con el paso del tiempo se haya convertido en uno de los consejeros de Puig para algunos asuntos.

Verso libre

Pero esta buena relación con el líder del PSPV no habla tanto de seguidismo; Mata, considerado en ocasiones un verso suelto dentro del partido, no ha mantenido siempre la misma visión política que el president. Por ejemplo, defendió la negativa a investir a Mariano Rajoy frente a parte del PSOE, donde se encontraba Puig, que optaba por la abstención y que motivó el abandono temporal de Pedro Sánchez. Y en la batalla por la secretaría general de 2016 de este frente a Susana Díaz, el abogado socialista mantuvo su apoyo al primero mientras que Puig defendió a la segunda.

Podría considerarse aquel momento como crítico, pues el portavoz parlamentario, aunque evitó hacer pública su discrepancia con el president de la Generalitat, sí llegó a presentarle una carta de dimisión para poner su puesto a disposición del partido. Idea que rápidamente fue desechada en el Palau, desde donde se calmaron las aguas con el tiempo. No hay que perder de vista, en ese sentido, que a finales de la pasada legislatura fue uno de los defensores del adelanto electoral que finalmente aprobó unilateralmente -sin el acuerdo de los socios- el president de la Generalitat.

Foto: EVA MÁÑEZ

Incluso Puig acabó entregándole los galones de 'número dos' del PSPV entregándole la Vicesecretaría General del partido. Y cuando le surgieron dudas en 2019 sobre si continuar como síndic, el president le pidió que continuara: "Este es un camino que comenzamos juntos y que terminaremos juntos", le dijo el titular del Consell. Y así fue. A la postre, en 2019, tras renovar la mayoría parlamentaria la izquierda, Mata fue uno de los hombres fuertes junto a otro socialista veterano, Ciprià Císcar, en las negociaciones para reeditar el pacto de gobierno del Botànic, esta vez con Podem dentro del Consell.

Pese a las dudas iniciales e incluso el paso por el hospital por un problema cardíaco, el portavoz consideró su continuidad como "un compromiso de legislatura": "La vida que elegí llevar es la que es", respondía en una entrevista a Valencia Plaza el año pasado. Pero finalmente no ha sido así. Mata aceptó ser el abogado defensor del presunto cabecilla de la red de mordidas que investiga el caso Azud, el empresario Jaime Febrer. Y aunque el verano pasado defendía que era "legal" y "compatible" con su cargo de portavoz, y también "ético e incluso estético", a la postre el levantamiento del secreto de sumario de la macrocausa, que también salpica al PSPV, ha empujado su marcha.

"Hace unos meses advertí que cuando se levantara el secreto de sumario tomaría una decisión", remarcó este sábado el hasta ahora parlamentario, quien ahora sí consideró "muy complicado" compaginar la labor de letrado con la de síndic porque "perjudica" al PSPV, "a la institución [Les Corts], al parlamentarismo". Si no dimitiera, dijo, sería un "pato cojo de síndic". Eso sí, continuará como vicesecretario general del PSPV: "Abogado y socialista seré hasta que me muera".

Un día antes de anunciar su salida, Mata comunicó su decisión al president de la Generalitat. "Él hubiera preferido que me dejara lo otro", explicó Mata. Pero finalmente no ha podido ser. Aunque mostró una faceta de optimismo al señalar que este sábado era "el día más feliz" de su vida porque estar en política es "durísimo", y es "estar siempre en el ojo del huracán". El carismático líder parlamentario, el único síndic que quedaba de los que empezaron en 2015, abandona su escaño para defender al eje central de una macrocausa de presunta corrupción.

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