CASTELLÓ. Mar de Sons quiere dejar de ser visto como el ciclo de conciertos que nació en plena pandemia, en el verano de 2020, cuando los grandes festivales de la provincia no pudieron celebrarse. Tras dos años de conciertos, y con su propuesta "ya consolidada", desean conseguir un proyecto "todavía más potente", que les ubique unos escalones más arriba entre la oferta musical de la provincia. Para ello, la productora responsable, Music is the Answer, ha decidido ampliar el capital del ciclo en 650,0000 euros. Una inversión de más de medio millón que, según explican, servirá para impulsar sus jornadas e ir sumando cada vez más artistas.
Aunque fue en plena crisis cuando la cita arrancó en el Grau de Castelló, un año después Mar de Sons se trasladó hasta el recinto de festivales de Benicàssim, una ubicación más grande que les permitió crecer en público. Tras ello, el siguiente paso fue fichar al reconocido locutor de radio musical Tony Aguilar, quien se incorporó en su segunda edición como director artístico, pero además, se encargó de promocionar la cita en cada uno de sus perfiles sociales. "Este festival es un derroche de estilos y buen gustos, para disfrutar de la mejor música nacional e intencional", decía el mismo sobre la cita.
Mar de Sons se ha caracterizado desde sus inicios por ofrecer un cartel de estilo nacional. Como la misma productora define, "mainstream". Un evento en el que sobre todo se da cabida a la música pop y latina. No pretende, así, el festival de Benicàssim ampliar el abanico de propuestas de la provincia con estilos más arriesgados o para un público minoritario. Su línea, mantienen, es esta y es la que caracteriza su cartel.
En efecto, visitarán la próximo edición los cantantes Sebastián Yatra, Melendi, Ana Mena, Coque Malla, Varry Brava, Mario Vaquerizo, Bombai, Sandra Groove, Taburete, Maldita Nerea, Juan Magan, Cepeda, Pignoise, DJ Nano o la banda local Generación Z. Mientras que en años anteriores han acercado hasta la provincia las propuestas de Lola Índigo, David Bisbal o Pablo López. Nombres que suenan frecuentemente en las emisoras generalistas y que visitan no pocos festivales de música.
Con todo, en su objetivo de ofrecer una experiencia cada vez más similar a la de un festival, Mar de Sons ha cambiado este año de formato. Hasta ahora, su programación se repartía en diferentes jornadas. Los conciertos y las entradas eran individualizadas, por lo que el evento podía durar hasta dos o tres semanas. Sin embargo, su próxima edición se celebrará en solo tres días (jueves, viernes y sábado), con varias actuaciones programadas para una misma jornada y con varios tipos de abonos a la venta, cuyos precios van de los 60 a los 150 euros.
Con este cambio de corriente, Mar de Sons hace una apuesta clara por dejar de ser considerado un ciclo de conciertos. Con las restricciones ya eliminadas, el proyecto quiere captar a un público masivo que le lleve a sumarse, poco a poco, a ese circuito de festivales que desde hace años encabezan, en la provincia, el Arenal Sound, el Rototom o el FIB. En su caso, ofreciendo una treintena conciertos del 30 de junio al 2 de julio y con una infraestructura, todavía, menor.