CASTELLÓ. La irrupción del sistema de financiación autonómica y la deuda de las comunidades autónomas en las negociaciones para una eventual investidura de Pedro Sánchez ha abierto la caja de los truenos. Mientras el PSOE plantea en Catalunya la idea de una quita parcial de la deuda en dicha autonomía, Compromís ha reclamado la reforma del sistema de financiación autonómica, caducado desde 2014 y que infrafinancia a la Comunitat Valenciana, petición a la que también se ha sumado Coalición Canaria.
Ante este maremágnum de reivindicaciones financieras, el recién entrado president de la Generalitat, el popular Carlos Mazón, prefirió mostrarse cauteloso este miércoles en su visita oficial a la ciudad de Castellón. Así, aunque convergió en la necesidad de un nuevo sistema de financiación, evitó pronunciar las palabras "quita" o "condonación" y optó por insistir en la exigencia de una "compensación". Aunque, ciertamente, siguió sin explicitar en qué consistiría esta vía compensatoria que plantea.
Preguntado expresamente por si una quita total o parcial de deuda para la Comunitat -qu asciende a 55.000 millones de euros- sería una medida aceptable, Mazón aseguró que la Comunitat Valenciana "ha acreditado que merece y necesita una compensación adecuada y justa", una "estrategia de compensación por todos estos años en los que hemos estado a la cola" de la financiación. Ya que, subrayó en ese sentido, esto "ha supuesto una merma muy importante" para las cuentas de la Generalitat.
Esta "excepcionalidad de la financiación" que presenta la Comunitat Valenciana, dijo Mazón, requiere de una "compensación", que si bien consideró "irrenunciable" para el nuevo gobierno valenciano, tampoco expuso en qué mecanismo consistiría. Con todo, eso sí, dentro "del margen de esa compensación", reclamó que el nuevo sistema sea "transparente" y diseñado "entre todas las comunidades autónomas y que no se haga en cuartos oscuros a cambio de investiduras 'Frankenstein'".
Una de las reclamaciones de la Generalitat Valenciana desde la etapa de Alberto Fabra y más tarde con Ximo Puig al frente del Consell era un cambio en el modelo de financiación aparejado a una quita de la deuda histórica de la Comunitat derivada de la infrafinanciación. Sin embargo, esta reclamación que ahora ha vuelto a la palestra merced a las negociaciones para la investidura entre el PSOE , Junts y ERC, cuenta con el rechazo frontal de voces importantes del PP como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Los populares de Madrid consideran esta medida como el primer paso de lo que supondría una "mutualización" de la deuda que afectaría al resto de comunidades autónomas, en palabras de la consejera madrileña de Hacienda, Rocío Albert, quien ya ha avanzado que el gobierno de la capital se opondrá "con todos los medios" posibles.
Así pues, Mazón por el momento, aunque no se ha pronunciado en contra de la quita, tampoco ha verbalizado su exigencia. Una postura de cierta ambigüedad que se traduce en la petición genérica de "fórmulas" para contrarrestar todos los años en los que la Comunitat Valenciana ha estado infrafinanciada, lo que ha repercutido en el nivel de endeudamiento de la administración valenciana para hacer frente al gasto público.
En ese sentido, cabe recordar que en octubre de 2015 todos los grupos de Les Corts firmaron un documento exigiendo los "12.433 millones" de euros de deuda generada por la infrafinanciación entre 2002 y 2013. En esa línea, Mazón señaló que cuando "se prolonga esa injusticia durante demasiado tiempo, se provocan quebrantos, que significan falta de atención a las políticas básicas".
"Sigo esperando, cada vez con más dosis de ingenuidad, que esto de que se va a negociar primero con unos separatistas y luego con el resto no sé qué prebendas o no sé qué privilegios sea una serpiente de verano, porque si no es así, el nivel de contundencia de mis declaraciones y de mis hechos no será tan amable como el que estoy teniendo en estos momentos", advirtió el president: "No descartamos nada para defender a nuestra tierra, como siempre".