CASTELLÓ. Mercury Cerámica busca estas semanas su consolidación definitiva. Tras el concurso de acreedores que solicitó en febrero de 2011 y cuyo convenio fue aprobado en 2015 -desde entonces no tiene administrador pero aún arrastra condicionantes que dependen del juez-, la firma dirigida por Ramón Marco tiene previsto en breve renegociar el pasivo que lastra su actividad. "La deuda se va a quedar en una cifra muy asumible", señala el adjunto a dirección, Gonzalo Marco.
Marco no aporta más detalles de este proceso, que pretende reducir una deuda global que a finales de 2019 rondaba los 30 millones de euros, tal y como recogen sus cuentas. Sobre ello tan solo remarca que la refinanciación la llevará a cabo la compañía sin apoyo de ningún socio externo, algo que no parece sencillo para una firma que en 2019 facturó 21,2 millones de euros (dos más que un año antes) y cerró el año en equilibrio.
En este sentido, aunque reconoce que la compañía dedicada al pequeño formato, redujo sus ventas en año pasado debido a la incidencia de la pandemia, el adjunto a dirección señala que en este 2021 "no damos abasto". De hecho, la factoría ondense acaba de poner en funcionamiento el cuarto horno, que tenía parado desde tiempo atrás. Con ello, actualmente trabajan en sus instalaciones alrededor de 140 personas, apunta. Al cierre de 2019 eran 116.
A pesar de ello, la propia compañía reconoce en sus últimas cuentas publicadas, auditadas en septiembre pasado, que su viabilidad "está sujeta al éxito de sus operaciones futuras y por ende al cumplimiento del convenio aprobado por el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Castellón". De hecho, el propio auditor expresa sus reservas hacia esta "incertidumbre relacionada con la capacidad de la sociedad para continuar su actividad".
No en vano, los pagos de la deuda ordinaria y privilegiada derivada del concurso se intensifican en los próximos años hasta la conclusión prevista en 2025. Y, aunque ya debería haber finalizado sus abonos a la Agencia Tributaria, para garantizarlos incluso tuvo que constituir una hipoteca mobiliaria sobre la marca Mercury Cerámica. Además, de 2018 a 2019 aumentó su pasivo, que junto al derivado del concurso comprende otra parte con entidades financieras y con proveedores hasta los citados casi 30 millones en aquella fecha. Todo ello lo pretende renegociar ahora la compañía.
Para afrontarlo, la firma ondense cuenta con una cartera de clientes "bastante atomizada", entre los que se encuentran otros fabricantes, intermediarios y grandes cadenas nacionales de distribución, como Leroy Merlin, que alcanzan a comprar una gran cantidad de producto, asegura Marco. Según las últimas cuentas de la firma, casi el 82% de su producción se vende en España, un 10% en Europa, y un 8% fuera de las fronteras comunitarias.