ENTREVISTA AL PRESIDENTE DE LA DIPUTACIÓN DE VALENCIA 

Mompó: "No sé qué más tiene que pasar para que los políticos vayamos todos a una"

26/12/2024 - 

VALÈNCIA. A finales de octubre, la provincia de Valencia se enfrentó a la peor Dana en su historia reciente: las intensas lluvias dejaron 223 víctimas mortales -y tres desaparecidos- arrasaron miles de viviendas y comercios; sepultaron 85 municipios bajo el lodo y destruyeron infraestructuras clave para el área metropolitana de la región. En este contexto, el presidente de la Diputación de Valencia, Vicent Mompó (Gavarda, 1981), evalúa las actuaciones realizadas hasta el momento por la corporación, consciente de que, aunque se han realizado esfuerzos considerables, todavía queda mucho trabajo por hacer. Al respecto, el dirigente del PP hace autocrítica con el clima político derivado de la Dana e insiste en la necesidad de extender las reivindicaciones de los municipios a las instituciones superiores, al mismo tiempo que subraya el papel de la Diputación como un canal esencial para hacer efectivas sus demandas. 

- Han pasado casi dos meses desde la Dana. ¿Qué balance hace de las actuaciones realizadas hasta el momento en los municipios más afectados? 

-Es complicado hacer balance viendo todo el trabajo pendiente. Por muy bien que consideremos que lo hemos hecho, queda tanto por hacer que lanzar un mensaje de optimismo resulta improcedente. En el futuro, cuando echemos la vista atrás, seremos capaces de apreciar todo lo que se hizo en apenas un mes. Al final, estamos hablando de devolver el agua potable a infinidad de municipios que no tenían, de conectar pueblos que se habían quedado incomunicados, de muchas localidades que, en pleno 2024, se quedaron sin cobertura a raíz de la Dana o que tampoco tenían luz. 

"Los vecinos siempre tendrán la sensación de que se hace poco y tarde"

Actualmente, estamos limpiando garajes, pero seguimos reparando carreteras, puentes y atendiendo otras necesidades. Por mucho que se haga, nuestros vecinos y vecinas siempre tendrán la sensación de que se hace poco y tarde; necesitan despertar ya de este mal sueño y para eso queda todavía tiempo. Es una sensación agridulce: cuando llegas a casa te fuerzas a estar contento por todo el trabajo y la ayuda prestada, pero, al mismo tiempo, el cerebro no te lo permite, porque te recuerda que muchas personas todavía no se han recuperado.

- La Diputación ha iniciado acciones como el control de plagas a consecuencia del temporal. ¿Qué otras medidas se barajan para que los municipios estén mejor preparados ante futuras emergencias?

-El mejor servicio que podemos ofrecer a la ciudadanía es reivindicar políticamente las necesidades que tenemos, como esas infraestructuras que pedimos desde hace tiempo y no llegan. La Diputación, así como los ayuntamientos, no tenemos capacidad para limpiar barrancos, ni tampoco para encauzarlos. Mi intención es que la Diputación sea una institución reivindicativa y creo que, ahora más que nunca, tenemos que utilizar esta Dana para hacer ver a las instituciones supramunicipales que lo que pedimos no es ningún capricho, sino una necesidad para salvar vidas. 

- Ha comentado antes que la Diputación también ha reforzado el trabajo para extraer lodo de los garajes en los municipios más afectados por la Dana, como Catarroja, Benetússer o Paiporta. ¿Cree que los recursos movilizados son suficientes para dar una respuesta rápida y eficaz?

-Los recursos son los que hay, ya que nada en este mundo es ilimitado. La Diputación se ha metido en los garajes privados; no nos hemos preguntado de quién era competencia y de quién no. Sabíamos que el problema debía solucionarse cuanto antes. Supongamos, por ejemplo, que quedan 300 garajes por limpiar. Aunque actuásemos en 200, todavía quedarían 100 y esos afectados siempre van a pensar que no somos eficientes. Debemos entender a la gente, porque ya son casi dos meses que padecen nerviosismo, están todos saturados, cansados, duermen mal... 

"Debemos quitar la tensión política añadida y dedicarla a la gestión"


Hemos de empatizar con esa situación  y quitar esa tensión añadida que muchas veces generamos desde la política con enfrentamientos que no sirven para nada y que quitan tiempo a la gestión real; por ejemplo, limpiar el lodo de la vía pública o recomponer los servicios que han sido mermados por esta catástrofe.

- Más allá de la recuperación de la Dana, ¿qué proyectos o programas destacaría como fundamentales para el desarrollo de la provincia en el próximo año?

-Ahora mismo va a ser todo Dana. Los últimos presupuestos ya los teníamos hechos y tuvimos que prácticamente romperlos y crear unos nuevos para esta tragedia. Por desgracia, todo lo relacionado con la catástrofe no terminará en el 2025; el año siguiente también tendrá que haber presupuestos para la Dana porque, por mucho dinero que aprobemos, un puente se tiene que volver a construir, así como una depuradora y todos los procesos que hacen que funcione tienen que crearse de nuevo. Todo ello no es cuestión de dinero únicamente, sino también de tiempo. 

- En cuanto a los presupuestos, estos se aprobaron con el respaldo de partidos de ideologías muy diferentes, ¿cree que este consenso refleja una auténtica sintonía en la gestión de la Diputación ante la emergencia o simplemente fue un ejercicio pragmático?

-Refleja que la Diputación está trabajando bien. Más allá de las competencias, de los colores y el oportunismo político, está la Diputación, una institución que, como los ayuntamientos, deja de pensar en la ideología para pensar realmente en lo que es efectivo para todas las valencianas y todos los valencianos. La Diputación se ha endeudado para destinar 150 millones de euros de respuesta directa a la Dana y eso ha sido posible porque es una institución saneada. El 20% del presupuesto de 2025 va a ser para la reconstrucción.

El pasado viernes asistimos a uno de los debates más crispados en Les Corts. Sin embargo, en la Diputación lograron un acuerdo entre casi todos los partidos políticos para aprobar los presupuestos. ¿Se está jugando de forma distinta a nivel autonómico? 

-Debería ser obligatorio ser concejal, creo que eso ayudaría muchísimo a todos los políticos. Me parece vergonzoso porque, por impresentable que sea una actitud, cuando lo ves todos los días ya no te sorprende. Ese tipo de debates tan tensos no son exclusivos de la Dana, la gente ha perdido el contacto con la política desde hace mucho tiempo por ese motivo. Tenemos que ser gente normal y recuperar esas costumbres de los pueblos (porque las ciudades son más impersonales). Con ello, me refiero a que, cuando uno se enfrenta a su rival político, debe responder con educación. Somos los representantes institucionales y deberíamos dar ejemplo. Tenemos que dejar la vieja política y prescindir de argumentos que solo sirven para debilitar al contrario. Si tras la Dana no somos capaces de ir todos a una para hacer lo necesario y ayudar a los valencianos, yo ya no sé qué más tiene que pasar. Ya habrá tiempo de discutir más tarde; no se van a terminar las excusas para echarnos en cara una mala gestión de la emergencia. Lo cierto es que esa unión que veo muchas veces en la Diputación, donde la mayoría somos alcaldes en los ayuntamientos de diferente color político, no está ni en las Cortes ni en el Gobierno de España.

- En ese sentido, ¿qué papel pretende adoptar la Diputación como altavoz de los ayuntamientos para elevar las exigencias de las localidades a las instituciones supramunicipales?

-Lo que he intentado siempre es seguir mi camino. Me costó en su momento convencer a mi equipo de todo esto, aunque creo que el favor que podemos hacer a la sociedad es convencer también a los inmediatamente superiores. Si es la Generalitat, pues la Generalitat. Y a ver si luego conseguimos también convencer al Gobierno de España. Yo creo que la forma de hacer política tiene que ser esa: la que sea útil para el ciudadano. 

"debería ser obligatorio ser concejal, esa experiencia ayudaría mucho a todos los políticos"


A pesar de la Dana, son muchísimas más las razones que nos unen que las que nos separan. En las administraciones superiores, suelen empecinarse en buscar razones para discutir. Por ese motivo, no me gusta esa política y creo que, si todos fuesen concejales o alcaldes, esa experiencia les serviría para que nuestros representantes de instituciones supramunicipales estuviesen a la altura de los ciudadanos.

- ¿Se ha resentido la relación con Ens Uneix tras la Dana?

-La Dana ha hecho que pasemos más tiempo con Ens Uneix. De hecho, durante los primeros días de la emergencia prácticamente vivíamos juntos. Nos íbamos a las tantas de la noche y a las tantas de la mañana ya estábamos otra vez juntos. Creo que hemos conseguido que esa relación sea más estable. De hecho, en el pleno para aprobar los presupuestos destinados a la Dana, fue Ens Uneix quien nos ayudó a convencer al PSPV y a Compromís, para que uno votase a favor y el otro se abstuviese. Porque, como vicepresidenta en este caso, pero como miembro del gobierno y una más del equipo, entendíamos que para cruzar ese puente, la que más cerca estaba era Natàlia (Enguix) y ha sido ella quien ha capitaneado esas negociaciones. 

- ¿Le preocupa al PP provincial el proyecto de Unión Municipalista? ¿Puede esa alianza entre pequeños partidos independientes atraer un mayor número de votantes en detrimento de su formación?

-La forma que tengo de ganarme la confianza de la gente es haciendo las cosas bien. La gente verá lo que estamos haciendo unos y otros, y luego decidirá.

- ¿Cómo valora las mociones de censura que se han producido estos dos últimos meses, en Requena y Chiva? ¿Teme otros procesos similares? 

-Las normas son las normas y están ahí para jugar con ellas. Si bien es cierto que, más tarde, entran en juego los valores y la educación que tenga cada uno, así como el momento de escoger las herramientas que tienes. En algunos casos estaban programadas, pero, de cualquier forma, creo que se hubiese podido repensar la situación, sobre todo, después de lo que ha sucedido. Asimismo, las mociones que se han programado durante la Dana podrían haberse aplazado, aunque todo ello ya te muestra el valor humano de esas personas.

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