Nuevo lío con las Tascas: Sense Soroll cree que el Ayuntamiento incumple la sentencia del TSJCV

CASTELLÓ. El futuro de las Tascas de Castelló continúa en el aire. A pesar de la voluntad de los empresarios por encontrar una solución, planteando instalar una cubierta retráctil para reducir los niveles de decibelios, el acatamiento de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) amenaza con abrir un nuevo litigio.

Camino de encadenar la cuarta semana desde que se aprobara en el pleno del 26 de septiembre el cumplimiento del fallo judicial, que desampara a las calles Barracas e Isaac Peral (hasta ese día protegidas como zona tradicional), Sense Soroll empieza a tener la impresión de que la flexibilidad del Ayuntamiento de la capital de la Plana a la hora de aplicar la resolución esconde en realidad una desobediencia, habida cuenta la masiva afluencia de público.

La plataforma cívica, en palabras de su presidente, Pedro Monfort, sostiene que "solo hay que ir a las Tascas un viernes, por ejemplo, para comprobar que nada ha cambiado. Creemos que la sentencia no se está cumpliendo. Por eso, ya hemos puesto el tema en manos de nuestro abogado".

El presidente de Sense Soroll se refiere a la presentación de un escrito ante el registro del consistorio para alertar al equipo de gobierno de su "incumplimiento". "Esperamos que ante la denuncia reaccione, porque hay cosas que no están claras", advierte.

Monfort cree que la nueva redacción del artículo 26 de la ordenanza de Convivencia Ciudadana, focalizado en la regulación del consumo de alcohol en vía pública, resulta un tanto cuestionable. La excepcionalidad que ofrece el velador, en opinión del portavoz de la plataforma, es una "excusa" a la que se aferran las Tascas para que "seguir igual".

Veladores

"Que no vendan historias con los veladores. Primero, que no hay. Segundo, tienen un aforo limitado y allí [en alusión a Barracas e Isaac Peral] no cabe un alfiler", subraya el presidente del colectivo. Monfort insiste en reivindicar el acatamiento de la sentencia y evita pronunciarse sobre la alternativa que plantean los hosteleros.

El equipo de gobierno sigue considerando interesante la propuesta de la cúpula, pero reitera en que para avalarla, primero, resulta imperativo un meticuloso estudio de los técnicos municipales. La complejidad y singularidad de las Tascas requieren del máximo análisis a fin de no dejar ningún cabo suelto acerca de la legalidad.  

No en vano, a consecuencia de la legislación vigente las calles de ocio arrastran restricciones horarias sobre el consumo de alcohol desde 2010. Una sentencia obligó al Ayuntamiento de Castelló, entonces gestionado por el PP, a aplicar la declaración de Zona Acústicamente Saturada (ZAS). Las mediciones mostraban niveles por encima de los 65 decibelios.