VALÈNCIA. La ciudad "de la naranja" rockea o, al menos, lo hace con mayor regularidad desde que en junio del 2016 un grupo de fans de la música rock -especialmente del underground- decidieron constituir una asociación entregada a este estilo en Vila-real. "Había que conseguir que la localidad formara parte habitual de los circuitos europeos y nacionales", apostilla Juan Carlos Vilar, cofundador y miembro. Pero, su ambición nunca fue, con ello, traer a grandes nombres de la industria; y es que como señala Vilar, "su estructura y capacidad económica" ni siquiera se lo permite. La naturaleza de Orange City Rock no es otra pues que dar la oportunidad a los grupos locales de tocar con agrupaciones de otras ciudades; "está dentro de los estatutos, porque queremos que intercambien experiencias". Así, desde que se instalaran en la sala Japan, han pasado por sus encuentros bandas americanas, suecas, canadienses, australianas, italianas, holandesas o inglesas. La última, The Hip Priests.
Con todo ello, no han sido más de 17 los conciertos que se han organizado durante estos años. Y es que la asociación intenta que haya, de media, una sesión cada dos meses, siempre en fines de semana. "En Vila-real tiene que ser así, tampoco hay una población tan grande que te permita ocupar el resto de días", aclara el gestor. Además, los asiduos a sus citas suele ser un público que ronda la media de los 40 años. Parece que la gente joven es más escurridiza. "No quiero pensar que no escuchen rock ni que no estén acostumbrados a la música en vivo. Lo que ocurre es que hay mucha oferta y además, estos tienden a escuchar otros estilos", considera el cofundador. Tal vez, ante esta falta de oyentes, las salas se enfrenten en un futuro a una falta de relevo generacional. Pero lejos de caer en un pensamiento pesimista, desde "la ciudad de la naranja" se muestran contrarios a que esto llegue a pasar: "Siempre hay alguien en las minorías".
En efecto, su diminuta agenda sí les ha permitido atraer a los amantes del underground, alcanzando los 35 socios. "Nos costó mucho arrastrar a la gente a la sala, pero poco a poco hemos conseguido ganarnos un público estable", subraya Vilar. Tanto, que ven como Orange City Rock creará escena en Vila-real por muchos más años: "Es nuestra principal afición, forma parte de nuestro día, así que claro, estamos muy motivados para seguir el tiempo que sea. Además, he de decir que Cultura nos apoyó desde el principio y Eduardo Pérez se mostró muy receptivo a nuestra idea".
La asociación, que ya ultima un concierto para abril y otro para junio, está abierta igualmente a desarrollar otro tipo de actividades vinculadas con el género. Así, en el verano del 2017 organizaron un ciclo de cinema rock. "Principalmente vivimos de las actuaciones que es lo que nos gusta, pero nos permitimos la fusión de actividades".