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ENTREVISTA

Óscar Zurriaga: “La Unidad de Trasplante Renal en Castellón hará más accesible este tratamiento”

El médico y profesor universitario, responsable del Registro de Enfermos Renales de la Comunidad Valenciana (REMRENAL) y vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología, participará este domingo 28 en Castelló en la jornada del 40 aniversario de la asociación de pacientes ALCER Castalia

26/11/2021 - 

CASTELLÓ. La experiencia profesional del doctor Óscar Zurriaga Llorens (Valencia, 1960) se asienta básicamente en dos ámbitos - el sanitario y el universitario- a los que se añadió un paso de poco más de un año por la gestión política -julio de 2015 a septiembre de 2016- como director general de Investigación, Innovación, Tecnología y Calidad en la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública de la Generalitat Valenciana, donde también ocupó la subdirección general del mismo departamento. Con la licenciatura en Medicina bajo el brazo (1983), pronto se especializó en el campo de la epidemiología y más concretamente, dirigió sus pasos hacia la vigilancia en salud pública. El Doctorado en 1989 y un Máster en Salud Comunitaria en 1991 se sumaron a su formación.

Este médico especialista en medicina preventiva y salud pública trabaja actualmente en la puesta en marcha y gestión de registros de enfermedades y sistemas de información epidemiológica, en la Dirección General de Salud Pública. Es responsable del Registro de Enfermos Renales de la Comunidad Valenciana (REMRENAL). Una tarea que compatibiliza con su plaza de profesor titular en el Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universitat de València. Además, desarrolla su faceta investigadora en FISABIO-Salud Pública, en concreto en las Áreas de Investigación sobre Desigualdades en Salud y Enfermedades Raras. Es vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología y miembro del Comité Asesor de la Federación Española de Asociaciones de Enfermedades Raras (FEDER) y del Comité Científico de Orphanet España. En su blog Epi y Más reflexiona sobre la epidemiología y la información epidemiológica. Este domingo 28 participará en la jornada con la que ALCER Castalia celebrará sus primeros 40 años de lucha contra las enfermedades del riñón en la provincia de Castellón. En concreto, Zurriaga explicará ‘Quiénes son los pacientes en tratamiento renal sustitutivo en Castellón y en la Comunidad Valenciana’.

- ¿De cuántos pacientes hablamos en la actualidad en Castellón y en la Comunidad Valenciana, al referirnos a los tratamientos renales sustitutivos?
- En 2020, último ejercicio completo, había 903 pacientes en Castellón, lo que supone el 12% del total de la Comunidad Valenciana, donde teníamos registrados 7.469, contando también que hay de otras provincias limítrofes que reciben tratamiento aquí y otros en los que no está establecido a qué provincia pertenecen, por defectos de información. Y al margen de estas cifras, hay otros pacientes en prediálisis, pero solo los contabilizamos en esta estadística cuando reciben la primera sesión de diálisis o el trasplante.

- ¿Cuáles son estos tratamientos sustitutivos en la actualidad?
- Bueno, los tipos de tratamiento hoy más preponderantes son la hemodiálisis y el trasplante, que es el que tiene una supervivencia más prolongada, lo que hace muy interesante poder acceder a él. En principio en la Comunidad ambas opciones no están a la par, porque ahora mismo aún hay algo más de pacientes en hemodiálisis que trasplantados, sobre el total de pacientes en tratamiento sustitutivo renal, pero sí hay diferencias provinciales: en Alicante es casi equivalente el número de pacientes en hemodiálisis o trasplantadas, en Valencia hay algunos pacientes más en trasplante pero en Castellón sucede lo contrario: hay más en hemodiálisis que trasplantados. Y el tercer tratamiento es la diálisis peritoneal, que es bastante territorio-dependiente, porque solo se hace en centros públicos y hay unos en que hay más posibilidad de ofrecer este tratamiento que en otros. La peritoneal tiene más presencia en Valencia y Castellón que en Alicante, pero en todo caso está a bastante distancia de los otros dos tratamientos. A 31 de diciembre de 2020, en la provincia de Castellón había 299 personas con trasplante funcionante, por 512 en hemodiálisis, mientras que en el conjunto de la Comunidad Valenciana había 3.378 trasplantados por 3.534 en hemodiálisis.

"A 31 de diciembre de 2020, en la provincia de Castellón había 299 personas con trasplante funcionante, por 512 en hemodiálisis, mientras que en el conjunto de la Comunidad Valenciana había 3.378 trasplantados por 3.534 en hemodiálisis"

- ¿Y a qué se debe el hecho de que en Castellón haya bastante más hemodiálisis que trasplante?
- Bueno, los centros trasplantadores están principalmente en la provincia de Valencia -La Fe y Doctor Peset- y en Alicante -el Hospital General de Alicante y Elche-. La Fe y el General de Alicante fueron los primeros, a finales de los 80. El Peset se añadió a mediados de los 90, aproximadamente, y Elche algo después. En Castellón hasta ahora no ha habido un centro trasplantador, precisamente se incorpora ahora. Ello lógicamente debería repercutir para hacer más accesible el trasplante, aunque ello no quiere decir que los pacientes de Castellón no se hayan podido trasplantar, ni muchísimo menos. Se han trasplantado sin dificultades, pero esto acerca más ese tratamiento y lo hace más accesible, no solo para los pacientes de Castellón sino para los de toda la Comunidad.

- Es decir, que contar con una Unidad de Trasplante Renal cerca es un factor muy positivo aunque no dependa de ello la posibilidad de recibir trasplante.

- Lógicamente. Primero porque aumenta la probabilidad de trasplantar en general, no solo a los del territorio, y en segundo lugar porque los del territorio lo tienen mucho más cerca y hay que tener en cuenta que se trata de un tratamiento siempre complejo y que por tanto requiere una logística que no es fácil, aunque ya está muy establecida. Igual que hay más pacientes trasplantados en los departamentos de Castellón y La Plana, y no me refiero a número sino en cuanto a proporción. Y ahí no podemos hablar de que el Hospital Comarcal de Vinaròs no haga y el de Castellón sí.

Óscar Zurriaga es especialista en epidemiología.

- ¿Cuál sería el retrato-robot del paciente en tratamiento de tratamiento renal sustitutivo en Castellón y en la Comunidad Valenciana?
- Simplificando mucho, podemos decir que en la provincia de Castellón -como en la Comunidad y en España en general- hay más hombres que mujeres y son personas de una edad relativamente avanzada. La mayor parte de pacientes renales en tratamiento sustitutivo están por encima de los 60 e incluso, un grupo muy importante, por encima de los 70 años. En cuanto a la distribución por departamentos de Salud dentro de la provincia de Castellón es similar entre ellos, aunque obviamente el departamento de Vinaròs tiene menos pacientes al contar con menos habitantes.

- Por tanto, ¿hablamos de una distribución homogénea en nuestro territorio?
- Está claro que al referirnos a ese perfil de paciente mayor, en las zonas donde hay un mayor envejecimiento de la población, hay una mayor prevalencia [proporción de afectados sobre la población general]. Pero aparte de eso, en las comarcas del sur de la Comunidad hay menor prevalencia; en la parte central en torno a la ciudad de Valencia es mayor, y Castellón queda en la parte alta pero sin llegar a ser de las más elevadas.

- ¿Hay variables socioeconómicas o territoriales que también tienen su peso en esas diferencias, además de la edad?
- No tanto socioeconómicas pero sí territoriales. Es decir, la Comunidad Valenciana es uno de los territorios con una prevalencia más elevada; de hecho en el último año hemos sido la de mayor prevalencia. Mirando un poco más allá en el tiempo, hemos estado a la par con Cataluña en esas primeras posiciones, y Canarias también es una comunidad que históricamente tiene una prevalencia muy elevada, y otras con otras bastante más bajas, como Cantabria, Madrid o La Rioja, aunque en el caso de Madrid siempre ha habido cierta discusión sobre si están todos los datos que deben estar o no. Y luego hay comunidades que incluso siendo relativamente envejecidas como Castilla y León están por debajo de la prevalencia nacional. Es decir, no solo es el envejecimiento: por ejemplo en Canarias hay un problema de gran presencia de diabetes, y la nefropatía diabética allí tiene una presencia mucho más elevada que en el resto de España.

- ¿Y en el caso de las que tienen unos niveles excepcionalmente bajos?
- En ese caso no hay nadie, estamos en unos niveles similares, con unas ciertas diferencias. Cataluña y Comunidad Valenciana hemos estado siempre en la parte alta y el caso de Canarias es el único con un punto diferencial claramente identificado, que es el de la diabetes.

- ¿Cómo ha evolucionado el perfil en Castellón y la Comunidad, a lo largo de las últimas décadas?
- Bien, los nefrólogos siempre dicen que se han convertido en nefrogeriatras, porque cada vez atienden a pacientes de mayor edad. La edad ha ido aumentando poco a poco en la serie histórica y ello implica que tienen también más comorbilidad añadida y eso hay que tenerlo en cuenta. Es cierto que la supervivencia ha ido aumentando pero claro, hay un límite. Si un paciente comienza su tratamiento sustitutivo renal muy mayor, su esperanza de vida no puede ser muy elevada porque tampoco lo era antes de empezar.

- Y se sobrentiende que la edad media del trasplante también será más avanzada.
- Sí, al principio es verdad que había unos límites de edad más bajos y ha habido que ir subiéndolos. Lo que implica también es que hemos ido incrementando año tras año el número de pacientes, cada vez tenemos más, por eso tenemos una de las prevalencias más elevadas de España y casi de Europa, en la Comunidad Valenciana. Esto sobrecarga los sistemas asistenciales. En toda España se incrementa la prevalencia, y en el sur de Europa tenemos más elevadas que en centro y norte de Europa. Portugal tiene la más elevada, Grecia también está alta… y luego aquí, tenemos junto a nosotros a Cataluña o Canarias, que está al nivel de Portugal. Aunque hay países importantes como Alemania de los cuales no tenemos información.

- ¿Se debe esto a nuestro estilo de vida o hay otros factores que lo expliquen?
- En cuanto a los tipos de enfermedad renal primaria, la diabetes juega cada vez un papel más importante, pero también las enfermedades vasculares tienen cada vez más fuerza. Porque luego hay otras hereditarias que tienen un papel, pero no tan elevado como las nefropatías diabéticas o las vasculares. Lo cierto es que a nivel de prevalencia de estas enfermedades en la población general respecto a otros países, no es tan elevada. Por tanto, no hay un único factor que explique esto. También es cierto que al hablar de envejecimiento, hay que recordar que España tiene la esperanza de vida más alta, junto con Japón.

"El papel de asociaciones como ALCER Castalia es fundamental, porque ofrecen muchas cosas, empezando por un conocimiento del padecimiento de la enfermedad que los profesionales tampoco tenemos, porque nos falta la vivencia en primera persona. Si no existieran, habría que inventarlas"

- Usted es vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología. ¿Cómo ha impactado la pandemia sobre el colectivo de enfermos renales?
- Ha impactado de forma importante, por encima de la media de la población porque hablamos de muchos pacientes ancianos, con mayor afectación de la Covid, con muchas comorbilidades… y todo esto influye. Tenían más riesgo que la población general. A nviel nacional se ha visto que mortalidad ha sido superior a años anteriores, y eso ha sido un impacto importante en los pacientes. Y hay que tener en cuenta también las dificultades para acceder a tratamientos, aunque en su caso era obligado: no podían dejar de hacerse su diálisis, o su peritoneal, o su seguimiento en el caso de los trasplantados. Donde sí podría haber influido era en las nuevas detecciones, y no lo hemos visto: ha habido más nuevos casos en 2020, no ha habido una disminución de la incidencia, ha seguido el incremento de los últimos años, aunque también es cierto que podría haber sucedido que la incidencia hubiera subido todavía más. A nivel de casos nuevos, cada año hay variaciones, porque la incidencia es más variable que la prevalencia.

- Este domingo participa en la jornada del 40 aniversario de ALCER Castalia. ¿Qué mensajes quisiera que se quedara el público tras su intervención?
- Básicamente, recordar que España está en el grupo alto de prevalencia en Europa, de la enfermedad renal, y la Comunidad Valenciana en la número 1 en prevalencia, y la provincia de Castellón en general no es la más elevada pero sí está por encima de la media de la Comunidad. Y otro aspecto importante: hablamos de pacientes de edad más elevada y cada vez más pacientes, y con unas necesidades de tratamiento que se resuelven en su mayor parte, pero con los que debemos seguir aumentando el número de trasplantes para reducir otros tratamientos que se hacen y que son más inconvenientes para el propio paciente por lo que representa estar ligado a una determinada máquina como es la hemodiálisis. Mejor ir avanzando en trasplantes, y en este punto estamos en la mejor de las situaciones en Castellón, porque en muy poco tiempo comenzarán los trasplantes en el Hospital General de Castellón, lo que es una muy buena noticia para los pacientes de la provincia.

- ¿Cómo valora el papel de asociaciones de pacientes como ALCER Castalia? ¿Cree que deberían evolucionar en algún sentido en los próximos tiempos?
- Su papel es absolutamente fundamental, porque ofrecen muchas cosas: en primer lugar, un conocimiento del padecimiento de la enfermedad que los profesionales tampoco tenemos, porque nos falta la vivencia en primera persona. Por otra parte, la detección de las necesidades del paciente alrededor del tratamiento, que a veces están en un segundo plano y las asociaciones lo ponen encima de la mesa. En tercer lugar, hacen que los pacientes tengan una posibilidad de hablar con sus iguales: en las enfermedades renales, y más en hemodiálisis, se favorece que se pongan en común los problemas de cada cual, y compartirlos también es terapéutico en sí mismo. Si no existieran, habría que inventarlas.
 

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