CASTELLÓ. El campo valenciano está más cerca de ver cumplida una reivindicación histórica con la publicación del mapa agronómico varietal, un paso clave para evitar la pinyolà, reforzar la convivencia entre cítricos y abejas y ayudar a reconvertir las variedades de fruta menos rentables.
La Conselleria de Agricultura, Ganadería y Pesca ha anunciado la puesta en marcha del mapa de riesgo de polinización cruzada, que se puede consultar en este enlace https://sigpac.gva.es/visor/, una herramienta que identifica las diferentes variedades y los lugares más idóneos de colocación de las colmenas para no afectar a los cítricos más sensibles, que son algunas variedades híbridas y las clementinas.
Una medida que pretende conjugar la coexistencia entre citricultores y apicultores, para que las dos actividades puedan trabajar respetándose los intereses de ambas. Se trata de una iniciativa que compatibiliza la puesta en marcha de colmenas en el campo sin causar afecciones en los cítricos con una polinización cruzada, conocida como polinyà, que causa la aparición de semillas y perjudica su calidad.
El mapa agronómico, según la conselleria, "debe servir de herramienta para la toma de decisiones con el objetivo de reducir al máximo la polinización cruzada. Es dinámico y señala en qué zonas no se pueden situar las colmenas".
Las organizaciones profesionales vienen trabajando desde hace tiempo para solucionar esta cuestión. Desde hace tres décadas está establecida una orden que prohíbe situar las colmenas a menos de 4 kilómetros de los huertos de naranjos en la época de floración (de marzo a mayo) para impedir la pinyolà, pero esta distancia, que la Conselleria renovó el pasado mes de febrero, es insuficiente para frenar la polinización cruzada y propiciar una compatibilidad entre las dos actividades.
El sector, en el que hace dos años sobrevoló una ruptura entre la patronal y las asociaciones agrarias, llegó en 2022 a un acuerdo para intentar solventar la cuestión, y la conselleria aprobó a primeros de 2023 una orden con las medidas propuestas por los colectivos y que incluía un periodo transitorio de aplicación hasta 2026. El mapa es un primer paso.
Ahora se han de desarrollar otras propuestas pactadas como la reconversión progresiva de plantaciones de cítricos con variedades que provoquen polinización cruzada y que tienen escasa salida en el mercado. En este caso, según la Unió Llauradora, no hay noticias por parte del Consell del impulso de ayudas encaminadas a la sustitución de variedades.
El presupuesto autonómico de 2024 recoge una tercera actuación que es la extensión de enmallados en plantaciones contra la polinización. Existen a nivel particular pero a la actual campaña no se ha podido acoger ningún citricultor a las ayudas públicas previstas de 500.000 euros al no publicarse aún la orden de la conselleria.
Aún queda un largo camino, que el Botánic fijó hasta 2026, pero el mapa ya supone un avance para resolver la pinyolà.