CASTELLÓ. (EP). La organización Patim ha indicado que la aprobación del Proyecto de Ley de Regulación del Juego supone un avance "notable" para regular el sector. No obstante, ha señalado que "las limitaciones sobre la publicidad y los bonos de bienvenida son positivas para los menores, pero resultan a todas luces insuficientes para frenar el trastorno por juego en sus etapas más avanzadas, especialmente en aquellas personas que están en tratamiento o en quienes empiezan a encontrar en el juego una respuesta a sus problemas",
Según ha explicado el presidente de Patim, Francisco López y Segarra, la sobreexposición actual del juego en televisión y redes sociales sería impensable con otro tipo de adicciones como el alcohol o tabaco, y debe recibir el mismo tratamiento mediático".
Patim ha indicado que los jugadores jóvenes han sido los que han tenido mayor fluctuación durante la pandemia, según los datos de la Dirección General de Ordenación del Juego. "Son las más susceptibles a los cambios, tanto es así que las restricciones de publicidad y bonos de bienvenida -en la modalidad on line- han tenido un efecto inmediato en ellos", ha añadido.
En cuanto a los jugadores activos, el número durante la pandemia se mantienen estable, confirmando la tendencia de que existe un colectivo activo de jugadores en España que si dejan de practicar un juego se pasan a otro, tal y como se recoge en las conclusiones de las jornadas sobre el impacto de la pandemia porcovid-19 en el trastorno por juego, organizadas por Patim y el Ayuntamiento de Valencia.
Según Patim, diversos expertos coinciden en que las consecuencias del juego son poco visibles más allá de los problemas económicos que generan para las personas atendidas y sus familias. Por ello, advierten que hay otras dimensiones menos evidentes que también se desestructuran y sobre las que hay que intervenir: identidad, habilidades de afrontamiento, gestión de tiempo y tipo de ocio.
"Las políticas públicas deben dirigirse a proteger a los colectivos más vulnerables, a los jóvenes y a los jugadores activos, promocionando el juego seguro y centrándose en los modelos de ocio e incluso en un urbanismo alternativo", según López y Segarra, quien recomienda "diseñar políticas específicas para la juventud más allá de la mera información, ya que está doblemente azotada por la covid en el ocio y su sociabilización".