CASTELLÓ. Pedro Cifuentes está de estreno. El dibujante y escritor valenciano presenta este jueves en Castelló 'El club de los castigados', su nuevo cómic para niños y niñas a partir de 11 años en el que un elenco de personajes clásicos de la historia tendrán que salvar el planeta.
En un viaje que parte de lo más cotidiano hasta desafiar los límites de la imaginación de los lectores, los cuatro amigos deberán rescatar a Lisa Gherardini, la Gioconda, de las garras de la Logia del Caos para que Leonardo da Vinci pinte su retrato. Para ello contarán con la ayuda de la Liga de los Profesores Extraordinarios: un grupo formado por algunos de los científicos, criaturas mitológicas y guerreros legendarios más famosos de la historia.
Cifuentes ejerce actualmente como profesor de ciencias sociales en el IES Jaume I de Burriana y, a su vez, intenta compaginar su faceta como dibujante de cómics. Entre sus trabajos destacan las series 'Historia del arte' en cómic e 'Instrucciones para salvar el mundo'.
P: Tras una amplia trayectoria como autor de cómic, ¿cómo nace 'El club de los castigados'?
R: 'El club de los castigados' es la evolución natural de mi trabajo como autor. Hasta el momento en mis obras había primado el elemento didáctico. El cuerpo me pedía una historia de ficción donde los chavales que suelen aparecer por mis cómics protagonizasen al fin una aventura.
P: ¿Qué pretendes transmitir con este cómic?
R: Sobre todo, diversión y respeto por la inteligencia de los jóvenes lectores, que son capaces aprender disfrutando con un buen libro. Espero que 'El club de los castigados' les convenza.
P: ¿En qué se diferencia 'El club de los castigados' de tus trabajos anteriores?
R: Es una historia de ficción en la que convergen diferentes chavales que han aparecido previamente en mis obras. De una forma bastante fortuita acaban castigados en su instituto, mezclados en una trama de dimensiones épicas donde deben liberar a la Gioconda de una organización que pretende eliminar la belleza y el arte. Lo típico de cualquier día lluvioso por la mañana, ¿verdad?
P: ¿Qué tipo de personajes vamos a encontrar en El club de los castigados?
R: Los protagonistas de la historia son cuatro inadaptados. De un lado tenemos a María, que es una pija egoísta; también a CPU, que es un empolloncete tímidillo; a Isadora, que es una soñadora optimista; y, por último, a Azucena, que es un poco antisocial. Se trata de perfiles muy diferentes, pero aprenden a colaborar entre ellos para salir airosos de la aventura en la que se ven arrojados.
Por otro lado, cuentan con la ayuda de una selección formada por criaturas legendarias, científicos, guerreros y artistas de diferentes épocas. Todos ellos piensan que el grupete de chavales son algo así como unos "elegidos" para salvar el planeta, algo muy difícil de aceptar cuando tienes catorce o quince años.
Ah, ¡y también hay por ahí un perrito encantador!
P: ¿Qué ventajas tiene aprender a través del cómic, según tu criterio?
R: Los cómics son divertidos, bonitos y agradables. Durante mucho tiempo hemos pensado que estas características eran una especie de demérito, pero devienen en fundamentales para captar la atención de los jóvenes lectores y despertar en ellos la lucecita del conocimiento. Personalmente, pienso que el siglo XXI va a servir para superar barreras.
P: ¿A quién pretendes llegar con este nuevo trabajo?
R: Me gustaría que lo leyera cualquier lector con ganas de divertirse y que vaya necesitado de evasión. Creo que es un artilugio estupendo para dejarse llevar por las páginas y cerrar la historia con una sonrisa de satisfacción.
P: A nivel personal, ¿qué supone este proyecto para ti?
R: Ha sido todo un reto por varios motivos: soy un gran aficionado a los cómics y a los libros de fantasía y ciencia ficción. La historia de 'El club de los castigados' viene rondándome desde hace más de 20 años, pero no contaba con las tablas y la experiencia necesaria para contarla. Ha supuesto también una satisfacción enorme volcar todas estas ideas en el papel, pues son el inicio de algo que puede ser mucho más grande, un universo en el que los lectores tienen la última palabra.