CASTELLÓ. Corre el reloj en contra para una empresa histórica del Grau de Castelló. Pescados Fabregat S.A. deberá encontrar comprador antes del 15 de marzo o de lo contrario, irá a liquidación.
Tal y como informó Castellón Plaza, el pasado mes de noviembre Pesfasa colapsó y tuvo que entrar en concurso de acreedores a los pocos días. La razón fundamental que explican los administradores tras el análisis de la compañía: "la existencia de un pasivo bancario a muy corto plazo, y cuya capacidad de devolución es prácticamente imposible". Y es que en un primer momento, el sobreendeudamiento y la ausencia de liquidez para hacer frente a las compras de pulpo abocaron a la compañía a parar la producción. Pero tras la entrada de los administración concursal se decidió reprender la actividad a un ritmo que "permitirá mantener puestos de trabajo y mantener las relaciones con proveedores y clientes", explican en el propio documento de solicitud del concurso.
Sin embargo, reconocen "que esta situación no se puede mantener en el tiempo", y es que ante la solicitud del concurso, los proveedores de Pesfasa solo admiten pagos al contado "por lo que la liquidez con la que cuenta la compañía se va a ir mermando de forma galopante", asumen. Además, el activo con el que cuenta la sociedad "está constituido en su mayor parte por inmovilizado cuya realización debe ser a muy largo plazo, y que es necesario para la continuidad de la actividad". Por lo tanto, el análisis realizado a Pesfasa a finales de noviembre concluye que "la actividad no podrá mantenerse mas allá de tres meses". De hecho, fuentes consultadas por este diario aseguran que los trabajadores solo acuden tres días a la semana ante la bajada de la actividad.
Respecto a renegociar la deuda con los acreedores, la administración no ve factible esta opción ya que "mas del 60% de los acreedores son entidades bancarias en las que su crédito se encuentra garantizado por el ICO". Con todo, la única solución viable es la venta de la unidad productiva. Y es que en el caso de que la empresa finalmente vaya a liquidación, "la venta de los activos sería pésima y se generarían unos créditos contra la masa muy importantes como consecuencia de la extinción de todos los contratos de trabajo", argumentan en el escrito remitido al juzgado. Debe tenerse en cuenta que los activos inmobiliarios en donde se desarrolla la actividad tienen un valor importante, siempre y cuando el destino de éstos sea el ejercicio de la actividad. Las instalaciones y maquinaria con las que se cuenta están adaptadas a la actividad siendo inservibles para cualquier otro fin.
Aunque inicialmente la administración concursal aseguraba haber recibido al menos siete ofertas de compra de la empresa, todo parece indicar que por el momento no se ha cerrado todavía ninguna operación. "La semana pasada acudió un potencial comprador a visitar las instalaciones, pero no nos han informado de nada", cuenta uno de los empleados, que ve "complicado" que se cierre la oferta de venta que salve a Pesfasa antes de la fecha límite.