CASTELLÓ. Compromís y Podem-EUPV ya tienen el primer borrador de presupuestos del PSPV. Los portavoces de la formación valencianista y de la confluencia, Ignasi Garcia y Fernando Navarro, respectivamente, analizan con sus concejales las cifras diseñadas por el socio mayoritario y que se caracterizan por el equilibrio financiero ante el desajuste derivado de la merma en ingresos respecto a ejercicios anteriores (recaudación de impuestos) a consecuencia de la covid-19. Ninguno de los tres integrantes del Acord de Fadrell se da un plazo para cerrar las conversaciones pese a que existe una voluntad compartida de llegar a un consenso en enero de 2021, como tarde, teniendo en cuenta las dificultades de hacerlo en lo que queda de 2020.
De hecho, por las singularidades inherentes a la idiosincrasia de cada grupo político resulta poco probable que el debate interno tenga un desenlace inmediato, esto es, en estas semanas de diciembre, previas al parón parlamentario debido a las fiestas de Navidad. Por un lado, el encaje de bolillos se aventura como una empresa intrincada en vista del precedente con las cuentas de 2020. Por otro, el funcionamiento orgánico de los partidos les llevará, en última instancia, a someterse al filtro de sus órganos de dirección con el fin de obtener la aquiescencia de la militancia.
Además, por el camino se asuma otro desafío mayúsculo para el gobierno municipal, que marcará sus prioridades hasta el pleno del 17 de diciembre: el Plan General. La aprobación de las piezas Estructural y Pormenorizada adaptadas a la Declaración ambiental y territorial estratégica (Date) en la sesión ordinaria del mes supondrá un punto de inflexión en la interminable tramitación iniciada en 2015, por lo que todos los esfuerzos irán encaminados a que esa aceptación por parte de la corporación se produzca con el mayor respaldo posible y sin sobresaltos.
En este contexto, cumplir las distintas etapas sobre las cuentas municipales de 2021 implica consumir semanas en el calendario, con lo que, probablemente, hasta mediados de enero no se alcanzará un principio de acuerdo. En el mejor de los casos la oposición dispondría del documento en los postreros días del mes para, a continuación, presentar las alegaciones. Si todo fuera rodado, el nuevo presupuesto podría entrar en vigor entre febrero y marzo.
En parte, dependerá de la celeridad del tripartito a la hora de sellar la negociación, hasta ahora encallada ante la ausencia de una propuesta del PSPV después de un primer intento fallido con la puesta en común de las partidas de las distintas concejalías. Al menos, así lo han venido advirtiendo los otros dos socios desde finales de noviembre.
Esas discrepancias también habían aflorado a propósito del foro más adecuado para avanzar. Mientras socialistas y valencianistas siempre habían defendido (y defienden) el marco del ejecutivo local, la confluencia hubiera preferido la comisión de seguimiento del Acord de Fadrell.
Sin embargo, la alcaldesa, Amparo Marco, ya dejó claro la semana pasada que el único escenario válido para abordar el debate presupuestario corresponde a la Junta de Gobierno. Interpelada sobre esta cuestión este miércoles, reiteró que "los presupuestos los están negociando los tres portavoces" y se mostró convencida de que ese arreglo llegará a buen puerto en enero. "Espero que sí", subrayó.
El espacio comercial más emblemático de Castelló sopla las velas de sus tres cuartos de siglo desde aquel 21 de diciembre de 1949 en que fue bendecido por el arcipreste Balaguer. Ahora afronta su más importante remodelación, que desde enero de 2026 obligará a un traslado temporal de sus puestos a una carpa en la plaza Santa Clara