VALÈNCIA.El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha reivindicado el autogobierno y un "reset territorial" para hacer frente a la inflación y también para luchar contra "los viejos fantasmas" y la "nube negra" de los "fanatismos" que se "extienden por Europa".
El jefe del Consell, en su discurso institucional del 9 d'Octubre, ha reclamado unos "pactos autonómicos de segunda generación" que actualicen el Estatuto después de 40 años. "Un reset territorial", ha dicho Puig, por una "España justa y polifónica que no ahogue el potencial valenciano". "Necesitamos dar todos para ganar todos", ha añadido.
En esta línea, el también líder de los socialistas valencianos ha reclamando un "acuerdo" para la reforma del sistema de financiación que, además, "condone la deuda ligada a la infrafinanciación" y también para que se evite el dumping fiscal.
"Acuerdo, unión e interés general, ese es el itinerario y juntos estoy convencido de que lo vamos a recorrer", ha aseverado Puig, quien ha garantizado que los valencianos están preparados para afrontar esta "década de oportunidades".
Puig, durante su discurso, ha reivindicado -sin mencionarla directamente- su última medida de impacto nacional: la reforma fiscal. "No somos indiferentes a las graves dificultades que la inflación está provocando en las familias y en las empresas", ha recalcado, para puntualizar que "por eso" desde el Consell se ejercen "las competencias autonómicas". "El autogobierno es el gran valor de nuestro pueblo", ha sentenciado el presidente.
Precisamente, sobre esto ha puesto el acento sobre la "dimensión económica que amplifica la fuerza del autogobierno" y en este sentido ha destacado la capacidad de la Comunitat Valenciana de lograr que Volkswagen se instale en Sagunt, lo que supone "la mayor inversión industrial de la historia de España".
Por otro lado, el jefe del Consell ha mantenido como hilo conductor de su intervención el 40 aniversario de la aprobación del Estatut d'Autonomia: "Un logro del autogobierno democrático que ha generado un marco de libertades, derechos y convivencia" tras un "silencio antiguo y muy largo que acallaba nuestra lengua, nuestra cultura y nuestra identidad". "Ese silencio se rompió, ha permitido cinco millones de formas de ser valenciano, sin renuncias, sin exclusiones y apreciando la diversidad".