La Constitución define España como un Estado social y de derecho
La Constitución cumple 41 años, los mismos que yo. Nací en el 1978, al igual que nuestra Carta Magna, y creo que ambos hemos envejecido bien, aunque tal vez ambos podríamos estar mejor para nuestra edad... Ni yo ni casi nadie de mi generación concibe un país en el que no nos ampare nuestra Constitución. Es una garantía de derechos y libertades, así como un compendio de obligaciones que hoy damos por hecho, pero que no siempre han estado ahí y, precisamente por eso, debemos defenderla. Y defenderla, no solo es bloquearla y considerarla un texto sagrado inamovible.
Pretender que la Constitución cambie, que se adapte a los tiempos que vivimos, no es una amenaza a su existencia sino, más bien, una garantía de continuidad, porque la hará más adecuada a la realidad de nuestra sociedad. No debemos tener miedo a hacer que refleje mejor el país en el que vivimos.
En estos últimos tiempos se han alzado voces contra la Constitución desde muchos sectores diferentes, al igual que se han erigido muchos otros como defensores de la misma. Pero ni unos la amenazan tanto, ni otros la defienden como aseguran hacer. Porque defender la Constitución implica defender todo su contenido, y no solo la parte que le gusta a cada uno.
Hay quien se dedica a diario a recordarnos que la Constitución dice en su Título Preliminar que “se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación Española, patria común en indivisible de todos los españoles”, pero se le olvida continuar leyendo en la misma línea donde dice que “reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre ellas”. Hay quien cree tener derecho a decidir qué artículos de la Constitución son sagrados y cuáles parecen meras sugerencias. Pero el texto se debe abrazar entero, porque solo así puede tener sentido.
A mí, personalmente, me gusta más el artículo anterior al que he transcrito antes que, además, resulta ser el primero de todos, el que da sentido al resto del texto. Dice: “España se constituye en un Estado social y democrático de derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político”. Que no se nos olvide.
El autor es diputado nacional del PSPV-PSOE por Castellón y vicesecretario de la ejecutiva provincial.