VALÈNCIA. Dónde está y hacia dónde va. Esas son, grosso modo, las dos preguntas que quiere responder el sector valenciano de la música, cuyos máximos representantes han presentado este lunes la edición ‘Año cero’ del Anuario de la Música Valenciana, impulsado por el Institut Valencià de Cultura y la Federació Valenciana de la Indústria Musical, una publicación en la que industria e institución pública buscan hacer una primera radiografía al sector y fijar los retos de futuro. “Después de dos años y medio de dificultad extrema, la música en directo comienza a recuperar el pulso de su actividad y resulta más necesario que nunca generar un corpus analítico que proyecte una imagen clara de cuál es la realidad del sector y facilite el establecimiento de líneas estratégicas de desarrollo”, explican sus impulsores.
El Anuario no es un estudio económico o numérico como tal, de hecho una de sus demandas en la “falta histórica de datos científicos”, sino más bien un compendio de análisis, reportajes fotográficos y entrevistas de carácter más reflexivo, artículos mediante los que quieren sentar las bases para confeccionar a “medio y largo término” un relato sólido en torno al ámbito profesional de la música. Con todo, sí hay números -en su mayoría procedentes de otras publicaciones e instituciones- que unidos a la palabra completan esta primera radiografía del sector. Así, entre las novedades, el Anuario avanza algunas cifras del último informe del Circuit Cultural Valencià (CCV), todavía por publicar en su totalidad, datos que apuntan a un aumento de las contrataciones por parte de la red de municipios de empresas (que pasan de 131 en 2019 a 186 en 2022) y grupos (que pasan de 174 en 2019 a 325 en 2022), ambos ámbitos con una fuerte presencia valenciana en 2022: 139 del total en el caso de empresas y 251 en grupos.
Este aumento en las contrataciones, claro, tiene un reflejo en el número de espectadores de conciertos del Circuit, que alcanza en 2022 los 179.664, una recuperación evidente con respecto al fatídico 2020 en el que se contabilizaron unos 40.000 asistentes. También se duplica la inversión, en este caso con respecto a 2019, superando los 3,2 millones de euros. La mirada a la pandemia, cómo no, salpica la práctica totalidad de la publicación, que se presentó este lunes en el Teatro Rialto con la presencia de la propia consellera de Cultura, Raquel Tamarit, un estudio que también destaca el “incremento de la inversión pública en el sector en los últimos cuatro años”, subrayando el rol del propio Institut Valencià de Cultura, el Circuit Cultural Valencià y Turisme Comunitat Valenciana.
Los datos recogidos en el Anuario muestran el impacto de la pandemia en el consumo musical y la cantidad de conciertos, así como la tendencia actual “ascendente hacia la regeneración del sector”, triplicando el volumen de facturación de 2021, pero lejos del “exitoso” año 2019. “La pandemia paralizó el gran crecimiento que el sector había experimentado en el periodo 2001-2019 con unas cifras que llegaron en nuestro país a una facturación de 380 millones de euros”, explica Sergi Almiñana, Presidente de la Associació de Promotors Musicals de la Comunitat Valenciana (MusicaProCV). En este sentido, cabe destacar que la facturación de la industria musical en la Comunitat alcanzó en 2022 los 34,7 millones de euros, una cifra superior a los de los ejercicios pandémicos, con 11,7 y 11,9 millones en 2020 y 2021, pero lejos de los 58,9 millones que se registraron en 2019.
Este escenario, indica, se explica por la producción de grandes espectáculos y festivales y la “estrategia” para situarlos en el centro de la promoción turística, un camino “truncado” por la pandemia que ahora ha de enfrentarse al presente con “nuevas dinámicas” y colaboración. Sobre el primer aspecto, el de los festivales, cabe destacar que en el ‘Top 10’ de festivales por número de asistentes en España en el año 2022 se sitúan tres del territorio valenciano, el Arenal Sound, Rototom Sunsplash y el FIB, citas que suman en conjunto casi 700.000 asistentes.
También posa el informe la mirada en la propia organización de las empresas valencianas, una unión que ha llegado con “retraso” en comparación con otros territorios pero que ha entrado en una dinámica que “no debería dar marcha atrás”. Estas palabras las firma Armand Llácer, director de la Fira Valenciana de la Música Trovam! y director editorial del anuario, quien apunta que actualmente 70 empresas musicales de València, Castelló y Alacant están organizadas en asociaciones, una circunstancia “sin precedentes”, frente a las 19 del año 2013, un proceso organizativo marcado claramente por el confinamiento, que azotó con dureza a las industria de la cultura en directo.
Más de 40 profesionales del ámbito musical, cultural y económico han participado en la elaboración de la publicación, que aborda temas como la sostenibilidad de los grandes eventos, la evolución de los hábitos de consumo o la falta de paridad, un texto que se enmarca en el proyecto mayor de la llamada Valencian Music Office. Con todo, la mirada se centra principalmente en la construcción de un futuro industrial que pasa por el propio análisis del presente. “Hemos consolidado la organización de mercados de la música, la internacionalización del sector, también la conexión con todos los agentes implicados. También hemos pasado momentos muy duros con la pandemia, de los que nos estamos recuperando en equipo”, reflexiona Tamarit.
Dos corrientes claras en la entidad medirán sus fuerzas la semana que viene. El resultado puede significar la intervención y retirada de licencia de la sociedad privada