CASTELLÓ. Las pocas cooperativas citrícolas castellonenses que siguen en activo buscan vías para garantizar su futuro. Nulexport trata de agotar todas las posibilidades, a la espera de la asamblea que a finales de mes abordará, con números en la mano, los caminos a emprender tras una campaña sin ingresos para sus socios.
Una situación parecida a la de la firma de Nules la vivió Agroal, con sede en les Alqueries, hace ahora tres campañas. Los problemas para la liquidación motivaron que se cerrara un acuerdo de colaboración con otra de las referencias de la citricultura castellonense, San Alfonso, que también había superado un momento complicado, varios años antes, justo antes de que salieran de su entramado varios socios de relevancia y se desprendiera de su participación en la esmaltera San Alf Químicas (Salquisa).
Con San Alfonso, radicada en Betxí pero con otro centro en Ulldecona (Tarragona) ya totalmente saneada, Agroal recurrió a un acuerdo comercial hace dos campañas para dar salida a su producción de unas 20.000 toneladas. Y en esta campaña este acuerdo se ha prolongado durante un lustro. El propio presidente de Agroal, José Manuel Molés, reconoce que es un pacto "positivo para las dos partes".
No en vano, a los 700 socios de Agroal les permite obtener unos ingresos adecuados por la fruta que producen. Tanto es así que, en una campaña tan complicada como la que ahora colea, "hemos recolectado toda la fruta", señala Molés, a falta de acabar las últimas valencias late y ortaniques que quedan en los árboles y que serán recogidas en las próximas semanas, indica.
De esta manera, aunque esta ha sido una campaña "para olvidar", los socios de Agroal no serán, ni mucho menos, los peores parados en ella. De hecho, ya han cobrado anticipos y, a falta de cuadrar las liquidaciones, estas estarán "al nivel del mercado", indica Molés, algo que no es para tirar cohetes pero que permite tener unos ingresos en una campaña especialmente complicada.
La fruta de la firma de les Alqueries, entre la que predomina la clemenules pero en la que suman más tonelaje el resto de las variedades de todo el espectro citrícola local, ha pasado a engrosar así la facturación de San Alfonso. Con ello, este gigante citrícola ronda, en las dos últimas campañas, las 100.000 toneladas de producción puestas en el mercado. Y es que las 20.000 toneladas que sus socios aportan se ven complementadas por otras 60.000 que habitualmente compran los rectores de la firma.
Esto hace de la empresa de Betxí una cooperativa muy peculiar. Entre sus socios sigue habiendo familias empresariales de raigambre en Castellón. Y no se puede decir que le vaya mal. Su modo de actuación le llevó a finalizar la campaña anterior, la 2017/2018, con una facturación estimada de 69 millones de euros, 11 más que solo un año antes. Sin duda, esto le convierte en la cooperativa citrícola de mayor facturación de Castellón y le sitúa entre las cuatro agroalimentarias más relevantes de la Comunitat Valenciana.
Así las cosas, aunque en el sector se venía especulando con la posibilidad de que Agroal y San Alfonso se fusionasen -lo que en la práctica equivaldría a una absorción de la primera por parte de la segunda- aunque no está descartada, ahora mismo "no está encima de la mesa", señala el presidente de la firma de les Alqueries. De momento, ambas cooperativas seguirán colaborando durante otras cuatro campañas en una fusión fría que es una muestra más del proceso de concentración que vive el campo castellonense.